Hermoso★ KookMin

08❁

Kim TaeHyung.

Me detuve nuevamente en el mismo paradero de autobuses y observé los cientos de avisos que ofrecían alguna recompensa a cambio de información sobre el paradero del desaparecido. Ya todos estaban desgastados o simplemente rotos, incluso podías distinguir que muchas hojas estaban adheridas encima de otras.

No presté mucha atención a todos los avisos, pues al igual que todas esas personas, yo también estaba buscando a alguien.

Terminé de colocar tres avisos nuevos y me marché de allí, caminé despacio, como si no quisiera llegar a casa y es que esa era la realidad. No quería llegar a casa, mamá se había enojado nuevamente conmigo y lo último que me dijo antes de echarme fue que no regresara a menos que sea al lado de mi hermano, luego simplemente me lanzó todos los avisos, que recogí del suelo y limpié con dedicación antes de comenzar mi recorrido/búsqueda.

Decir que no me dolía era mentir. Claro que me dolía, mamá siempre había sido amorosa con nosotros, pero desde la desaparición de mi hermano, todo cambió. Ella solo lloraba, gritaba, insultaba e inclusive algunas veces tuve que aguantar sus golpizas.

-- ¿Cómo estás TaeTae? -- Ya no era necesario voltear y ver quien caminaba junto a mí, pues la voz la reconocía sin problema alguno.

Fueron pocos los días que pasaron, pero me agradaba la compañía de Jin y me gustaba escuchar su voz y su característica risa cada vez que salía a repartir estos avisos o pegarlos en alguna parte de la ciudad.

-- Bien, ¿Y tú? -- Fue mi única respuesta antes de saludar a una señora y entregarle el aviso, ella lo miró y agradeció, para luego retirarse.

-- Super bien, aunque tuve problemas con Jimin, anda muy distraído y creo que algo malo le pasa porque hoy se fue sin despedirse de mí. -- Dijo.

Jimin era el mejor amigo de Jin, según había escuchado, y por lo poco que sabía de ese chico, podría decir que me agradaba.

-- ¿Te has puesto a pensar que posiblemente tiene problemas y que tú ni siquiera te atreviste a preguntarle? -- Jin se quedó pensando un momento antes de detenerse. Hice lo mismo al ver que no iba a avanzar y esperé una respuesta de su parte.

-- No fue mi culpa, fue culpa tuya. -- Aseguró, y en verdad me sentí ofendido.

-- ¡Yo no hice nada! -- Respondí en mi defensa.

-- ¡Claro que sí! Estuviste en mi mente todo el día, no me dejaste pensar en nada más que en ti.

Reí sin pensarlo, ese chico era alguien muy cómico; sin embargo, él no se estaba riendo.

-- Hablas como si yo te gustara. -- Traté de no reír mientras lo decía, pero Jin seguía manteniendo su semblante frío. Entonces caí en cuenta de lo que estaba tratando de decir.

-- Tu... me gustas, TaeHyung. -- Y no creí que las hojas se cayeran de mis manos al escuchar aquello.