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Park JiMin.

Mi trabajo empezaba exactamente a las ocho de la mañana, pero tenía que estar desde muy temprano en la cafetería e inclusive, en muchas ocasiones me tenía que ver en la obligación de llegar a las seis de la mañana para ir limpiando el lugar y preparando los bocadillos que irían en la vitrina de ventas.

-- Me gusta ese nuevo peinado. -- Dijo Chanyeol, sonriéndome al final. Reí un poco y colocándome el uniforme, fue que me dirigí a uno de los espejos más cercanos de la cafetería. Mi cabello estaba revuelto, tal y como si no hubiera dormido en toda la noche y creo que fue así, pues una prueba de aquello era mi peinado improvisado.

-- Deberías preocuparte más por tu aspecto, Jimin. -- Me regañó él. Me encogí de hombros, no era de aquellos que en verdad se preocupaban por su apariencia, tan solo trabajaba, comía, y apenas tenía tiempo de acomodar mi cama.

Mi vida era dura, pero que más se puede esperar de un huérfano que nunca fue adoptado y que tuvo que contar consigo mismo cuando fue la hora de "dejarlo libre"

-- No soy de aquellos que toman muy enserio su aspecto físico. -- Susurré, más para mí mismo, que para Chanyeol.

Acomodé mi cabello lo más decente que pude y pronto me dí la vuelta para continuar con mi trabajo.

Los primeros clientes fueron muchos hombres en trajes y grupos de chicas que no dejaban de elogiar a Chanyeol.

Cada vez más reía por el rostro sonrojado de mi compañero de trabajo, al parecer no le gustaba ningún otro tipo de elogio que no viniera del chico que tanto llamaba su atención. Ese chico que ahora estaba en la barra, tomando los pedidos de las personas que se dignaban a sentarse ahí para ver la preparación de su café o pastel. Ese chico era BaekHyun.

-- La mesa ocho necesita ser atendida. -- Me avisó el susodicho. Fue entonces que le entregué la hoja con el pedido escrito a BaekHyun y regresé nuevamente a la carrera.

Estuve muy distraído que en ningún momento me atreví a mirar a los que clientes que atendería.

-- Yo quiero un pastel de chocolate. -- Habló la chica mucho antes de que yo abriera la boca.

No me importaba mucho el comportamiento que esas personas tenían conmigo, pues algunos solían ser aún más groseros que ella. Solo al terminar de escribir, levanté la vista para visualizar a su acompañante y... era él, Jungkook. Él estaba viendo la "carta" del lugar y escogiendo como si se tratara de vida o muerte.

-- Yo también quiero lo mismo que ella y... un café Americano. -- Y al mirarme no supe que decir.

Tardé mucho en escribir, pero lo hice y al preguntar si iban a desear algo más, ellos solo negaron.

Me retiré de allí con mucho apuro y le supliqué a BaekHyun intercambiar puestos para que así él terminará de atender a Jungkook. Él no lo dudo mucho, pues al parecer no le gustaba recibir alguno que otro piropo por parte de Chanyeol.

No supe como le había ido a BaekHyun, lo único que pude visualizar fue como Jungkook y aquella chica pagaban la cuenta, para posteriormente retirarsen de la cafetería. Lo último que pude ver a través de los ventanales fue como ella se acercaba mucho a él y se aferraba a su brazo con mucha fuerza.

Preferí ignorar aquella voz en mi cabeza, que me reprendía por no haber aceptado la propuesta de Jungkook. Sin tan solo hubiera dicho que sí, tal vez... solo tal vez yo estaría en el lugar de esa desconocida.




Hermoso★ KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora