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Mi cuerpo se encontraba frío, completamente helado y rígido. Había pasado saliva muchas veces y respirado tantas veces como pude, pero seguía sin creerlo, ni siquiera me encontraba impactado como para llorar, reír o sentir alguna emoción de por medio.

-- Y-Yo... lo siento tanto. -- Musitó el señor Shin, mi ex jefe y entrenador de Jungkook.

Mi labio tembló en ese momento, pero mis manos no reaccionaron, mucho menos mi cuerpo al sentir al señor Shin arrodillado delante mío. No me importó que él se aferrara con fuerza a mi abrigo. No me importó nada en ese momento.

Poco después sentí ganas de vomitar, de alejarme de la presencia de mi ex jefe, en si, salir huyendo de ese lugar que tenía olor a desinfectante y a enfermedad.

No lo aguanté más y me alejé, importándome muy poco si el señor Shin se caía. Corrí tan rápido como pude, hasta salir del hospital e incluso llegar más allá del paradero de autobuses, solo para después vomitar en el bote de basura más cercano. Sé que las personas me veían con asco por hacer eso, mientras que otras me ignoraban, pero es que ya no lo podía aguantar.

Solo en ese momento comencé a respirar, inhalar y exhalar como si hubiera estado aguantando la respiración por más de una hora. No sabía que me ocurría, pero parecía que mi cuerpo quería entrar en crisis, sin embargo mi mente se lo impedía.

Ya no veía con claridad, todo estaba borroso, mis pensamientos estaban en Jungkook, en todos los momentos que vivimos, en cada cita que tuvimos, cada beso que compartimos y en la forma en la que me entregué a él. Yo no quería aceptarlo, mucho menos pensarlo, pero para mí, Jungkook seguía aqui.

Y sin poder evitarlo, todo se volvió negro. No sentí nada más.






Hermoso★ KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora