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Kim TaeHyung.

Sonreí, tratando de sacarle el mismo gesto a mi madre, sin embargo, ella solo miró detrás mío y de repente su rostro comenzó a llenarse de una tristeza completa.

Me giré lentamente y observé el pilar de hojas que estaban en el suelo y en la que estaba impresa la foto de mi hermano. Él se había perdido hace trece años atrás, todo había sucedido tan rápido y sin pensarlo, ya no estaba con nosotros. Recuerdo que mamá lloró por meses, que papá se culpó por habernos descuidado y yo... yo, principalmente, me llené de temor y arrepentimiento al no haber hecho nada y solo observar como mi hermano se iba de nuestro lado.

-- Lo encontraré. -- Dije más que seguro de mí mismo y de mi promesa. Mi madre apenas me miró al escucharme y prosiguió a tomar unas cucharadas de su plato antes de retirarse.

Prácticamente me había quedado solo, mamá me ignoraba o simplemente pensaba en mi hermano y en la forma que él estaría viviendo. ¿Mi padre? Bueno, pues él murió antes de que los diez años de desaparición se cumplieran.

Solo estaba yo, tratando de encontrarlo a él para devolverle la felicidad a mi madre y para que la culpa que me carcomía se fuera de todo mi ser de una vez por todas.

Comí lo que restaba de mi cena y tomé algunas de las hojas para luego salir de casa, corrí por todas las calles hasta llegar al paradero donde siempre se solían colocar los letreros de desaparecidos. Miré a todos esos niños que se habían perdido y que generalmente nunca regresaban a casa, tal y como era el caso de mi hermano.

Comencé a pegar las hojas y avisos encima de otras hojas que estaban muy desgastadas. Observé por unos momentos a mi hermano, él era tan pequeño cuando se perdió y no... no entendía como es que esto le sucedía a personas como nosotros a diario.

Nuevamente regresé cuando creí que ya era suficiente, el cielo comenzó a sonar, la lluvia estaba cerca y yo, yo no había llevado nada más que un buso delgado que contaba con una capucha que cubría gran parte de mi rostro.

Había puesto la mayoría de las hojas en postes y paredes, pero muchas veces me preguntaba de que servía, iba haciendo esto hace cinco años atrás y nunca obtuve respuesta.

-- No te rindas, TaeHyung. Esto es solo un obstáculo, no la prueba final. -- Me dije a mi mismo antes de voltear y tratar de correr. Sí, tratar; pues el cuerpo de alguien chocó conmigo y las hojas restantes salieron volando, terminado por caer al suelo. Fue entonces que la lluvia inició, mojando los avisos y gran parte de mi cuerpo.

-- Lo siento, lo siento, lo siento... -- Repetía el chico delante de mí. Me reincorporé y la cara asustada que traía me daba tanta ternura; parecía que había cometido un crimen, pues sus ojos no dejaban de mirar el suelo, donde yacían las hojas mojadas.

-- No hay de que preocuparse. Yo tampoco te ví. -- Traté de convencerlo de que no había sido su culpa, más no se detuvo en decir que lo sentía mucho y que me daría el dinero suficiente para recuperar las hojas que habían sido mojadas y que ahora no servían de nada.

-- Me llamo Jin. -- Susurró al encontrarnos debajo del techo de una casa que ambos desconocíamos.

Le sonreí y entendí mi mano en forma de saludo. -- Yo soy TaeHyung.

Él me miró y luego miró mi mano que estaba extendida, se quedó observando mis dedos largos, de los que siempre tenía vergüenza, y después de unos veinte segundos, como máximo, aceptó mi saludo devolviéndome un poco de tranquilidad mediante ese simple acto.

Su sonrisa perfecta también logró llenarme de felicidad y tranquilidad, mientras su piel me llamaba demasiado la atención.






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