Juntos Siempre (Ezarel)

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*Ezarel*
Ok, estoy nervioso, lo admito y lo acepto, pero ¡Dios! ¡Uno no se casa todos los días! Las chicas no me dejaron ver a Erika, mi prometida y dentro de poco... mi esposa, se siente un poco raro pero sumamente bien al decirlo, bueno, pensarlo ¡Pero igual se siente bien!

Ahora mismo estoy parado en el altar, con los nerviosos a flor de piel y los otros dos jefes de guardia a mi lado dándome apoyo, dentro de poco va a entrar Eri, con un vestido de anda a saber que color, porque se negó a casarse de blanco.

Empezaba a pasar el tiempo y llegaba la hora de que Eri entrara, eso me desesperaba más aún, pero lo que nadie se esperaba, o por lo menos yo, era que entrará su familiar corriendo y un poco asustado, cuando llegó a mi altura puede ver qué tenía una nota en la pata, sin pensarlo la desenrrollé y leí el contenido.

"La novia tuvo un pequeño accidente en la playa, no va a llegar.
Ashkore."

Sin pensarlo si quiera, me fuí corriendo rumbo a la playa, y ahí estaba, tumbada boca arriba y desangrándose, me acerqué tan rápido como me lo permitieron mis piernas y me arrodille a su lado tomando su cabeza en mi mano y acercándola a mí con la otra, tenía un vestido de un azul marino oscuro con bordados, era por arriba de las rodillas, este estaba roto en el vientre, de dónde salía toda la sangre que lo manchaba, el hijo de puta la apuñaló, luego volteé a verle la cara, tenía la respiración entre cortada y la mirada un poco ida, pero asustada y enfocada en mí.
- A-acepto - fue lo que me dijo y luego intento besarme, obviamente, me acerque y la besé, fue corto pero intenso, luego la levanté en brazos y me fuí corriendo, ignorando a los chicos que estaban ahí a pocos metros y me dirigí cuál rayo a la enfermería.

Entré dando una patada a la puerta, lo que hizo que las enfermeras que estaban ahí presentes se sobre saltaran, yo sin esperar ni un segundo tumbé a Eri en una camilla, las enfermeras no se hicieron ni de rogar ni de esperar y se acercaron, una de las más jóvenes se fué, supongo que a buscar a Ewelïn, yo estaba parado pegado a una pared viendo como le rompían el vestido para poder ver bien la herida. Cuando hicieron esto se pudo ver su ropa interior blanca y negra de encaje, ensangrentada… y creo haber visto una especie de ramificación violeta, casi negra, alrededor de, tal vez, todo su vientre. De repente Ewelïn entro de golpe y empezó a dar indicaciones a sus ayudantes, no le presté especial atención hasta que en una, dijo mi nombre.
- A Ezarel saquenlo de acá - dijo está.
- ¡Ah no! - dije yo enojado ¿¡Quién se cree!? Es MI prometida la que está en esa camilla muriendo, obviamente no me pienso mover de acá.
- Ez por favor, vete - me rogó.
- ¡Que no! - le dije, pero ella siguió insistiendo.
- ¡QUE NO! ¡ES MI PROMETIDA LA QUE SE ESTA MURIENDO! ¡NO ME PIENSO MOVER EWELÏN! - dije ya enojado y desesperado, no quería moverme, no podía, era como renunciar a ella y, para mi suerte, Ewelïn se rindió y me dejó quedarme, me senté al lado de ella y la pude ver bien, efectivamente, tenía ramificaciones violeta y yo, ya sabía lo que eso significa.
- {Tormento...} - dije más para mí que para otra persona, el tormento es un veneno el cual si no se lo cura a tiempo sí o sí te mueres, solo espero que no sea tarde.

Sin embargo lo fue, las ramificaciones se extendieron de golpe llegando a la zona del corazón y Erika soltó un suspiro, la roca encantada que media su pulso dejo de brillar, dando a entender que su corazón dejo de latir, Ewelïn se acercó y empezó a recitar un encantamiento con sus manos sobre su pecho, esto le emitía descargas para que recupere el pulso, pero no ocurrió nada, Ewelïn hizo eso por varios minutos, pero nada, Erika se había ido y yo no pude contener las lágrimas y comencé a llorar, Ewe y sus acompañantes me dejaron solo con ella mientras yo le agarraba la mano con fuerza y la apoyaba en mi frente llorando a lágrima viva.
- Lo siento, lo siento, lo siento - seguí llorando, ¡Este debía ser el día más feliz de mi vida no el peor de todos! Y eso... es lo que más me jode, hoy íbamos a jurar amarnos el uno al otro toda la vida, tal vez pudimos haber tenido hijos, vivir felices, pero no, el hijo de puta de Ashkore lo mandó todo a la mierda.

Creo que pasé un buen rato llorando, tanto así que me quedé dormido, y me despertó el hecho de que Valkyon me sacudiera levemente.
- {Hola amigo...} - yo no atiné a responder, el solo se arrodilló enfrente de mi y me abrazó, yo lo abrace más fuerte y seguí llorando, al abrazo se sumo Nevra, supe que era él porque hizo un "shhh" que me permitió reconocerlo, nos quedamos así por un rato hasta que me sacaron de la enfermería, un poco a la fuerza, debido a que no quería dejarla, no ahí, no ahora.

Me encerré en mi habitación y seguí llorando, en seco porque ya no tenía lágrimas, pero lo hice y juro, por amor al Oráculo y a Eri que voy a vengarme, así sea lo último que haga, voy a destrozar a ese desgraciado como el destrozó a MI día y MI vida, lo haré pagar por todo.
- Ezarel - dijo una voz desconocida a mis espaldas, yo me giré y pude ver la figura de un dragón, pero parecía hecho de aire, un espíritu...
- Sé lo que a ocurrido y lo siento, por eso quiero "compensar" estás actitudes de mi bisnieto - dijo el dragón con aire tranquilo, la tiene clara (eso mismo piensa la autora m'hijo :v)
- ¿Compensar? ¿Bisnieto? - dije un tanto anonanado de tanto llorar.
- Efectivamente, también te quiero pedir un favor -
- ¿Qué favor? - dije seco.
- Mata a Ashkore - ¡Ge-nial! Creo que mis ojos se abrieron como platos, pero iba a aceptar la oferta, después de todo, yo quería venganza y él me la estaba sirvieron en bandeja de plata.
- Vale, ¿Y con que piensa "compensarme"? - dije, eso era lo que más me interesaba personalmente.
- No puedo hacer que Erika reviva, pero puedo hacer que aparezca, que su espíritu se meta en tus sueños todos los días a partir de ahora - no era algo "woah es lo mejor del mundo" pero peor es nada.
- Acepto - dije seguro
- Muy bien... no te molesto más - y tras decir eso, el dragón es esfumó.

Yo a los pocos minutos me dormí y ahí estaba, la ví, a Erika, sin pensarlo corrí hacía ella y ella hacía mi, cuando llegó yo la abracé con toda la fuerza que tenía y ella se avalanzó sobre mi cuello y enredó sus piernas en mi cintura, también abrazándome con toda la fuerza que tenía.
- Eri... - dije sollozando.
- Ez...- dijo ella sollozando, también.
Luego de ese pequeño diálogo nos besamos, el beso fue largo, apasionado y salado, por las lágrimas de ambos.
- ¿Cómo...? - dije incapaz de terminar la frase.
- Estaba ansiosa, así que decidí dar una vuelta por la playa y el me apuñaló - dijo contestando a la pregunta que no pude hacer correctamente, acariciando mi mejilla, ella siempre sabía lo que quería decir, volví a llorar, sí estoy muy llorón, pero no me importa, la perdí, ahora solo la veo cuando duermo y no en los pasillos, no al despertar, no al almorzar, no cuando estoy aburrido, ya no podré abrazarla de noche ni besarla de día, ya no se la podré presumir a los chicos, ni ponerme celoso de Leiftan, sé que lo último es una boludes, pero no me importa.
- Shhh - me dijo aún acariciando mi mejilla.
- Lo siento… - fue lo que pude decir.
- Shh, no hay nada que perdonar - en cierto modo eso me tranquilizó, no tenía rencor alguno.
- Eri… -
- ¿Si? -
- ¿Hubieras aceptado? - ella me miró incrédula.
- ¿Aceptado el qué? -
-  Ya sabes… - la mire suplicante, su seño fruncido en señal de condición era más que evidente, hasta que se dió  cuenta a lo que me refería y esbozo una sonrisa.
- Yo te lo dije en la playa - acercó sus labios a los míos y recordé lo que me dijo en la playa, "acepto", ahora lo entiendo, y con ella aún encima mío la  volví a besar, lento, dulce, de forma amorosa, el beso seguía siendo salado, pero a menor magnitud. Luego de eso Eri se bajó y juntó su frente con la mía.
- ¿Y tú? - me preguntó, yo la mire y luego lo entendí.
- ¿No es obvio? - dije con una sonrisa.
- Prefiero que lo digas - dijo ella con una sonrisa
- Sí, acepto -  dije y nos volvimos a besar, sí andamos muy besucones también, pero a la mierda, técnicamente nos estamos casando, o eso creo… Durante el beso surgió una luz blanca, cegadora, que nos obligó a separarnos y cuando desperté, estaba en mi cuarto, más solo que el uno, ni que sea no estaba besando a mí almohada, me levanté, a mala gana, y decidí ir a ver a Miiko, para pedirle unos días libres.

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Heeyyyy ¿Qué talco? ¿Todo bien-to? Les quería decir que esto tiene segunda parte WIIIIIII, sin nada más ni nada menos CHAITOOOO

One Shots de EldaryaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora