¡Bienvenidos damas, caballeros, no binarios, intersexuales y seres pertenecientes al género fluido a esta bella historia! ¿Desean saber más sobre ella? ¡Sigan leyendo!
• Se trata de One Shots del juego otome de la compañía Beemoov: Eldarya, por ya d...
Hola que tal, soy la letra en negrita que te aclaran que están en la Tierra y que Vxleria_Mxrtinez es la novia del elfo en este cap.
Estaba preparando la cena cuando un chillido de Lapis, el amor de mi vida, patrona de mi existencia y dueña de mi lujuria me sacó de mis pensamientos.
En chinga solté el cuchillo y salí corriendo como alma que lleva el diablo ¿Qué le habrá pasado ahora? ¿Una cucaracha? ¿Una araña? ¿Algún otro tipo de insecto? ¿Su perrita se cayó? ¿Ella se cayó? ¿Ataque de estrés? Por cierto, me cago en su universidad.
—¡Amor! ¿¡Qué ocurrió!? —pregunté entrando de un portazo. La ví con la cabeza entre sus manos, llorando a lágrima viva.
—E-es que el puto Saaaiiii, se me cerroooooo —lloró —Y solo me faltaba el fondo, y el Sai de mierda se cierra.
—Oh, linda —dije acercándome a ella despacio, no era la primera vez que le pasaba esto. En serio debo regalarle una computadora con mejor RAM.
—¿¡No era más fácil cortarme las venas o un pinche brazo!? —exclamó furiosa cuando pateó la mesa; lágrimas de frustración caían de sus ojos.
—Ey… tranquila bebé, estoy aquí —dije y la abracé, dejando su cabeza en mi pecho.
—¿No era más fácil matarme? —sollozó.
—Eh, no —dije e hice que me mirara —Pilar aún no está recibida como para curarme la depresión bien hijueputa que me daría si te matas, si es que no me mato yo también en un lapso de tres días —le dije serio, sosteniendo firmemente su cara entre mis manos, limpiando las lágrimas que se cruzaban con mi pulgar.
—Pero… el dibujo que estaba haciendo… era de nosotros y… y…
—Amor, tranquila, todo va a estar bien, mañana yo te ayudo a volver a hacer el dibujo ¿Si?
—Pero es que fue mi culpa, —comenzó a llorar de nuevo —yo sé bien que tengo que guardar antes de hacer el fondo y esta vez no sé por qué no lo guarde ¡Es que soy estúpida! —. Cubrió su cara con sus manos. La abracé, en serio odio verla así.
—Amor, calma, es algo que le puede pasar a cualquiera. Tú no sabes cuantas posiciones se me han explotado o derramado por olvidarme de un paso que hago siempre —reí levemente al recordar todos esos momentos de enchastres y pelos chamuscados, menos mal que había inventado el Pantene eldaryano a su tiempo.
Lapis lloró largo tiempo entre mis brazos, drenando toda la frustración, rabia y tristeza del momento.
—Ven, te llevaré a la cama —. Puso sus manos en mi cuello y la tomé de los muslos, haciendo que ella atrapara mi cintura con sus piernas y la llevara como si fuera un koala; un koala muy lindo y muy triste con la cara escondida en mi cuello.
La acomodé en la cama y la hice darse vuelta. Empecé a hacerle un masaje en la espalda. Leves gemidos de alivio abandonaron su garganta, dándome a entender que estaba haciendo bien mi trabajo.
Luego tomé su mano y también le hice un masaje, acariciando y presionando su piel suave.
—¿Te duele algo más? —le pregunté cuando acabé.
—La pata —dijo con la cara en la almohada.
La hice darse la vuelta y comencé a masajearle sus patitas, cada tanto le hacía cosquillas y ella me pateaba diciéndome «menso» o «bobo» entre risas.
—¿Algún otro dolor?
—Los ojitos y el corazón.
Procedí a llenarla de besos, ni idea de cómo sacarle el dolor de ojos —aparte de dormir—, así que me centré en curarle el corazón.
Mis labios se pasaron por sus mejillas, por su frente, su nariz, su mentón, su cuello, sus hombros, sus cejas, sus brazos y su pecho, terminando en un afectuoso beso en la boca.
—Te amo mucho linda —dije con una sonrisa.
—Yo también —contestó y me dio un beso casto.
—¿Sabes qué hora es? —le pregunté, ella negó. —Es hora de irse a dormir~.
—Nooooo, quiero mirar tis tos —dijo ella en berrinche.
—Nop, a dormir, señorita —contesté a la vez que me tumbaba a su lado y sacaba la camisa.
—Por favooorr —rogó para luego mirarme a la cara y poner sus manos frías en mi pecho desnudo. —Solo cinco.
Me mantuve en silencio un ratito, hasta que acepté.
Íbamos por el cuarto Tik Tok cuando ella habló.
—Amor ¿Tú no estabas cocinando?
Quedé:
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—AY JUEPUTA SÍ CIERTO —exclamé y salí corriendo a la cocina.
El arroz estaba quemado, la carne plagada de moscas, y la cebolla que iba a fritar con la carne estaba en el piso a medio cortar junto con el cuchillo.
Me apresuré a apagar el arroz, antes de provocar un incendio.
Lapis llegó poco tiempo después y me ayudó a limpiar.
—Lo siento… si yo no hubiera…
—Cómo digas que esto es tu regalada culpa te juro llamo a Pilar y Elli para que te den la paliza de tu vida, esto es culpa del puto Sai.
—Pero si yo…
—Es culpa de Sai dije.
Me regaló una leve sonrisa y me abrazó.
—¿Pedimos algo para comer? —le pregunté correspondiendo su abrazo.
—¿Podemos pedir pizza y helado napolitano? —. Sonrió como una niña de 5 años, así nunca puedo decirle que no.
—Por supuesto, Princesa —dije y le dejé un beso en la cabeza —Te amo —. Me regaló una risa melodiosa y la perfecta vista de sus cachetes rosas.
