El largo día por fin acabó, después de bastantes disturbios en la cuidad, un gran contratiempo que les impidió poder visitar al pequeño niño, supuesto hijo del Führer. Nuevamente el "Bicho" como solía llamarle el rubio, provocaba problemas con el mismo fin.
-Ya estoy cansado de esto.- murmuró enojado y desanimado el niño, no había podido atrapar o eliminar al Homúnculo, tenía una maldita habilidad para escapar.
El niño no se rendía jamás, pero había veces en las que necesariamente tenía que hacerlo, esta era una de las veces, si seguía la cuidad pagaría las consecuencias.
-Lo sé. Pero no podemos destruir la ciudad a nuestro antojo, Ed.- le explicaba su hermano, que lo miraba desde el otro lado de la habitación, sin decirle nada más, ya que sabía que probablemente su enojo aumentaría y entonces sería peor.
La noche transcurrió tranquila, el niño no podía conciliar el sueño, se movía de un lado a otro en la cama, se cubría y descubría, hasta que finalmente se sentó en la cama y observó por la ventana con angustia, su hermano por obvias razones estaba despierto toda la noche.
-Hermano...-
El hermano menor estaba claramente preocupado.
-Por más que busco una respuesta, no puedo entender porqué está haciendo esto.-
-Ni yo hermano, pero si te angustias más, menos podremos atraparlo y resultará peor. Necesitamos estar bien preparados.-
-Estoy harto de estar aquí encerrado, de recibir más órdenes que antes y de estar estancado en nuestra búsqueda.-
Edward tomó su abrigo y se lo colocó, junto con sus pantalones y botas, pronto volvió a llenar la maleta que siempre cargaba hacia todos lados. Su hermano lo miraba expectante y sin decir nada, sabía lo que su hermano haría. Claramente lo acompañaría, lograron salir por la ventana y escabullirse por la seguridad como solo ellos sabían. Pronto se encontraban en la estación de trenes que se encontraba aún en funcionamiento, tomaron el primer tren que salió de la estación, sin importarles el destino o hasta que ciudad se irían...
Unas horas después, por la mañana el adulto entró en la habitación donde supuestamente se encontraban los hermanos, sin encontrarlos ahí, no le tomó mucha importancia pues, pensaba que estarían en algún lugar comiendo o leyendo lo que casi siempre hacían en sus "tiempos libres" sin embargo, toda la tarde no les encontró por ningún lado y ninguno de los soldados en las oficinas les habían visto ese día. Roy se preocupó por ambos, y claramente ya sabía que se habían ido. No obstante, esta vez no hizo nada al respecto, entendió perfectamente los sentimientos y emociones que tenía el niño, quizá irse por unos días le haría demasiado bien y estaría mucho más concentrado.
Roy después se de cerca de una semana, ya estaba preocupado pues ninguna señal daban de querer regresar, cuando do recibía noticias o rumores del paradero de los hermanos, a la hora de investigar ellos ya habían partido de ese lugar hacia uno nuevo, y así sucesivamente iban perdiendo el rastro hasta que al final, el adulto decidió dejar de buscar y enfocarse en la búsqueda de tan difamado Homúnculo y en sus deberes como "presidente" del país.
En algunas ocasiones estaba molesto, en otras preocupado pero jamás dejó de pensar en el chico, ni un solo segundo.
-Hermano... ¿Crees que esté bien no regresar?- su hermanito ya estaba preocupado por el semblante de su hermano, cansado y con ojeras, no paraba de investigar y/o lamentarse todos lo días.
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El esposo del Führer.
FanfictionDespués de que Roy Mustang se ha convertido en Führer, pero ¿Algo le falta?