El niño continúo con ambas investigaciones, se creía lo bastante capaz como para manejar ambos conocimientos. Sin embargo, pasado un mes de completa concentración en su propio trabajo, a Mustang aún no le parecía, le crispaba demasiado el hecho de que el niño había avanzado tanto en la investigación de su alquimia, que él mismo convenciendo a su maestro para que fuese su discípulo. Aunque, eran diferentes tiempos, y el niño era bastante inteligente para su edad.
—Señor, tengo esto. Se lo ha mandado el jefe de acero.— después de haber pedido el permiso para entrar, Jean dejó unos papeles en el escritorio de Roy, al mismo tiempo que los tomaba y revisaba con cierto recelo. Tan solo eran notas y círculos de transmutación que el niño por su cuenta había encontrado. El azabache le ordenó irse y cuidarlo desde lejos, avisarle cualquier cosa que considerara peligrosa.
Roy aún sentía que estaba incumpliendo con su palabra, al no impedirle la investigación a Edward.
—Hermano... ¡No te molestes! Nos advirtieron desde el principio que ésta búsqueda no sería fácil.— Al trataba de tranquilizar a su hermano que recién se enteraba y construía su perfecta teoría, callendo en cuentas que necesitaba vidas humanas a cambio de lo que tanto anhelaba.
—¡Maldición! Ese bastardo nos tuvo persiguiendo nuestra cola.— molesto en un arranque de ira lanzó varias hojas de papel que el mismo había escrito anteriormente, rápidamente su hermano comenzó a atraparlas en el aire con intenciones de volver a acomodarlas. Entre su berrinche, Edward tomó la hoja de papel donde supuestamente había dibujado el círculo perfeccionado para producir fuego, no lo pensó dos veces, tomó el candelabro encendido y activó la alquimia encendiendo todos los papeles que habían en una pequeña explosión que se salió de su control.
—¡Hermano, no!— Al quitó de inmediato el círculo de sus manos y a Edward para alejarlo de las llamas que crecían, al no ser ésta la alquimia original que practicaba, forzosamente es necesario un círculo hasta que aprendiera a controlarlo.
—¡Señor, hay un incendio en la habitación de los Elric!— alarmado Roy salió de inmediato, intentaba cubrir su preocupación con enojo. Maldijo en voz baja. Mustang, como experto en las llamas de igual manera sabía cómo apagarla con facilidad, tan solo le bastó llevar un poco de agua consigo. Al entrar encontró al hermano menor intentando apagar el incendio que no era tan grave, pero si peligroso. En un rápido movimiento lanzó el agua hacia centro de las llamas, justo antes de que tocara el incendio, la transformó en un gran chorro de agua que terminó por apagar por completo el fuego.
—¡Increíble!— exclamó Havoc.
—¿¡Ahora entiendes porque me negué!? ¡Maldición Ed!— no le importó que Havoc estuviese presente, tomó al niño que aún tenía el ceño fruncido y lo jaló hasta la salida y a la habitación contigua, Al les seguía pero Mustang lo detuvo.
—¡Oye!— pero el niño no fué liberado hasta dejarlo sentado en un sillón.
—Escucha Ed, te guste o no, aún soy tu jefe y te ordeno por tu seguridad que dejes eso ya. ¡Maldita sea! ¡Mírame cuando te hablo!— con la paciencia agotada, Roy tomó del mentón al niño enterrando con poca fuerza sus dedos enguantados en las mejillas del menor. Todo esto para lograr que le mirara.
Ed a esas alturas tan solo sentía vergüenza de sus actos, sabía lo descontrolado que era, jamás pensó que resultaría así. Entendía el enojo del mayor y no mencionó nada en su defensa. Y por primera vez escuchó con atención todo lo que el mayor tenía para decirle.
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El esposo del Führer.
FanfictionDespués de que Roy Mustang se ha convertido en Führer, pero ¿Algo le falta?