Prólogo

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Mi trasero chocó con el piso y un quejido de dolor salió de entre mis labios.

-¡Concéntrate en tú oponente Julieta!, ¡Ese ataque era demasiado obvio!-.

Los gritos de "apoyo" del Beta de mi madre Logan no hacen que me sienta mejor.

Con molestia me levanto y regreso a una postura defensiva. Mi hermano Jace está en frente de mi. Sin playera, sin zapatos o calcetines, solo usando un pantalón deportivo. Haciendo que todas las perras de la manada estén viendo nuestro encuentro babeando por el cuerpo bien trabajado de él.

Ugh, asqueroso.

Aunque no podía quejarme, pues aunque los machos de la manada no fueran tan descarados como las hembras. También había uno que otro que se me quedaba viendo más de la cuenta debido a mis shorts apretados y al sostén deportivo que era lo único que me cubría.

Tanto mi cuerpo como el de mi hermano estaba bañado en sudor debido a las largas horas que hemos dedicado a entrenar bajo la apabullante luz del Sol. Mi pecho sube y baja mientras trato de controlar mi respiración y ocultar el hecho de que mis músculos pesan como si fueran de plomo. Solo quiero acabar con esto y comer algo.

Adelantándome a mi hermano, está vez soy yo la que se le acerca y le aplico una llave con mis piernas, eso hace que ahora sea él quien caiga al suelo. Punto para mi. Jace logra tomar una de mis piernas mientras cae y me derriba con él. Punto para mi hermano.

Ambos caemos sobre nuestras espaldas y perdemos el aire.

-¡Alto!. Esto solo es un ejercicio, pero si fuera un combate real lo hubiera ganado Jace. Julieta, ¿Puedes decirme porqué perdiste?-.

Detesto cuando me dan sermones de moralidad cuando acaban de patear mi trasero.

-Jace mantuvo una postura ofensiva todo el tiempo, no perdió terreno y acerto sus golpes en lugares vitales. En cambio yo estuve distraída y no lo pude evitar a tiempo en varias ocasiones-.

Digo con voz irritada y entrecortada. Joder que todo mi cuerpo me dolía. ¿No podiamos dejar las lecciones para más tarde cuando no estuviera tendida en el pasto?. Al parecer no.

-Exacto, aunque también derribaste a tu hermano en varias ocasiones y lo golpeaste en otras. Tus técnicas no fueron tan efectivas como las de él. Tu mayor error fue tu propia estrategia y la falla de tus habilidades para llevarla a cabo. Cada combate es único porque nunca podemos predecir lo que hará la otra persona. Por eso siempre debemos de prestar atención a las señales que nos dan. Piensen en eso hasta el próximo entrenamiento. Terminamos por hoy, pueden descansar-.

Jace y yo dejamos salir un suspiro de alivio. Logan nos dio una mirada divertida.

-¿Están seguros de ser hijos de mi Alpha Rae?, esa mujer tiene casi un milenio y tiene más energías y fuerzas que ustedes dos juntos-.

-Le voy a decir a mamá que vas soltando su edad a los cuatro vientos, estoy seguro de que se reirá mucho-.

El Beta palidece con el comentario de Jace y se aleja de nosotros mascullando algo acerca de que los cachorros de ahora no saben lo que es respeto.

Mi mellizo y yo nos echamos a reír hasta que nos duele el estómago. Nadie se salvaba de las palizas de mi madre, ni siquiera mi papá. Por lo que todos le tenían algo de miedo y muchísimo respeto. Ella era mi modelo a seguir.

Jace es el primero en pararse y me tiende una mano para ayudarme, acepto su ayuda. No creo que sea capaz de cargar con mi pesado trasero en estos momentos.

-Bueno hermanita, me parece que nos hemos ganado un pedazo de carne bien grande y un vaso de agua helada-.

-Dilo por ti hermano, me muero por un plato de fruta fresca y dulce, con jugo a un lado-.

Ojos Color de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora