Capítulo 3

357 31 2
                                    

PDV HARRY.

Según me levanté me tiré al sofá, encendiendo la tele.
La noche de ayer fue realmente aburrida.
Mi padre no paraba de preguntarme cosas acerca de mi vida privada. Este señor me exasperaba.
Dirigí mi mirada hacia el televisor, divisando a mi padre con Alfred, rodeado de cámaras.
- Señor Styles, ¿cómo se ha tomado el último suceso acaecido por su hijo?
- Fue un verdadero error que ya he hablado con él- respondió mi padre sonriendo- ha conocido a un chico realmente agradable y está interesado en trabajar en política.
¿Perdón? ¿Qué mierda estaba diciendo?
Fruncí el ceño, apagando el televisor y cogiendo mi teléfono, marcándole.
Genial, comunicaba.
¿Desde cuándo había conocido a un chico? Menuda sarta de mentiras.
A los pocos minutos la puerta se abrió, mostrándome a mi padre, el cual dejó su maletín en la entrada.
- ¿Qué narices te pasa?- exclamo dirigiéndome hacia él.
Mi padre se quitó el abrigo y lo colgó en el perchero, mirándome.
- No me hables así- contesta.
- ¿Por qué dices que he conocido a alguien?
- Porque es verdad- responde dirigiéndose a su despacho.
Frunzo el ceño, siguiéndole.
- Sabes perfectamente que no he conocido a nadie.
- He estado pensando- dice sentándose- y ya va siendo hora de que asientes la cabeza. Al menos de cara al público.
Me siento frente a él, sin comprender.
- Como te dije, las elecciones se acercan, y no puedo permitir ningún espectáculo que me perjudique a mí y al partido, y sobre todo no puedo permitirme perder la presidencia este año. Y qué mejor manera que mi querido hijo haya asentado la cabeza con un maravilloso chico.
- Vamos, que finja estar con alguien.
Asiente, sonriendo.
- ¿Y se puede saber con quién?
- Con Louis.
- ¿Louis?- frunzo el ceño.
- El chico del bar de anoche.
- No no no- respondo- no le conozco y no es mi tipo, creo habértelo dicho.
- Es perfecto para ti. Es trabajador, amable, educado. Es justo lo que buscas.
- Ni siquiera sabes si es gay.
- He ido muchas noches a ese bar, y créeme, le gustan los chicos.
Muerdo mi labio, pensando.
- ¿Cuánto tiempo tendría que fingir estar con él?
- 6 meses.
- ¿Cómo?- exclamo- eso es mucho tiempo.
- No es una opción, Harry.
- No puedes obligarme a estar con alguien.
- No te estoy obligando. Solo es de cara a la prensa.
- ¿De verdad crees que él aceptará? Es una locura.
- Eso déjamelo a mí- dice sonriendo- y ahora sal. Tengo que resolver unas cosas.
Me levanto de la butaca y salgo dando un portazo, metiéndome en la cocina y cogiendo varias magdalenas.
En cuanto me siento en el sofá marco a Steph, el cual no tarda en descolgar.
- Por Dios son las 10 de la mañana. Déjame vivir- dijo con la voz ronca.
- Mi padre quiero conseguirme un novio. De hecho ya lo ha elegido- suelto ignorando su queja.
- ¿Cómo conseguirte?
- Me ha buscado un novio para la prensa.
- Pobre de él- carcajea.
- Pobre de mí- respondo.
- ¿Está bueno?
- No está mal. Pero es demasiado paradito.
- Definitivamente, pobre de él.
- Vete a la mierda- respondo, oyendo como reía.
Cuelgo el teléfono, lanzándolo a mi lado.
Suspiro, mordiendo mi magdalena.

PDV LOUIS.

- ¡Louis, ha venido Mark!- grita mi madre.
Salgo de mi cuarto con la mochila colgando de mi hombro.
- Ya te he dicho miles de veces que no hace falta que me acerques al bar.
- Y yo ya te he dicho miles de veces que no me importa- responde encogiéndose de hombros.
Sonrío, dando un beso a mi madre y saliendo con Mark.
- Había pensado que el sábado podríamos ir a tomar algo y aprovechar que no trabajamos.
- Suena bien- comento mientras me abrochaba el cinturón- tengo una cara horrible- refunfuño.
- Apenas descansas, Louis. Deberías de dejar los dobles turnos.
- No puedo y lo sabes.
- Pues no puedes seguir así- concluye, echándome una rápida mirada. Su ceño estaba fruncido.
Suspiro, cerrando los ojos.
- Sigues igual de guapo- añade.
Abro los ojos, mirándole. Pude observar cómo una pequeña sonrisa asomaba en sus labios.
- Solo lo dices para hacerme sentir mejor- respondo frunciendo la nariz.
- Lo digo porque es verdad, Louis- responde mirándome.
Noto el calor subir hacia mis mejillas.
- Gracias- susurro, dirigiendo mi mirada hacia la calle.
- Por cierto, mi madre quiere que vengas a cenar a casa. Hace mucho que no te ve.
- Eso sería genial- respondo- si quieres le puedo decir a mis padres.
- ¡Sí! Así nos dejan más tranquilos- dice guiñándome un ojo.
¿Desde cuándo Mark era tan… coqueto?
Los siguientes minutos no hablamos mucho, ya que mi padre me llamó para decirme qué días tendría que ir a la tienda.
Una vez llegamos al bar me dirijo a las taquillas a dejar mi mochila junto con Mark, el cual aprovecha para ponerse el uniforme.
No pude evitar dirigir mi mirada hacia su torso desnudo.
- Louis- me llama Mark- no me estás escuchando- dice levantando una ceja.
- Lo siento- murmuro, desviando mi mirada a sus ojos.
Mark se acerca hacia mí, quedando a escasos centímetros.
- No sé si no ha quedado claro que tú puedes mirarme las veces que quieras- susurra.
Muerdo mi labio inferior, nervioso.
Mark da un paso más, mezclando su respiración con la mía.
Sus manos fueron directas hacia mis caderas, atrayéndome hacia él.
Mi corazón latía como un loco, y no pude evitar desviar mi mirada hacia sus labios entreabiertos.
Mark acerca su rostro hacia el mío, uniendo nuestros labios lentamente.
Cierro los ojos, posando mis manos en su torso y dejándome llevar.
Movíamos poco a poco nuestros labios, y a los segundos noté la lengua de Mark pasar por mi labio inferior, pidiendo permiso.
Abro la boca, dejándole paso.
Un fuerte ruido sonó fuera, el cual hizo que nos sobresaltásemos, separándonos.
- Ha sonado a vaso roto- susurra Mark sonriendo.
Imito su acción, mirando hacia el suelo.
- Deberíamos salir ya.
- Vete yendo. Tengo que vestirme- dice señalando su torso, cogiendo el polo verde.
Asiento, saliendo de los vestuarios.
- Al fin, hay gente que atender- dice Rebecca barriendo los trozos rotos de cristal.
- Becca, Mark me ha besado- susurro.
- ¡¿Cómo?!- exclama, llamando la atención de una pareja.
- No grites.
Me coge del brazo, dirigiéndonos tras la barra.
- Cuéntame todo.
- Simplemente ha pasado. El ruido del vaso nos ha interrumpido.
- Lo siento- responde haciendo un puchero, a lo que sonrío.
- No pasa nada boba.
- Tengo que contárselo a Anna- dice dirigiéndose hacia ella.
Niego con la cabeza, preparando las bandejas.
- Buenas noches, Louis- dice una gruesa voz a mis espaldas.
Me volteo, divisando al señor Styles.
- Buenas noches, señor Styles, qué sorpresa verle tan pronto.
- Quería hablar contigo de un asunto- dice.
Observo a Mark salir del vestuario, el cual me echa un vistazo, sonriéndome.
- Usted dirá.
- Me gustaría hacerlo en un sitio más privado.
- Claro. Sígame- digo saliendo de detrás de la barra, dirigiéndome a bodegas.
El señor Styles entra seguido de mí, cerrando la puerta.
- Verás Louis. Como sabrás mi hijo causa muchos… espectáculos, de cara a la prensa.
Asiento.
- Las elecciones generales son en seis meses, y no me conviene, ni mucho menos al partido, ningún escándalo por parte de él.
- Claro- respondo, sin entender qué tenía que ver eso conmigo.
- Ganaría muchos puntos si mi hijo asentase la cabeza con alguien responsable y maduro. Alguien como tú.
Abro los ojos, sorprendido.
- ¿Qué está queriendo decir exactamente?
- Que salgas con mi hijo- añade.
- ¿Qué?-pregunto sorprendido- P-Pero no le conozco, y además n-
- Solo de cara a la prensa y la gente. En actos públicos.
- ¿Tengo que fingir que estoy con él, pero en realidad no?
- Exacto. Solo serían esos meses.
- No sé, señor Styles. Es todo muy raro- digo negando con la cabeza, sin creerme toda esta locura.
- No lo harías gratis, por supuesto- dice sacando unos papeles de su chaqueta, entregándomelos.
Los desdoblo, observándolos.
- Es un contrato. Pone básicamente lo que he dicho, y el dinero que ganarías mensualmente.
Ojeo las hojas, frenando en una cifra.
2000 libras.
- ¿Me pagaría 2000 libras mensuales por estar con su hijo?
- Así es. ¿Es poco?
- ¡No!- exclamo- es una cifra considerable- respondo ojeándolo de nuevo.
- Entonces, ¿aceptas?
- Me gustaría pensarlo- murmuro- salir con alguien a cambio de dinero no es algo que hace uno de la noche a la mañana.
- No pienses en eso, Louis. Sé lo que se te está pasando por la cabeza, y no es nada de eso. Simplemente sería salir por ahí con mi hijo unas cuantas veces de cara al pueblo y la prensa. Nada más.
Asiento, lamiendo mis labios, suspirando.
- Como le he dicho, me gustaría pensarlo antes, si no es inconveniente.
- Por supuesto. En la última hoja tienes mi teléfono y dirección. Cuando sepas algo llámame o ven a mi casa.
Asiento, doblando de nuevo los papeles.
- Buenas noches, Louis- dice saliendo de la sala.
Resoplo, mordiendo mi labio inferior.
Salgo de la bodega, guardando los papeles en el bolsillo de mi pantalón.
- ¿Dónde estabas?- pregunta Mark.
- En la bodega, haciendo unas cosas- miento.
Mark me mira raro, asintiendo.
Cojo la libreta y me dirijo a una mesa donde había dos hombres.
- Buenas noches, ¿qué van a tomar?

HabitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora