Capítulo 14

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PDV HARRY.

Ayer fue, sin duda, uno de los mejores días de mi vida.
Nunca he estado tan a gusto con ningún chico, a excepción de Steph claro.
Louis desprendía una naturalidad que sin duda me volvía loco. Siempre tenía un tema de conversación y una sonrisa que lo acompañaba.
Hoy teníamos la comida con uno de los socios más importantes de mi padre, lo que significaba una cosa. Aburrimiento.
Según salí de la ducha aproveché para empezar a vestirme, mientras Louis se acicalaba en el baño.
El ojiazul se encontraba tarareando una canción de alguien que desconocía.
Opté por echar un vistazo, ya que la puerta se encontraba un poco abierta, y pude divisarle con una toalla enroscada en sus caderas, las cuales se mecían al ritmo de la canción que cantaba. Sonreí.
Dirigí mi mirada a su pomposo trasero, el cual se mecía una y otra vez.
Suspiré, optando por lo mejor, dejar de mirar, o probablemente en cuestión de segundos tendría una erección.
Me até el nudo de la corbata, echándome un último vistazo en el espejo.
- Qué poco has tardado- comenta Louis detrás de mí.
Me giro, echándole un rápido vistazo a ese torso bronceado, en el cual aún chorreaban un par de gotas de agua.
- En lo que tú hacías un concierto yo opté por arreglarme- respondo con una pizca de humor.
Louis abre los ojos, sonrojándose levemente.
- ¿Me has oído?- pregunta.
- Cómo no hacerlo. Tienes una voz muy dulce.
Frunce la nariz, produciéndome un escalofrío. Amo cuando hace eso.
- Eres pésimo mintiendo- responde dirigiéndose al armario, sacando su traje- gírate.
Levanto una ceja, sonriendo sin mostrar mis dientes.
- Si puedo elegir prefiero quedarme así.
- Es una pena- dice sonriendo hipócritamente- gírate. Por favor.
Asiento, haciendo lo que me dice.
Miro el techo, silbando.
La toalla que Louis llevaba aparece en mi campo de visión, la cual ha sido lanzada a la cama.
Mierda, está desnudo.
- Pretendes que me quede así sabiendo que te tengo desnudo justo detrás de mí- susurro con la voz ronca, moviendo mi pierna derecha.
Oigo un carcajeo por parte de Louis, haciendo que frunciese el ceño.
- Llevo el bóxer puesto- responde.
- Esto es ridículo- digo girándome, viendo cómo se subía el pantalón.
- ¿A ti qué te pasa?- exclama, subiéndoselo rápidamente.
- No es como si fueses al único que veo en bóxer- digo encogiéndome de hombros- pensé que estabas desnudo.
- Pues pensaste mal para tu desgracia.
Río, negando con la cabeza.
Louis sigue vistiéndose, a lo que yo simplemente me limito a observarle.
Es hermoso, y probablemente ni lo sepa.
- Listo.
- La corbata- digo señalándosela.
- ¿Es necesaria? Quiero decir, tú algunas veces no te has puesto.
- Hoy sí, créeme.
Louis muerde su labio inferior, sonrojado.
- ¿Qué ocurre?- pregunto.
- No sé anudarme la corbata- susurra sin mirarme.
- Es una broma, ¿verdad?
El ojiazul niega con la cabeza, mirándome por fin.
Sonrío tiernamente, acercándome al cajón y sacando una corbata gris perla.
- Bien, ven.
Louis se acerca despacio, quedando frente a mí.
Paso la corbata por su cuello, aspirando su dulce aroma.
- Es muy fácil- digo empezando- primero pasas esa parte por debajo hacia aquí, y la enroscas, pasándola por el frente y volviendo a hacer un nudo- digo mientras se lo hago.
Observo cómo Louis observa seriamente, y sonrío de nuevo.
- Ahora tan solo la metes por aquí y la sacas por arriba, arreglándolo- finalizo subiéndolo hasta su nuez- listo. Guapísimo- digo dejando un pequeño beso en la punta de su nariz- vamos- digo dirigiéndome hacia la puerta, pero el brazo de Louis me lo impide, girándome y atrayéndome de nuevo hacia él, dejando un tierno beso en mis labios.
- Gracias- susurra, dejando otro corto beso- ahora sí, vamos- dice separándose de mí, abriendo la puerta.
Suspiro, notando un cosquilleo desconocido en mi estómago, y le sigo.
Según llegamos al hall nos encontramos con mis padres, los cuales están metiéndose en uno de los coches.
Louis y yo entramos en el de detrás, abrochándonos el cinturón y poniendo rumbo hacia una velada aburrida.
Por el camino no hablamos de mucho, debido a que Louis se pasó todo el trayecto mirando por la ventana todos los edificios y esculturas.
Una vez llegamos nos reunimos con mis padres y los Willensen, los cuales le decían algo a su chófer.
Entramos al restaurante, siguiendo a la masa, la cual se dirigía a una mesa del fondo.
- Patrick - le saluda el señor de pelo blanco.
- Liam- responde.
- Un gusto verles de nuevo- dice dirigiéndose a Alfred, el cual asiente sonriendo.
No se molesta en saludarnos, cosa que agradezco, y nos sentamos en la mesa, no sin antes saludar a su mujer y su hija, las cuales se muestras cálidas y sonrientes.
Louis se sienta enfrente de mí, cosa que agradezco.
Todos en la mesa hablan, menos Louis y yo, que nos encontramos comiendo realmente aburridos, observando cómo mi padre, Alfred y Liam hablaban de unos asuntos económicos, mientras que mi madre, la mujer de Alfred y la de Liam hablaban de cosas sin importancia, donde la hija de éste interfería de vez en cuando.
Le hice una mueca a Louis, el cual ríe levemente, lamiendo sus labios.
- Nos vamos- le susurro, haciendo que me mirase sin entender- padre- digo llamando su atención, el cual se descuelga de la conversación, mirándome.
- ¿Ocurre algo?- susurra.
- Louis y yo nos vamos- le respondo de la misma manera, de tal forma que no nos oyese nadie.
- ¿Qué? ¿Por qué?- pregunta frunciendo el ceño.
- No pintamos nada aquí y esto es un verdadero coñazo.
Mi padre contiene la respiración, de seguro guardándose un par de palabras.
- Mi hijo y su novio se van a retirar- informa llamando la atención de los presentes- Louis no se siente bien.
Liam y Alfred asienten, volviendo a lo suyo.
Me pongo de pie junto a Louis, el cual se disculpa con los presentes.
Nos despedimos y salimos, encaminándonos hacia el coche.
- ¿Por qué has hecho eso?
- Necesitábamos salir de ahí o moriríamos de aburrimiento- digo abriéndole la puerta del coche, haciendo que entrase.

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