Capítulo 21

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PDV LOUIS.

Había llegado 10 minutos antes al restaurante, algo costumbre cuando estaba nervioso.
Ayer Harry me dejó con la intriga, ya que no quiso decirme el porqué de vernos.
Mi pierna se movía por debajo de la mesa, mientras me dedicaba a mirar por la ventana, a la espera del ojiverde.
- Hola, buenos días- dice una voz femenina a mi derecha- ¿sabe qué va a tomar?
- Todavía no, estoy esperando a alguien- le respondo con una sonrisa.
- Perfecto- dice alejándose.
La puerta suena y dirijo mi mirada hacia ella, divisando a Harry.
Mi boca cae al suelo en cuanto me fijo en las gafas de sol que tapan sus ojos. Su pelo estaba suelto, acompañado de un sombrero que desconocía, sus pantalones negros marcaban sus perfectas piernas, y su camisa mostraba parte de sus dos gorriones.
Puedo observar como las dos chicas de al lado murmuran algo sin dejar de mirarle, molestándome.
De seguro que él ni sabía lo que producía en la gente, o sí. Era Harry.
- Buenos días- dice con voz ronca, acercándose a mí y dejando un corto beso en mis labios.
Miro a las chicas, las cuales observan la escena serias, y las dedico una falsa sonrisa, haciendo que retirasen rápidamente la mirada.
- ¿Nuevo sombrero?- pregunto lamiendo mis labios, observándolo.
- ¿Te gusta?- pregunta quitándose las gafas.
- Estás guapísimo- me sincero.
Harry muestra sus dos hoyuelos, haciendo que me derritiese por completo.
- ¿Has pedido algo?
Niego con la cabeza.
- Te estaba esperando.
El ojiverde llama a la camarera, haciendo que ésta se acercase.
- Buenas, ¿ya saben lo que van a tomar?
- Yo tomaré un americano, con los huevos revueltos y un café solo.
La chica asiente, apuntándolo.
- Yo unas tostadas con mermelada de melocotón y un zumo de naranja.
- Perfecto, en unos minutos lo tienen.
Asentimos.
- Y bueno, ¿Qué es eso que tenías que decirme?- pregunto ansioso.
- Apuesto a que no has podido dormir- carcajea.
Frunzo en ceño, a lo que éste ríe más.
- Mi padre me deja las llaves de la casa que tenemos en el campo, cerca de la sierra, y me preguntaba si te gustaría pasar el fin de semana allí. Bueno, no estaríamos literalmente solos, ya que me ha obligado a invitar a un viejo amigo y a su novia, pero será divertido- comenta mirándome.
Me quedo un poco en shock. No me esperaba para nada eso.
Él y yo, un fin de semana, solos.
Solo de imaginármelo en mi cabeza ya quería saltar de alegría.
- ¿Qué dices? ¿te apuntas?
- Tendría que comentárselo antes a mis padres- respondo haciendo una mueca- ya sabes que mi madre es un poco... seria, con ese tipo de cosas.
- Lo entiendo. Aunque seguro que tu padre la convence- dice guiñándome un ojo.
- Además, ¿Qué hago con el trabajo?
- Mi padre se encargaría de eso.
- No piensas rendirte, ¿no?- digo sonriendo.
- ¿Crees que voy a desaprovechar un fin de semana contigo?- susurra- no sabes lo bien que lo pasaríamos, Louis.
Noto el rubor subir a mis mejillas, haciendo que Harry sonriese de lado, satisfecho.
- En cuanto llegue a casa se lo diré a mi padre.
- Ese es mi chico- comenta incorporándose un poco, dejando un beso en mis labios, el cual se alarga más de lo debido.

***

En cuanto entro por la puerta me encuentro con mi padre en el sofá, tapado con una manta.
- ¿Te encuentras bien?- le pregunto sentándome a su lado.
- Me he levantado un poco mal del estómago, tu madre ha ido hoy a la tienda.
- ¿Quieres que me acerque a la farmacia a por algo?
- Oh no hijo, no te preocupes, ya me he tomado un antibiótico- me dice sonriendo.
- Papa, me gustaría preguntarte algo- digo mordiendo mi labio.
- Claro, tú dirás.
- ¿Me dejarías pasar el fin de semana con Harry y dos amigos suyos? Sería en su casa del campo. Será divertido- digo sonriendo, intentando sonar bien.
- ¿Tú madre sabe algo?
Mierda.
- Quería hablar contigo antes.
Ríe, incorporándose un poco.
- Soy más fácil de convencer, ¿no?- pregunta sonriendo.
- Por favor-suplico- te prometo que no haremos nada malo.
- Bueno... está bien, pero le diré a tu madre que estarán los padres de los amigos. Si se entera de que no hay adultos me mata.
- ¡Gracias!- exclamo abrazándole, a lo que éste me lo devuelve.
- ¿Cuándo salís?
- Mañana, sobre las seis. El domingo por la tarde volvemos.
Asiente, palmeando mi hombro.
- Hagas lo que hagas, cuídate, ¿está bien?
Me ruborizo al instante, asintiendo y levantándome del sofá.
- Voy a llamar a Harry- digo rápido, metiéndome en la habitación y escuchando la risa de mi padre de fondo.

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