Capítulo 19

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PDV HARRY.

- ¡Harry!- grita mi padre desde el salón.
Ruedo los ojos y salgo de la cocina, encaminándome hacia él.
- No he hecho nada malo- digo antes de que empiece a hablar, a lo que éste ríe.
- Tengo una reunión mañana en la zona norte- empieza, a lo que hago una mueca- pero no te preocupes, que no tienes que venir- dice como leyendo mi mente, a lo que sonrío- tu madre y yo saldremos después de comer.
- Perfecto- sonrío.
- Nada de fiestas, nada de chicos, y nada de nada- me advierte.
- Cómo puedes insinuar eso- digo dramático, a lo que mi padre levanta una ceja.
- Advertido quedas.
- ¿Ni siquiera Louis?- sonrío pestañeando seguidamente.
- Al decir nada de chicos Louis está incluido- finaliza levantándose del sofá y metiéndose en su despacho.
Asiento, subiendo a mi habitación y sentándome en la silla del escritorio, mensajeando al ojiazul.
" Hey Louis, te gustaría que cenáramos?"
" ¡Genial! ¿Dónde?"
"En mi casa"
" ¿Tus padres están de acuerdo con eso?"
"Mis padres no estarán"
" Ah. Bueno vale jajaja"
Cuando Louis pone "jajaja" significa que está nervioso, y eso me causa gracia.
" Te espero a las ocho "finalizo.
Me esperaba una larga noche.

***

Las ocho menos diez, y sabiendo la puntualidad de Louis, estaría a punto de llegar.
Me echo un poco de perfume y me recojo el pelo en un moño, ya que sé que a Louis no le entusiasma mucho que lo tenga así de largo.
El timbre suena, haciendo que una sonrisa saliese de mis labios, y me dirijo a abrir la puerta.
- Buenas- digo en cuanto veo a un Louis sonriente, con una botella de vino en la mano- vaya, estás más que bienvenido.
Éste niega con la cabeza riendo, entrando a casa. Cierro la puerta y le sigo, observando disimuladamente ese trasero oculto en esos vaqueros negros que tanto le definían.
- ¿Lo llevo a la cocina?- dice elevando la botella. Asiento, sentándome en el sofá.
- Así que has venido dispuesto a emborracharte.
- ¿Quién ha dicho que vaya a ser yo?- responde desde la cocina, a lo que carcajeo, observando como salía de la cocina- y cómo es eso de que estás solo- pregunta sentándose a mi lado.
- Mi padre tenía unos asuntos fuera, y mi madre le ha acompañado- respondo encogiéndome de hombros.
- ¿Y no has montado una fiesta?
- ¿Por qué todo el mundo piensa así de mí?-pregunto fingiendo estar ofendido, a lo que Louis me agarra del moflete como si fuese un niño pequeño.
- No te pongas refunfuñón que no te pega.
- Además, ¿quién ha dicho que no podamos montar una fiesta los dos?- sugiero haciendo un movimiento con mis cejas, a lo que Louis rueda los ojos, un poco sonrojado.
- ¿Cenamos?- dice cambiando de tema. Asiento, levantándome y metiéndome en la cocina con Louis detrás.
- ¿Qué te apetece?
- ¿Tienes masa de pizza?- pregunta observando la cocina.
- Siempre- respondo sacándolas de la nevera- ¿manos a la obra?
- Mi pizza será mil veces mejor que la tuya- dice orgulloso.
- Quiero ver eso- respondo sonriendo.

***

- Creo que voy a explotar en cualquier momento- susurra Louis frotándose la barriga.
- Reconoce que mi pizza ha sido la mejor- digo saliendo del baño después de lavarme los dientes.
- Nunca. ¿Quién en su sano juicio le pone piña a una pizza?- pregunta con cara de asco, a lo que río.
- La piña es la clave de todo- respondo orgulloso.
Observo las mejillas de Louis, sonrosadas debido a las copas de vino ingeridas.
- ¿Tienes un cepillo de dientes de sobra?- pregunta.
Asiento, dirigiéndome al baño con Louis detrás y sacando del cajón un paquete de sobra que tenemos, sacando uno rojo y entregándoselo.
- Te espero en el salón- comento guiñándole un ojo.
Son las diez y media de la noche y Louis y yo nos encontramos viendo la tele. Bueno, más bien observando la basura de película que estaban televisando.
- ¿Quieres que te enseñe mi cuarto?- pregunto de la nada. Louis se sobresalta, mirándome un poco desconcertado.
- Mmm vale- responde en un susurro.
Me levanto y subo las escaleras con Louis detrás.
La verdad que no sé por qué he dicho eso, pero era la única manera de entablar una conversación con él, ya que llevábamos media hora únicamente viendo la tele. Y bueno, para qué mentir, si podía surgir algo por mí encantado.
- Y este es mi templo sagrado- digo haciéndole paso a mi habitación.
- Vaya, el color es muy bonito- dice sonriendo bobamente.
- ¿En serio, Louis?- carcajeo- me parece que a alguien le ha subido el vino.
- ¡No!- exclama- soy mucho de fijarme en las paredes de las habitaciones- susurra.
- Suena bastante idiota.
- Gracias- dice sonriendo irónicamente.
Louis se pasea por el cuarto, mirando los libros y fotografías de la estantería.
Me detengo a observarle detalladamente. Su espalda no es ancha, pero tiene esa curva que delinea su espalda y su trasero, y eso me encanta.
Me acerco lentamente hacia él, posicionándome detrás.
- ¿Te han dicho alguna vez que tienes un cuerpo perfecto?- le susurro al oído, pasando mis manos por su cintura, abrazándole.
- Sí- responde, y puedo observar su perfil, sonriendo.
Carcajeo en su nuca, y noto que se le eriza la piel, así que aprovecho para dejar un beso detrás de su oreja.
- Sé lo que pretendes- susurra, dejándome paso a su cuello, el cual empiezo a besar lentamente.
- ¿Te supone algún problema?
Niega con la cabeza, volteándose y mirándome fijamente.
Sus dos zafiros me miraban brillantes, con los labios entreabiertos, pidiéndome a gritos ser besados.
Louis lee mi mente, y se aproxima a mi boca dejando un beso corto, el cual yo mismo me encargo de alargar, acercando más su cuerpo al mío, si eso puede ser posible.
Siento un cosquilleo por dentro. Un cosquilleo extraño, que me aterra.
- ¿Qué piensas?- pregunta Louis, sacándome de mis pensamientos, paseando sus manos por mi nuca y hombros.
- En lo mucho que me gustas- respondo sinceramente, haciendo que éste sonriese de oreja a oreja, abrazándome.
Llevo mis manos a esa curva que tanto me gusta, bajando hasta su trasero, el cual aprieto.
Louis mordisquea el lóbulo de mi oreja, a lo que suelto un pequeño gemido.
- Quítate la camisa- demanda, empezando a desabrochar los botones.
La subo para arriba y la arrebato de mi cuerpo, dejando a la vista mi torso, el cual Louis observa.
- Tu camiseta- demando.
Louis asiente, quitándosela y tirándola junto a mi camisa, y apto seguido lleva sus manos al cinturón de mi pantalón, sorprendiéndome.
- ¿Dónde quedó el Louis que me dijo en España, "no vamos a follar"?- pregunto elevando una ceja, a lo que éste baja la mirada, mordiendo su labio.
- ¿Voy muy rápido?
- Mi pantalón ya debería de estar en el suelo de esta habitación- susurro elevando su rostro, dejando un beso en sus labios.
Éste sonríe aliviado, continuando, desabrochando mi pantalón.
En cuestión de segundos desaparece de mi cuerpo, y Louis se encarga ahora de quitar el suyo, quedando los dos en bóxer.
Me inclino llevando mis manos hacia sus muslos, cargándolo de tal modo que sus piernas quedan enroscadas en mi cintura, y me dirijo a la cama, sentándome en el borde, con Louis encima.
Nos besamos desesperados, y mi bulto no tarda en aparecer cuando Louis contornea sus caderas con las mías, volviéndome loco.
Aprieto su trasero, de manera que el ojiazul entreabre los labios, y dirige sus manos hacia mi moño, quitándome la goma de pelo y dejándolo suelto.
- Sabía que mi pelo terminaría encantándote- comento, a lo que Louis rueda los ojos, besándome de nuevo.
Me reincorporo, dejando a Louis un poco desconcertado. Me deslizo al centro de la cama, apoyando mi espalda en el cabecero, palmeando mis muslos.
- Ven aquí.
Louis sonríe pícaramente, gateando hacia mis muslos y sentándose encima, paseando la yema de sus dedos por mi torso, meciéndose encima de mí.
- Estás jugando sucio- susurro con la voz entrecortada.
Éste muerde su labio y me mira con cara de niño bueno, poniéndome más duro.
- ¿No era que te gustaba jugar?
Asiento repetidas veces, llevando mi mano hacia el borde de sus calzoncillos.
- Quítatelos.
Louis se incorpora, bajándoselos despacio, dejando a la vista su erección.
Aprovecho para bajar también los míos, lanzándolos lejos.
Louis ríe, volviendo a su posición y besándome salvajemente, frotando su erección con la mía.
Cuando el ojiazul desciende sus labios hacia mi cuello, aprovecho y chupo mi dedo corazón, guiándolo hacia su entrada y jugueteando alrededor de ella.
Louis da un respingo al sentirlo, mirándome.
- No solo vas a jugar tú- digo guiñándole un ojo.
Éste me mira fijamente, echándose un poco hacia atrás y descendiendo hasta quedar frente a frente con mi erección.
No me creo que vaya a hacer lo que estoy pensando.
Louis lleva su mano derecha hacia ésta, estimulándola lentamente.
- L-Louis- suspiro, cerrando los ojos y mordiendo mi labio inferior.
El ojiazul sigue con su labor, produciéndome escalofríos.
A los pocos segundos noto algo húmedo en mi erección. Abro los ojos, y diviso a Louis con ésta en su boca, mirándome a los ojos.
- Vas a matarme- susurro.
El ojiazul medio sonríe, concentrado en seguir haciéndome sentir bien, aunque no tenía que esforzarse mucho. Mi pene estaba hecho para estar en su boca.
Pasados un par de minutos, Louis se incorpora, a lo que yo aprovecho para atraerle hacia mí y besarle salvajemente, llevando mis manos a su duro culo y apretándolo al máximo, de modo que su erección rozaba mi estómago.
- Deja que te lo agradezca- pido con intención de quitarle de encima, pero el me frena.
- No quiero más preliminares, Harry- responde tajante.
Asiento, llevando mi mano hacia el cajón de la mesilla y rebuscando, encontrando el bote del lubricante y un preservativo.
- No necesito lubricante- carcajea, sorprendiéndome.
- No sé si me gusta más el Louis que se sonroja o éste.
El ojiazul sonríe, abriendo el preservativo de una y llevándolo hacia mi miembro, introduciéndolo lentamente.
- Definitivamente prefiero a éste- susurro, observando todos los movimientos de mi chico- lo siento, cariño, en ésta fase controlo yo- y apto seguido doy un giro sujetando a Louis, dejándole debajo de mi cuerpo.
Estimulo su entrada con mis dedos, y lentamente introduzco mi dedo corazón, haciendo que éste soltase un suave gemido.
Louis meció sus caderas haciendo que mi dedo entrase y saliese, a lo que yo aproveché para echarme hacia delante y besarle.
Un par de segundos más y saqué mi dedo, el cual opté por sustituir con mi miembro.
- ¿Preparado?
Louis asiente repetidamente, a lo que sonrío, dejando un beso en la punta de su nariz.
Coloqué la punta en su entrada, entrando lentamente, a lo que el ojiazul soltó un suave gemido, estremeciendo mi piel.
No sé muy bien qué hacer. Quiero decir, nunca lo he hecho lento y esas cosas, pero tampoco quería hacerlo como si fuese otro cualquiera, quiero que los dos lo disfrutásemos.
- Deja de pensar tanto y hazlo, no soy de cristal, Harry- la voz de Louis interrumpe mis pensamientos.
Decido moverme, introduciendo más mi miembro en Louis, haciendo que éste se meciese también, mordiendo su labio.
Nos concentramos en ese vaivén tan placentero, acelerando cada vez más el ritmo.
Decido ponerme en cuclillas, elevando las piernas de Louis para hacer la embestida más profunda, y santa mierda, cómo no hice esto antes.
- H-Harry- gime el ojiazul, sin poder abrir sus maravillosos ojos- sigue.
Y sus súplicas son como piropos para mis oídos, cumpliendo su demanda, moviendo más mis caderas, de tal forma que mi erección queda por completa dentro de él.
Louis se apoya en sus codos, girando y quedando encima de mí, sin hacer que saliese de él.
- Lo siento, tengo una obsesión con estar arriba- susurra llevando sus labios a mi cuello, moviéndose más rápido, llevándome a la locura.
Coloco mis manos en sus caderas, apretándolas.
- Si sigues moviéndote así no creo que dure mucho más- digo con la voz entrecortada, mientras Louis seguía meciéndose.
El ojiazul retira su rostro de mi cuello, poniéndose recto y acelerando más si eso era posible.
Admiro la estampa que tengo delante. Louis, encima de mí, con los ojos cerrados y la boca entreabierta, meciéndose sin control sobre mi miembro.
- Ah, Harry- gime, haciendo movimientos circulares con sus caderas, mordiendo por completo su labio inferior.
Y esa imagen me bastó para correrme completamente, sintiendo cómo mis ojos se cristalizaban del placer proporcionado.
Louis se meció unos segundos más, esta vez un poco más lento, estimulando un poco su miembro, hasta que por fin se corre gimiendo mi nombre, cayendo completamente encima de mí.
Nuestros pechos, sudorosos, subían y bajaban a una gran velocidad.
- Puedo decir que ha sido uno de los mejores polvos que he vivido- susurra en mi oído.
- Créeme, pienso lo mismo- admito respirando agitadamente.
Louis se reincorpora para mirarme, con una sonrisa en su rostro, y deja un casto beso en mis labios.
- Puedo proporcionar el mejor sexo si me lo propongo- comenta guiñándome un ojo, a lo que carcajeo.
- Puedo corroborarlo- digo- normal que tu amigo no te supere.
Louis borra su sonrisa, bajando su mirada y lamiendo su labio inferior.
- Lo siento, no era mi intención nombrarle en esta situación. Todavía ni me he quitado el condón- comento con gracia, a lo que Louis ríe, negando con la cabeza y saliendo de encima de mí.
- Si no te importa, me gustaría darme una ducha.
- Puedes hacer lo que quieras- respondo incorporándome y apoyándome en el cabecero, quitándome el preservativo y tirándolo a la papelera.
Louis se pone de pie, y me dedico a observar su precioso cuerpo desnudo, deteniéndome en su trasero. Joder, lo fotografiaría para después enmarcarlo por todo mi cuarto- Harry, no me mires así- dice cogiendo la sábana de la cama y tapándose.
- Oh venga- carcajeo- después de ver la fierecilla que eres en pleno éxtasis no me puedes venir ahora con vergüenza.
- Es diferente- dice, haciéndose un nudo con la sábana- voy a ducharme. Y no entres ni nada por estilo- me advierte con el dedo.
- Lo prometo- digo alzando mi mano derecha.
- Pondré el pestillo- comenta mientras se mete en al baño, cerrando la puerta y dejándome con una sonrisa en los labios.

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