Capítulo 20

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PDV LOUIS.

Un soplido de aire en mi cuello me hace abrir los ojos, encontrándome con Harry acurrucado a mi lado, con su rostro pegado a mí.
Me giro lentamente, sin querer despertarle, y observo su rostro dormido.
No me puedo creer que este chico esté aquí conmigo.
Si hace un par de meses me dicen que acabaría en la cama con él, me hubiese reído en la cara de esa persona, pero mírame, pillado como un idiota por el chico de ojos verdes.
Sonrío recordando la noche. Cuando ayer Harry me ofreció subir a su cuarto no me imaginé que fuésemos a acabar así.
Éste se remueve un poco, a lo que llevo mi mano a su rostro, acariciando su mejilla.
- Buenas días- susurra sin abrir los ojos.
- Buenos días, ¿Cómo has dormido?
El ojiverde entreabre los ojos, mirándome con una sonrisa.
- He dormido genial, ¿y tú?- pregunta frotándose los ojos, estirándose.
- Muy bien, aunque me he llevado más de una patada tuya.
- Sí, bueno, suelo moverme mucho en la cama.
- No hace falta que lo jures- comento riendo.
-Tengo hambre- susurra Harry, haciendo que carcajease.
- Pues baja a hacernos el desayuno- respondo cerrando los ojos, acomodándome en la cama.
- No me refería a eso- susurra.
Frunzo el ceño, abriendo los ojos de nuevo y percatándome de que Harry se había metido entre las sábanas.
Miro hacia abajo, y observo como me baja el bóxer que me prestó anoche, masajeando mi pene.
- Harry, ¿Qué haces?- susurro sorprendido.
- Ayer no me dejaste recompensarte- responde estimulando mis testículos.
Cierro los ojos y apoyo la cabeza en la almohada, mordiendo mi labio inferior.
Harry continua con su labor, y yo me limito a disfrutarlo.
- Abre un poco más las piernas- me pide.
Asiento, aunque él no pueda verme, y hago lo que me pide.
Sus dedos se pasean desde mis testículos hasta mi entrada, y yo no puedo ni imaginar la escena que me estoy perdiendo.
Retiro la sábana de mi cuerpo, dejando al ojiverde a mi vista.
Harry dirige dos de sus dedos a mi entrada, y vuelve a lamer mi miembro, produciéndome un gran jadeo.
- Santa mierda, Harry- gimo, llevando mis manos a su pelo y enredando mis dedos en él.
Éste me mira, sin dejar de hacer su labor, y la velocidad de sus dedos aumenta.
Respiro agitadamente, y observo como con su otra mano se dedica a estimular el suyo, poniéndome todavía más cachondo, si eso podía ser.
La lengua de Harry hace maravillas, entrando y saliendo cada vez más rápido, al igual que sus manos.
Los segundos pasan y noto como gotitas de sudor caen por mi frente, y siento que en cualquier momento voy a correrme.
- Harry- gimo. No me sale otra cosa que repetir su nombre una y otra vez.
Este deja de chupar mi miembro para subir a mi altura, repartiendo besos por todo mi cuello y elevando la velocidad otra vez de sus manos. Pero retiro la de su pene, encargándome yo.
- Voy a correrme- susurro, cerrando los ojos y sintiendo los labios del ojiverde en los míos, besándome intensamente.
Gotas pre seminales salen de su pene, el cual estimulo más.
- Vamos Lou, dámelo- comenta con voz ronda, pasando su dedo pulgar por mi glande.
- ¡Santa mierda!- exclamo, corriéndome en su mano, mientras la mía sigue estimulándole.
Unos segundos de más y éste se corre, dejándome exhausto.
- Ahora sí, buenos días- susurra.
Suspiro, sin poder articular palabra, sonriendo.

***

Después de una larga ducha, Harry y yo desayunamos. Esa vez comida, claro.
- ¿Quieres que te acerque a casa?- pregunta mientras coloca los platos sucios en la cocina, ya que la chica que hace la casa vendría más tarde.
- Eso estaría genial- respondo sonriéndole.
Harry coge las llaves de su coche, encaminándose hacia la puerta.
Le sigo y nos dirigimos hacia el garaje, donde se encuentran tres coches.
- Joder, ¿son los tres tuyos?- pregunto asombrado.
-No- ríe- dos de mi padre y el azul el mío. Bueno, mi madre comporte el pequeño con papá de vez en cuando.
Asiento, dirigiéndome a la puerta y abriéndola, sentándome dentro, al igual que Harry.
-Yo estoy sacándome el carné- digo orgulloso.
- ¿Y cómo lo llevas?
- El teórico lo he aprobado, el práctico me está costando más- susurro avergonzado.
- Seguro que lo sacas- dice guiñándome un ojo.
Lamo mis labios, sonriendo.
- He estado pensando- comenta Harry mientras salimos del garaje- ¿cuánto dinero tienes ahorrado?
- Pues unas dos mil libras, sin contar con lo de tu padre- susurro- ¿por qué?
- Sé que vas a decirme que no, pero piénsalo un poco, ¿Qué te parecería si contribuyo a pagarte la carrera? Así podrías empezar cuanto antes.
Abro los ojos, sorprendido.
- No Harry- respondo negando con la cabeza- es una locura. Ni siquiera me siento cómodo recibiendo el dinero de tu padre a estas alturas- digo señalándonos con los brazos.
- Sabes que no supondría un problema para mí- dice encogiéndose de hombros.
- No- respondo tajante- de esto me encargo yo.
- Joder, Louis- dice frunciendo el ceño- me fastidia que tengas que trasnochar en ese bar cada día, o incluso hacer horas extras por un poco de dinero más. Te mereces algo mejor- dice más calmado- vales para ser maestro, y enseñar a mocosos llorones a ser alguien en la vida.
Río ante su frase, mirándole enternecido.
- ¿Crees que sería un buen profesor?
- Claro que sí- dice mirándome, aprovechando que el semáforo estaba en rojo- te encantan los niños. Te amarían.
- Algún día lo conseguiré Harry. Solo déjame manejarlo a mi manera.
Éste resopla, dándose por vencido y asintiendo.
Me aproximo hacia él, dejando un corto beso en sus labios, ya que el semáforo se había puesto verde.
- Por cierto, anoche me lo pasé muy bien- susurro.
- Me alegra oír eso- dice guiñándome un ojo- la verdad que ha sido increíble. Tendríamos que dormir más veces juntos.
- Ni lo sueñes, acabarías conmigo- respondo bromeando, a lo que éste sonríe, mordiendo su labio.

PDV HARRY.

Después de dejar a Louis en casa voy a comprar unas cosas a la tienda de al lado de casa, encontrándome con Luke, un periodista del partido.
- ¡Hombre, Harry!- exclama acercándose a mí.
- Hey Luke- saludo fingiendo una sonrisa.
Este nombre no me caía nada bien. Siempre que podía aprovechaba para meter mierda de mi vida o de los asuntos de mi padre y Alfred, cosa ilógica ya que trabajaba para ellos.
- ¿Cómo te van las cosas? He visto que por fin has asentado la cabeza.
- Sí. La verdad es que estoy muy bien.
- ¿Las cosas bien con ese chico?
- Perfectamente- respondo algo esquivo- y ahora si no te importa tengo que ir a comprar unas cosas. Ya nos veremos- digo despidiéndome.
- Claro, que te vaya bien- dice alegre.
Menudo cínico.
Según le pierdo de vista, me adentro en el comercio, buscando chicles, condones y recambio de la maquinilla de afeitar.
Una vez encontrado me dirijo a la caja digital, metiendo el dinero y cogiendo el ticket, saliendo de allí.
De camino a casa aprovecho para pensar en Louis. Bueno, en la conversación que tuvimos.
En alguna ocasión me había comentado eso de romper el contrato, pero con el dinero que mi padre le proporcionaba al menos podría ahorrar mejor y más rápido, ya que mi oferta la rechazó, como buen cabezota que es.
Meto el coche en el garaje y entro por la puerta de abajo, encontrándome en la entrada de casa una pequeña maleta.
Mis padres ya habían llegado.
- ¡Harry!- exclama mi madre abrazándome- ¿Qué tal todo?
- Muy bien- digo sonriendo.
- ¿La noche tranquila?- pregunta mi padre detrás de mí.
Asiento, riendo interiormente.
- ¿La botella de vino que había en la cocina es tuya?
Mierda, ¿no se supone que Elisabeth venía hoy a limpiar?
- Eh, sí- respondo algo nervioso.
- Y supongo que no te la habrás bebido solo- comenta mi padre cruzándose de brazos.
- Vale sí, invité a Louis, ¡pero solo a cenar!
- ¿Qué te dije?- dice hablándole a mi madre, la cual sonríe- mientras haya sido Louis no hay problema.
Frunzo el ceño, extrañado ante su reacción.
- Pero si ayer me dijiste que ni siquiera Louis podía venir.
- Pero sabíamos que no nos harías caso- dice encogiéndose de hombros.
- Vale, no estoy entendiendo nada- digo sin comprender nada.
- Quería comentarte una cosa- dice mi padre cambiando de tema.
- Tú dirás.
- Como sabes este fin de semana es la campaña electoral, y lo que menos le interesa a Alfred y a mí son posibles escándalos.
- ¿Y eso qué tiene que ver conmigo?- pregunto elevando una ceja.
- Que ahora estés con Louis, no significa que la prensa, los ciudadanos y yo hayamos olvidado tus… desencuentros- comenta sentándose.
Ruedo los ojos, resoplando.
- No pienso quedarme el fin de semana encerrado en casa, si es lo que insinúas.
- Oh no- ríe- Joe y tú podríais ir a la casa del campo a pasar el fin de semana.
- ¿Joe? Hace meses que no le veo.
Joe es el hijo de uno de los mejores amigos de mi padre. Antes éramos muy amigos, pero nos fuimos distanciando por culpa mía, cuando decidí salir de fiesta cada semana con Steph y los demás. Seguimos en contacto, pero no como antes, ya que él se echó novia y también dejó de salir con nosotros.
- Mejor, así os ponéis al día. Puedes llevar a Louis también y él a Betty.
Eso sonaba mejor
- No tengo otra opción, ¿no?
- No te estoy obligando, solo es una posibilidad. Además, así tienes espacio para ti, ¿no era eso lo que querías?- comenta- ¿desde cuándo pones tantas pegas para salir por ahí?
- Desde que me organizas tú los planes- carcajeo.
- Harry- se levanta, acercándose hacia mí- no quiero que pienses que hago todo esto solo por el trabajo. Sé que estás cambiando, y eso es algo que me enorgullece. Sal por ahí, sanamente claro, y pásalo bien. De verdad- dice francamente, sacándome una pequeña sonrisa- anda ven aquí.
Acepto su abrazo, en presencia de mi madre, la cual nos mira enternecida.
- Voy a comentárselo a Louis- digo cuando me separo de él, subiendo a mi habitación.
Marco su número y espero a que descuelgue.
- ¡Hola!- exclama feliz.
- Hola guapo, ¿te apetece desayunar conmigo mañana? Me gustaría comentarte algo.
- ¿Es algo malo?
Carcajeo.
- No, espero- digo molestándole un poco.
- Harry…- refunfuña.
- ¿Puedes o no?- le pregunto riendo un poco.
- Venga vale, ¿a qué hora?
- ¿A las diez en la cafetería de la esquina de mi casa?
- Claro, así el señorito no madruga- dice con sarcasmo, haciéndome reír.
- Nos vemos allí- digo colgando, tirándome en la cama.
En realidad estaba emocionado con el plan. Un fin de semana con Louis. Bueno, y con Joe y Betty, pero teóricamente estaríamos los dos solos, sin padres ni mierdas.
Solo esperaba que todo saliese bien.

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