Utopic Gay Shit

Detention! (Stucky)

El sargento James Buchanan Barnes del departamento de policía de Brooklyn acababa de terminar de dirigir una operación importante: detener a un grupo de jóvenes que ejercían la prostitución. No se trataba de víctimas de trata, pues la investigación no daba prueba de ello. Pero al haber menores de edad y el único mayor no traía papeles consigo, tuvieron que detenerlos a todos. Entre ellos estaba Steve Rogers, quien lejos de cooperar y mostrar algún síntoma de miedo, se comportaba con rebeldía y no dejaba de gritar. Hasta que apareció el Sargento a cargo, y pidió entrevistarlo.

—Buenas tardes, señor Rogers.

— Deja la formalidad...¿Qué se supone que harás conmigo... Y mis compañeros?

—El que debe responder preguntas eres tú. En verdad quiero ser amable, así que... ¿ podrías copeerar?

—Ya dije todo lo que sé. Necesitaba trabajo, no conseguía, y no me quedó otra que hacer esto. Es mejor que vender drogas, todos salimos ganando. Así que por favor responda mi pregunta — decía el rubio con su mejor sonrisa.

—Tus compañeros quedarán detenidos un tiempo, luego de que alguien de su familia los identifique o alguien pague su fianza. En cambio tu...

—Yo qué? No tengo a nadie aquí.

—Yo te puedo sacar de aquí, si me demuestras que en verdad lo sientes, o si quieres continuar con ese tipo de favores—dijo mientras se pasaba las manos por el cuerpo y lo miraba fijamente  a los ojos, y luego a su boca.

—Es usted un pervertido— le dijo el rubio despectivamente.

—Habló el que se maquilla para parecer mujer y atraer hombres. Adios— James cerró la celda y se alejó.

Un buen rato después mas reclusos fueron introducidos en la misma sala penitenciaria de Steve. Pues habían atrapado a dos mafias causando una guerra de disparos en plena via pública. Todos allí hacían muchísimo ruido y escandalo, por lo que Steve, ya harto de la situación, reaccionó violentamente.

—¡Por su puta madre ya callense!

—Eh? — Se volteó uno de ellos. Al identificar a Steve, se acercó a la puerta de la celda. —Pero miren lo que tenemos aquí, la zorra que me la mamó la semana pasada, no te duró mucho la pasta verdad?

—Callate, no sabes nada.

—Oh, claro que se, es mas todos aquí la saben. Te gustaría divertirnos un rato?—Le decía mieras el resto de la banda hacia bullicios de afirmación.

—Ya basta!— gritaba Steve, pero era inútil. Todos esos hombres seguían denigrándolo.

Pasó un buen rato y la cosa no cambiaba. Sabía que no iba a aguantar mucho mas así, así que luego de pedir  y pedir por Barnes, este finalmente apareció.

—Por dios! ¿Que esta pasando aquí?... Steve?

—James, sargento por favor...—le rogaba con lágrimas en sus ojos.

—qué quieres bonito?

—que me lleves contigo.

—no lo se... Eso iría contra mi protocolo. Sin contar que no cooperaste hoy.

—pero tu me lo sugeriste. Así que si no quieres, tu pierdes. Le diré a todos que quisiste abusarme...lo que me propusiste en la entrevista... Todo. Me debes una.

—oye oye, tranquilo. Solo bromeaba, pero sí quiero ayudarte. Dame unos minutos.

El castaño se apuró a hacer el papelerío y media hora después liberó y escoltó al joven prostituto.