have you thought of calling, darling? (STUCKY)

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Que bonito es volver a escribir marvel :')

Este es un poco angsty, así y todo espero guste♥

*** If this feelin' flows both ways?

(Sad to see you go)

 Was sorta hopin' that you'd stay***

El cuarto estaba ordenado, en silencio,  con las luces apagadas y la puerta cerrada; como si no hubiera nadie ahí.

Steve no se movía, solo permanecía recostado en su cama, con un brazo sobre su cabeza cubriendo sus ojos, como si la oscuridad del ambiente no fuera suficiente. Como si la penumbra de su corazón fuera incluso más profunda.

Su cuerpo no se movía, pero su mente sí... yendo a mil kilómetros por hora atravesando todo aquello que se cruce en su memoria.  Pero el viaje siempre concluía en el mismo lugar.

14 de mayo. Terraza. Bucky.

Siempre terminaba volviendo al día en el que todo salió mal, y su mundo se cayó a pedazos. Su mundo no tenía forma de sostenerse sin sus cimientos de base... Cimientos cuyo nombre y apellido dejaron de formar parte de su vida.

Pues Bucky fue la única constante en su vida, de una forma u otra, siempre terminaba volviendo a él. Por más que estuviera mal, por más que otros se cruzaran en el camino y sin importar cuanto se esforzó por olvidar esos preciosos ojos grises y esa sonrisa contagiosa. Ninguna Peggy, ninguna Sharon... Ni siquiera ningún Sam podría ocupar ese lugar.

Pero se dio cuenta demasiado tarde, de que debería haber hecho las cosas de otra forma. Decirle a Bucky que él no era nada si no estaba a su lado. Que ni el liderazgo, ni la patria ni ninguno de sus deberes le impedirían hacerlo feliz cada día hasta que se muera.

Que por favor se quede.

"Si eso te hace feliz, vete. Espero me llames de vez en cuando"

 No volvió a saber de él hasta entonces. Y esa incertidumbre hacía que no pudiera dejar de pensar, de soñar y hasta casi obsesionarse con él.

Quería saber como estaba, si le extrañaba o si se había olvidado por completo y otra persona formaba parte de su vida. Una persona que le diera todo lo que a él le faltó darle. 

Esperaba que si... O eso decía. Pero la realidad es que esperaba que no.

Le aterraba la simple conjetura de que a Bucky ya no le importara lo más mínimo su existencia, y  ser otro compañero o simplemente un antiguo conocido. 

De que ya no lo necesitara cuando ahora, era Steve quien lo necesitaba más que nunca.

Claro que él no tomaría la iniciativa. Tenía demasiado miedo, además... Si el otro quisiera hablar, habría llamado. 

También estaba la posibilidad de que Bucky estuviera ocupado, no podía ser tan egoísta de creer que el otro iba a dejar sus responsabilidades y preocuparse por él.

Cuando lo que recibió de su parte fue muy poco. No fue suficiente.

Porque estar ocupado era la excusa que el mismo usaba. Claro que no como excusa, pues él en verdad tenía sus horarios comprometidos aquí y allá, pensando que en un futuro todos le agradecerían, y que Bucky comprendería que ellos ya tendrían tiempo para trabajar en su relación.

Quizá se lo debió haber dicho, y no estaría así ahora.

Solo, a oscuras, esperando por un llamado que era poco probable que llegue.

Su angustia disminuiría, y dejaría espacio para su paz mental.

Pensaba en lo que diría cuando ese teléfono sonara. Si es que algún día lo hacía, antes de que su fe se consuma por completo.

Antes de que sus ganas de seguir viviendo se consuman por completo.

Iba a ser su único tiro, así que intentaría expresar lo menos posible su desesperación. Solo se limitaría a decir lo que no dijo en su debido momento, y rezar para que el otro aun quiera escucharlo.

Tendría que ser la mejor propuesta del mundo. Sin perdones, sin excusas que solo son palabras con poco significado.

No. Le diría que si acepta volver, jamás le volverá a faltar un gesto de amor. Ni un beso de buenos días.

Ya no se levantaría tarde a las cinco de la madrugada para entrenar antes del amanecer, y faltar al desayuno.

Ya no se quejaría de que la cena estaba fría. No hará falta, cenarían juntos.

Tendría una rosa en un vaso de agua cada día, que perfume su oficina.

Le dedicarían más tiempo a su música. Compraría una nueva guitarra y se esforzaría con mucha paciencia en aprender en lugar de romper el instrumento en pedazos.

No volvería a llorar, ni hacerlo llorar.

No volvería a ocultarle cosas.

Y por último, y más importante... que juntos volverían a apreciar esas pequeñas cosas que la vida tenía para ofrecerles, en lugar de ignorarlas y llenar ese vacío con bienes que solo llenan la ambición, y no el alma.

La pantalla se encendió y el teléfono empezó a vibrar.

Steve abrió los ojos y lo tomó con el corazón latiendo aceleradamente..

-Hola...?

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