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Todo estaba pasando tan rápido ante los asustados ojos de Serena.

- ¡Suéltame cabrón!

- ¿Qué pretendes, quién te envió? - Diamante atinó una patada al pecho del hombre, y pronto, le sostuvo del cuello sometiéndole rápido - ¡Habla!

El hombre estaba poniéndose morado, Serena se acercó y puso una mano en el hombro de Diamante, pidiendo le soltara. Él acató la orden y el hombre tosió intentando recuperar su respiración.

- Nadie me envió, ¿Señorita qué clase de trato es este para sus fans? ¿A todos los va a mandar ahorcar?

- Retírate por favor, tampoco son formas de pedir autógrafos. Saliendo de la nada - Replicó Serena, y lo vio irse muy molesto, mientras, Diamante la miraba con gran atención a vez que regulaba sus respiros. - ¿Qué te pasa ah?

- Estoy preservando tu vida, Serena. - La sostuvo por un brazo y tiró de ella para continuar el recorrido por los escalones.

Serena se jaloneó de su agarre y lo empujó.

- No quiero otra escena de estas, y

- ¿Acaso no viste el anónimo Serena?

- ¿Cuál, anónimo?

Diamante se tomó la frente, la miró y le jaló el brazo.

- Fuiste amenazada Serena, hace unos días, llegó un anónimo a la mansión. Quieren matarte.

- ¿Por qué no lo dijiste antes ah? ¿Por eso las cámaras? ¡Por eso!

- No quisimos alarmarte, el señor Chiba me pidió que no te dijera, pero yo pienso que debes saberlo. ¡Así que no frustres mi trabajo!

Serena quedó absorta. ¿Anónimo? ¿Quién? ¿Quién quería matarla?

Lo único que captó, fué cuando Diamante terminó de llevarla hasta su destino.

.

Abandonaron el estudio sin mayor percance. Con las instrucciones de Diamante mientras la sostenía del brazo, Serena hablaba con su prometido, reclamando su descuido y desinformación, la mujer entró en el auto.

- Sólo quiero que estés bien, Black dará su vida por ti de ser necesario, para eso se le paga. No quería que estuvieras preocupada, sólo fue un anónimo mi amor.

- ¡Claro, tu vida no está amenazada, no vuelvas a ocultarme cosas! ¡No soy tu marioneta! ¡No soy pieza de ajedrez! ¿Entiendes?

- Serena, mi amor, te amo. Perdóname por favor, hablaremos cuando vuelva, debo irme, adiós.

Y el muy cabrón había colgado. Serena estaba muy enojada, pero no se lo dejaría ver a Diamante. Sólo argumentó unas palabras al teléfono y también colgó.

.

- ¡Serena! - . Michiru era una mujer preciosa. Algo exótica con ese tono aguamarina en el cabello, pero de verdad hermosa.- Llegaste querida, Darien está a punto de aterrizar ¿Quieres ir conmigo a por él?

Una vez más, no lo había mencionado. Serena sonrió fingida y no dijo nada, quería ver a Darien, pero debido a su previa charla mejor quería esperarlo en casa.

- ¡Señor Black! Disculpe que no le haya saludado- . Michiru se vio demasiado efusiva saludando a Diamante, besándole cada mejilla volvió a mirarle con su sonrisa petulante.

- Un placer señorita.

- Por favor, sólo Michiru-Sonrió descaradamente, poniendo una mano en la cintura. - Espero verte pronto Diamante.

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