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"Serena, la Diva T ha llegado, fórmense en una fila y esperen su turno, todos serán atendidos siempre y cuando sean ordenados."

En cuanto estuvieron en el lugar Diamante se concentró en su trabajo, ambos fueron a sus respectivos lugares y Serena miró a quien dirigía el evento. Este, sólo encogió los hombros dando a comprender que Tenou no estaba.

- Esa mujer últimamente desaparece mucho. Dijo que estaría aquí. - Refirió Serena con molestia, una vez que tuvo a su lado al organizador.

- Tal vez viene en camino. Supongo.

Haruka era una excelente representante y Serena no tenía quejas de ella. Pero en esos momentos en los que estaba necesitando su apoyo no aparecía, era raro, bastante a decir verdad. Haruka se estaba ausentando más de la cuenta y era obvio que cuando se le ocupaba no llegaba.

- Ha de estar en la firma, - Haruka miró el reloj de pulso y jaló la maleta de ruedas - No es necesario que me ayudes, soy perfectamente capaz de llevar mis cosas.

- Haruka terca, ese temple que tienes me encanta y lo sabes - Refirió con lujuria su acompañante, Haruka torció los labios y abrió la puerta de la habitación.

- Entra. - Pidió segura y el tipo no tardó en entrar. - Verás lo temperamental que soy.

- Haruka eres la mejor, pero eso ya lo sabes. - Dijo rozando sus hombros para quitar el saco, se acercó a su rostro y sonrió - Somos dinamita juntos.

Haruka sonrió de lado y clavó los dedos entre el espeso cabello oscuro.

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Una niña pequeña con cabello rosa rozó la mano de la Diva para atraer su atención. Sonriente y emocionada, la niña se echó de panza sobre la mesa para poder saludar de beso a la bella rubia.

- ¡Hola hermosa! - Saludó alegre mirando los peculiares chongos de la niña, pero eso no era lo más relevante. Tenía teñido el cabello color rosa.

- ¡Diva eres lo máximo! ¿Puedes firmar mi póster?

- Claro que sí princesa ¿Cómo te llamas?

- ¡Rini! ¿Sabes? Quise pintarme el cabello como tú en este póster. - En el póster Serena lucía unas mechas rosadas entre su cabello rubio - Pero a mi mamá se le pasó la mano y lo pintó todo.

Serena sonrió enternecida ante su puchero, puso su mano en su cabeza para acariciarla.

- No te preocupes, estoy segura que no lo hizo con mala intención, además te ves súper genial- Enseguida se puso de pie para ir al otro lado de la mesa, se agachó hasta su altura y le dió un gran abrazo. - Gracias por apoyarme.

Diamante le dió un empujoncito con la pierna y ella volteó a verlo de mala gana.

- Serena, vuelve a tu lugar - Ordenó molesto, él se había mezclado con los fans y desde ahí la mantenía vigilada.

Ella sólo hizo un ademán y lo ignoró, luego se recargó en la mesa para firmar una camisa de la niña. Todo estaba muy bien, incluso la pequeña admiradora se miraba feliz con sus cosas ya firmadas, Serena tomó un disco y se lo entregó.

- Toma, espero que te guste.

- ¡Serena vuelve!. - Gritó Diamante yendo hacia ella, pero un tipo que salía de entre la gente le sujetó. - ¡Serena!

Otro más salió del cúmulo directo a Serena, con algo en la mano probablemente una navaja, el hombre no dudó en brincar una ridícula valla para llegar a ella.

- ¡Muere Diva T!

Todo fue tan rápido, tanto que la pequeña niña cayó debajo de la mesa. Con ojos horrorizados miraba la escena del hombre sujetando a la menudita rubia.

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