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Diamante abrió los ojos movido por un presentimiento y supo bien que algo no cuadraba. Y así fue cuando vio el lado de la cama vacío.

"Serena, ¿Dónde estás?"

Un ruido en la planta de abajo llamó su atención, luego, un golpe seco en la escalera lo alertó y fue ahí cuando reaccionó, bajó pronto buscando de dónde provino el ruido y se detuvo para escuchar mejor.

- ¿Sabes? Te convoqué para que cantaras en la boda, pero en realidad sólo quería tener mi despedida de soltero contigo. No he podido olvidar la encamada que nos dimos, aquélla vez que fui por ti a la casa donde vives con tu maridito - Darien estaba consciente de la presencia de Diamante, había visto su sombra reflejada en un cristal e hizo un último intento de que todo se pudriera entre la pareja. Acarició la mejilla de Serena y rió por lo bajo, - Me gustas, mi amor, te he extrañado tanto.

- ¡Suéltame, maldito!

Serena se soltó de su agarre al propinarle una buena mordida, pero pronto volvió a ser capturada.

- ¡Ven acá! - Le sujetó con fuerza de los cabellos y tiró de ella - Diamante es un pobre iluso al creer que me has olvidado, si no, ¿Qué hace que salgas en la madrugada a buscarme?.

Pero Diamante ya se lanzaba sobre Darien.

- ¡Así te quería, maldito cobarde!

Pero Darien estaba listo para atacarlo, así que sin dudarlo ni un segundo arremetió contra la furia provocada previamente, logrando herir a Diamante con un cuchillo en su costado.

- ¡No te la vas a acabar! - Diamante estaba loco de ira, Darien sólo había conseguido rasgarle la piel, pero eso no impidió que arremetiera contra él. No había poder humano que lograra salvarlo.

Lo tomó por el cuello del pijama y asestó un puño en la nariz, rompiendo el tabique logró desorientarlo.

- Ven, no he terminado contigo - Tiró de sus cabellos cuando lo vio queriendo ocultarse. Dos puños a los pómulos y Darien apenas pudo sostenerse en pie, el cuchillo cayó al suelo y Serena lo pateó bajo un sillón.

- ¡No te saldrás con la tuya, Diamante! - Darien levantó ambos puños y Diamante rió.

- ¿Que no?, - Le hizo señas - Ven, maldito cobarde, te escondes bajo las faldas de las mujeres.

Darien se lanzó con lo que no tenía, Diamante lo golpeó una vez más en el estómago y lo dejó como peso muerto.

- Y ahora, te vas al infierno - Aseguró cuando lo tomó por el pijama para dar el golpe final.

- ¡Diamante suéltalo! - Mina se encontraba de pie en las escaleras, confundida corrió hasta Serena, quien ya pedía a su esposo que lo dejara.

- ¡¿Qué demonios te pasa?! ¿Por qué golpeas a Derian? - Mina estaba fúrica, mirando a Diamante, tomó a Darien y lo colocó sobre sus piernas.

- Mina, ese hombre no se llama Derian, ¡Su verdadero nombre es Darien Chiba e intentó matarme! - Aseguró Serena, tomada de la mano de Diamante.

- ¿A eso vinieron? ¿Por qué hacen esto?

Completamente abatido, Darien intentó ponerse de pie, aún en los brazos de Mina él decidió jugarse una última carta, después de todo Mina parecía seguir bajo los efectos de la droga que le había suministrado.

- ¡Dile maldito vividor! ¡Dile que te vas a casar con ella por quitarle su dinero! - Enfrentó Diamante una vez más.

- Mina, mi amor. No sé de qué hablan estos dos, ella se me insinuó y, y, - Se apretó contra el pecho de Mina, como si de un niño pequeño se tratara.

El BenefactorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora