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La gira de Serena había finalizado con gran éxito y con el júbilo que ello causaba, la rubia dio una nueva mirada a la última ciudad visitada desde la ventanilla del avión. ¿Ahora qué seguía?

De pronto el cúmulo de pensamientos que solían agobiarle desde que conoció a Darien le atacaron justo en ese mismo momento.

Había sido muy tonta al caer en sus encantos, sobretodo por la premura en que se conocieron, y luego, la boda tan rápida. ¡Todo estaba ahí, en su cara!

—— ¿Estás bien? —— Cuestionó Diamante, poniendo su mano en la suya, aparentemente había notado lo pálida que estaba, era inevitable, continuaba irritada por su propia estupidez, sobretodo porque había confiado plenamente en Haruka. Sonrió un poco y negó, Amy y Diamante estaban atentos a lo que pudiera decir, así que ella sólo sonrió y no dijo nada, y es que no quisiera hacerlo, solo que no quería decir mucho delante de Amy. Había aprendido la lección de ya no tener mucha confianza en las manejadoras.

Sintió una suave caricia en la mano y sonrió.

—— Aterrizaremos pronto.

—— … Comprendo, ya deseo llegar. —— Replicó más tranquila la rubia.

Aunque el vuelo estaba siendo tranquilo y sin relevancias, Serena sentía algo extraño, algo que estrujaba su pecho. Deseaba saber de qué iba la investigación de la policía sobre su extensión a la declaración, quería saber si esos dos habían caído ya, o no eran realmente los culpables.

Parecía mentira, pero ella siendo siempre una mujer tan segura y honesta, estaba siendo presa de miedo al saberse en peligro constante. Aunque los atentados habían cesado casualmente cuando Darien se alejó, ella no iba a quitar el dedo del renglón.

—— Creo que después de esto habrá que continuar con la promoción —— Amy estaba inmersa en su dispositivo como en todo el vuelo, al pendiente de los resultados de la gira la joven mujer dio un visto a Diamante, que ya llevaba su maleta en la mano —— ¡No, espera! Yo la llevo.

La mano de Serena le detuvo.

—— Es inútil, deja que se haga cargo. —— Sonrió enamorada. —— Es perfectamente capaz de llevar nuestras maletas —— ,Concluyó avanzando tras su marido hasta el pasillo de desembarque.

Amy ajustó sus anteojos y encogió los hombros, luego volvió a su dispositivo intentando seguir los pasos de Serena para no caerse.

—— Aún tenemos dos programas a los que estás invitada y una firma de autógrafos en una tienda de discos al norte de la ciudad.

Diamante abrió la puerta del auto y Amy asintió agradecida.

—— Ten cuidado, no vayas a tropezar —— Aconsejó él en tono serio.

—— Claro, gracias Diamante.

Después de las atenciones dadas, Amy subió en los asientos traseros, en silencio y sólo comentando cosas sin relevancia llegaron a su destino sin contratiempo alguno.

—— ¡Oh Serena! Lo olvidaba.  —— Una vez que tuvo la atención de la pareja, Amy explicó a Serena que tenía un llamado para cantar en un exclusivo evento.

—— No he tenido contratos de ese tipo Amy ¿De quién es?

Diamante sólo permaneció atento a lo que Amy pudiera decir, escuchó que explicó a Serena que era un evento exclusivo, una boda. Y que la paga era verdaderamente buena.

—— Pero puedo llamar y decir que no aceptas, después de todo, no asistes a eventos privados.

.

Camino a casa Diamante pensaba en muchas cosas, sopesando la posibilidad de hablar con su esposa sobre lo que venía investigando dedujo que lo mejor era tener la certeza de ello. Además, ella había hecho lo correcto al haber llamado a la policía para que hicieran lo propio. Así, si sus conjeturas eran reales, él aportaría lo previamente investigado.

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