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Inconcebible. 

El sol iluminó el paraje y Serena no se movió de la ventana, no había dormido nada esperando que tal vez Diamante volvería a hablar con ella.

¡Pero qué tonta era! Después de lo que le había dicho, ¡Era obvio que él tenía dignidad!

Suspiró y pensó en lo que estaba metida y en lo que vendría.

—— ¡Ay Serena pero qué boba eres! ¡Sólo a ti se te ocurre hacer eso! ¡¿Estás loca o qué?!

Serena se sintió afligida, ya con esas porras ya ni ganas de contarle lo que había tras esa boda.

—— No lo comprendo, Serena. ¿No era mejor decir la verdad, y perder un poco de dinero?. Tú le gustas a ese hombre, está casado contigo por eso, porque no quiere verte sufrir y ¡Le gustas! Es más, puedo casi asegurar que está enamorado de ti.

Serena no podía seguir escuchando eso, probablemente Lita tenía razón, y ella debía aceptar que él no le era indiferente, pero, sus sentimientos estaban fluctuando y no sabía ahora qué hacer. Deslizó las manos tras la nuca y cerró los ojos, pensó en él, en la forma que tenía de mirarla.

"Le gustas"

Seguramente Lita tenía razón, por ello le había pedido matrimonio. 

"Podré cuidarte mejor" 

Bueno, si él no aparecía, ella lo haría. Era tiempo de bajar y desayunar, con su esposo claro estaba.

—— Mi esposo, mi esposo —— Musitó muy despacio mientras bajaba los escalones hacia la planta baja. —— ¿Diamante? —— Llamó, pero nadie respondió, todo estaba silencioso, excepto un ruido como susurro se dejaba escuchar entre los lejanos sonidos de la carretera.

——  Eso no te incumbe, te fuiste ¿No? 

Serena sintió un fuerte dolor en el pecho, no podía ser. ¿Osea que Diamante estaba dispuesto a seguir su vida antigua?

——  No, no haré lo que tú digas. Y considera rota toda conexión entre tú y yo, ¡Te prohíbo, te prohíbo que te acerques a ella! ¿Entiendes?

No se escuchó más. Entonces hablaba por teléfono, pero ¿Con quién?

Serena ajustó su cabello y apareció en la cocina.

——  Buenos días ——. Saludó, pero Diamante no pareció sorprendido, más bien parecía enojado. 

¿Sería la llamada la razón? ¿O el desazón de no haber hecho el amor con ella? 

—— ¿Has pasado buena noche? —— Replicó él, y se quedó de pie, mirándola desde su posición asintió muy poco al no obtener respuesta. Se dió la vuelta y continuó dedicándose al desayuno. —— ¿Huevos?

—— Sí, por favor. —— Replicó ella, incómoda por la charla previa con Lita, se preguntó si sería cierto. Admiró la figura de Diamante mientras él daba la espalda, le parecía un hombre frío y metódico, alguien con quien se podía pasar una noche sensual y loca, pero lo que no alcanzaba a comprender era si él tenía otra faceta, una romántica, una menos fría.

Se sentó en el antecomedor, mirándole a detalle, se deleitó con toda la confianza de que no la miraba.

—— Debiera ser yo quien te haga el desayuno.

—— No se me va a caer nada por hacerlo yo.

—— Gracias, pero deseo cooperar, un matrimonio es de dos. —— Se levantó para ayudarle, así evitaba el vuelco que sus declaraciones le causaban. Él era muy diferente de Darien, había algo en él que causaba en Serena algo más que no conseguía describir.

El BenefactorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora