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Mientras la presentación en la televisora estaba siendo transmitida, Diamante pensaba en lo que había visto después de haber salido a comprar café para su esposa.

-- ¡Diablos!

Estaba absorto, indignado de sólo pensar en lo que estarían planeando esos dos. Hasta dónde eran capaces de llegar con tal de dañar a las personas, miró a Serena y sintió pena, pena por la situación de su familiar y por ella misma.

"Sin duda todo esto es un ardid, ellos no pudieron desfalcar a Serena, y ahora, ahora ¿Qué pretenden con ella? ... "

-- Y ella es, Serena La Diva, deleitémonos con su bella voz, esto es Soñando con las Estrellas.

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Serena se veía tan hermosa y fragante, parecía una joven rosa blanca recién bañada en rocío. Diamante dio un visto al perfil de su amada y se pensó si era buena idea comentarle lo que había visto.

-- ¿Pasa algo? -- Interrumpió ella sacándole de sus pensamientos, sonrió y se recostó en su hombro -- ¿Sabes mi amor? Estoy muy contenta, la vida nos ha cambiado y, -- Dijo esta vez mirándole--. Estamos a punto de viajar.

Diamante sonrió atento, él más que nadie deseaba ver sonreír a su amada, y esperaría hasta tener pruebas sobre lo que sospechaba de los acontecimientos que les rodeaban.

-- Eso es algo bueno, que estés cumpliendo tus sueños.

Serena asintió un par de veces, Diamante desde un principio se había mostrado serio y callado, eso, era ya conocido por ella, y así lo amaba.

-- ¿Pasa algo? -- Inquirió llena de curiosidad, sintiendo que él no estaba del todo convencido. -- Te he notado ausente.

-- No, nada.

Diamante puso una de sus manos sobre las de ella, sin soltar el volante, él giró a mirarla y sonrió.

-- ... Debo dejar listos unos asuntos antes de irnos.

Serena sonrió feliz, aún sentía algo más pero se conformó por el momento con ello.

-- Siempre hablo de mis sueños y anhelos, pero no sé cuáles son los tuyos.

-- Volver a la milicia, pero esta vez en la inteligencia, espía. -- Se apresuró a decir con cierta emoción en la voz -- Y, ser papá.

Serena enrojeció.

-- En lo primero, eres el mejor, en lo segundo, tendríamos que hacerlo posible -- Agregó sonriendo abiertamente.

Diamante palmeó suavemente las manos de su mujer.

-- ... Primero lo primero, la gira. No quiero que te quedes sin cumplir tus sueños.

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Darien y Mina llevaron a Haruka a su hotel, mientras la joven escritora esperaba en el auto nuevo de Darien, Haruka daba instrucciones claras de lo que planeaba, cuidando la distancia que tenían del auto.

- Hay que trabajarla mejor, con ella si quieres puedes casarte, pero habrá que acabar pronto el trabajo antes de que se complique.

Darien asintió a todo lo que su amante decía, estaba convencido de que pronto tendría lo suficiente para vivir bien lo que le restara de vida, y lógicamente las regalías que surgieran darían para más. Sonrió a sus adentros cuando Haruka mencionó que irían a partes iguales.

- Ni siquiera se te ocurra traicionarme. Te llevaré entre las patas sin pensarlo - Recalcó, como intuyendo lo que pensaba.

- Sabes que no, y después de esto, si quieres nos casamos.

El BenefactorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora