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El sitio a donde les dejó el chofer de la limusina parecía un lugar abandonado, pero no, pronto Serena descubrió que no era así. 

—— Vamos Sere, —— Le tomó la mano Diamante, jalándola con él le llevó hasta el otro lado de la gasolinera, en un estacionamiento.

—— Oye, pudimos decir al chofer que nos llevara directamente ¿No crees? —— Cuestionó una vez que vio que Diamante jalaba la moto y subía las maletas.

—— Lamento hacerte pasar por esto, pero a mi casa sólo podemos llegar en la moto, —— Replicó, luego extendió su mano hasta ella. 

—— Ok, sólo permíteme ir al baño.

Después de haber hecho sus necesidades y aprovechando acabarse la botella robada, Serena volvió a la moto y se montó como una experta. 

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Habiendo viajado a alta velocidad por la nueva carretera hacia un lugar desconocido, al fin llegaron a una casa muy grande.

Serena miró los alrededores y se dio cuenta que su nuevo esposo no vivía mal, sin duda haber servido a la nación había sido redituable. 

—— ¿Es este tu hogar?

Diamante sonrió triunfal, orgulloso de su entorno él además sentía felicidad, pues aunque no lo reflejara, él quería traer a la mujer con la que compartiría su vida a ese templo que había logrado. 

De pronto se preguntó si Serena pensaría lo mismo alguna vez. Era cierto que no se conocían, pero él esperaba que con el tiempo pudieran conocerse, y, quizá, tal vez, no hubiera necesidad de separarse.

—— Sí, este es mi hogar, y ahora el tuyo. —— Aseguró al verle sorprendida —— No tienes por qué sorprenderte, eres mi esposa ahora y viviremos juntos aquí. Ya que dejaste tu departamento y obvio no estás con Darien nada tienes que hacer en su casa.

——— Pero——  Diamante puso un dedo sobre los enrojecidos labios, Serena sintió un potente vahído. Sería la bebida tal vez, no estaba acostumbrada a tomar como demente. Bueno, fué una botella pero pegó como un buen puñetazo, aunado la fuerte corriente de aire cuando viajaron en la motocicleta.

—— Vamos, no esperemos más, —— Dijo una vez que avanzó con las dos maletas hacia la entrada de la casa. —— Es muy tarde.

Serena le siguió hasta la entrada y se detuvo torpemente cuando llegó al último escalón. Diamante tomó su hombro, al parecer sintió algún movimiento involuntario y la cargó en brazos.

—— Como marca la tradición, el esposo debe llevar a la esposa en brazos desde la puerta.

Serena parpadeó para ver mejor el rostro de Diamante, que estaba volviéndose borroso

—— Oh, por favor, ahora no tenemos que fingir. No hay cámaras.

Aunque a Serena le encantaba el detalle, trató todo lo posible por mantener los pies sobre la tierra. Ella no deseaba albergar una ilusión basada en un acuerdo.

Pero así de borracha como estaba, deseaba perder la cabeza. Quizá sólo por esa noche.

—— ¿Estás bien? —— Preguntó él una vez que le ayudó a sentarse en el sillón —— ¿Deseas beber algo?.

—— Un trago estaría bien. —— Serena se tapó la boca de inmediato. Asustada por la voz que se le salió.

¿Dios? ¿Esa era su voz? ¡Estaba hablando con lengua de trapo!. Diamante rió negando un par de veces. 

—— Parece que alguien comenzó la celebración antes. —— Refirió riendo—— Aunque creo que dijimos que era fingido. —— Concluyó haciendo referencia a lo previamente dicho por Serena.—— Bueno, traeré tu bebida.

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