—Naruto-Kun, te amo.
¡Hinata!
La oscuridad en la que había caído preso, se extinguió hasta que una penetrante luz me cegó. Unos ojos lilas me veían con asombro y enojo, traté de enfocar más la vista, pidiendo en silencio que sean sus ojos. Los ojos que más he amado en toda mí vida.
Pero no fué así.
No era ella, era una chica rubia de cabello largo y cuerpo esbelto. Una belleza, por fuera pero un asco por dentro. Shion.
—Me preocupe por tí para nada. Eres un estúpido Naruto. —Ella salió con pasos apresurados, clavando las agujas de sus tacones a cada movimiento.
Estaba en una habitación, desconocida y enorme, con una cama cómoda que le abrazaba y no lo dejaba salir. La habitación estaba decorada con tonos suaves, colores pasteles sobre todo, cuadros colgantes de pinturas frescas y atractivas, una televisión de último modelo pegada a la pared, una repisa con libros de distintos tamaños y colores, un par de sillones en cada esquina también modernos de un tono azul marino y cojines reposando arriba de ellos. Un buro con una canasta llena de fruta, vino y un par de panes recién hechos. Había más objetos dentro de la habitación que llamaban su atención, tantos que no sabía ni cual mencionar primero.
Curioso se levantó con dificultad, tocándose la cabeza con un gruñido. Se acercó a una mesa circular que estaba en medio de la habitación y tomó un papel que sobresalía, lo leyó para sí mismo.
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En medio de nuestra alegría, te derrumbaste dentro de la iglesia, tuve miedo. Un alboroto se presentó ante mis ojos. Rogué porqué no te pasará nada, un doctor me explicó que caíste desmayado del agotamiento.
¿Llevas mucho sin comer y dormir, no es así?
¡Eres un irresponsable Naruto! debes hacer caso a tu prometida, descansar y comer adecuadamente para que seas saludable. Hazlo por ella, hazlo por tí.
Ten más cuidado, espero y lo hagas o tendré que regañarte junto a tu prometida. Espero estes mejor cuándo llegues a leer esto, no te preocupes, descansa todo lo que quieras, si tienes hambre llama a la recepción y pide algo, los gastos corren por nuestra cuenta.
Recuperate.
Hinata Uchiha.
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Si, su corazón dolía, dolía como miles de infiernos, ardía como el fuego hasta convertirse en cenizas. Ese apellido, es lo que más quemaba.
Lágrimas salían y chorreaban todo su rostro, tenía la cara empapada en dolor, en agonía y arrepentimiento. Los recuerdos golpearon su mente y giraron uno en uno.
Un paso, tras otro, chocó entre un sillón y cayó al suelo, de rodillas. Llorando con más fuerza, por el dolor de su pierna y por el de su corazón, la pierna no dolía tanto como el pesar de su corazón, aún escuchaba su dulce voz. Aún podía oler su perfume tan natural a canela, a dulce, aún podía sentir su suave piel junto a la suya, sus manos tocando su cuerpo sin temor, sus sonrisas tan cálidas y tiernas.
—¡Basta, Naruto-Kun! No me hagas cosquillas. —Ella gritó, huyendo de él.
Una pradera grandísima bajo sus pies se extendía hasta el pequeño lago de agua dulce, a unos metros de ellos. Colinas enormes se veían a lo lejos, repletas de pastizales y matorrales de gran altura, flores esparcidas en el suelo y unos anchos árboles otoñales los recibían a cada corrida. El sol comenzaba a iluminar la negrura del cielo y el pastizal comenzaba a aclararse a cada brecha de rayo solar. Dos cuerpos corrían en medio del pasto, revoloteando.
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One Naruhina ❤
FanfictionPequeñas historias sobre nuestra pareja favorita ❤ Posiblemente dentro de lo normal o no. El creador de estos personajes es Masashi Kishimoto, solo los utilizo sin fines de lucro y satisfacción propia ❤