Ahí estaba yo en medio de una escuela que nunca he conocido, pudiera ser tal vez la escuela que siempre he querido o tal vez una alusión de todas aquellas escuelas en las que curse, el día era colorido, no había ni una gota de gris en aquel espectacular sueño. Había tanto como nuevos paisajes como también personas nuevas, era una chica feliz.
En mi niñez sufrí lo que todos sufrimos, baja autoestima. Mi cuerpo no me gustaba, pequeña y regordeta era yo, con curvas donde no debían de ir aún, mi cabello corto como el de un niño y mis dientes disparejos me hacían llorar. En aquel sueño no era así, era la chica que siempre había soñado, pequeña pero delgada, con dientes preciosos tan blancos que te dejaban ciego, con una melena tan larga pero igual de brillante. Mi rostro era perfecto, mi cuerpo igual, pero lo mejor de todo es que era una espía y una de las mejores en aquella institución, tenía amigos por doquier y era feliz.
Lo más gracioso del sueño es que podía hablar con mis compañeros, mediante mis dientes. Fierros falsos, que tenían aparatos comunicadores. ¿Gracioso, no? .. Hablaba con ellos tocando mi dentadura, las personas se reían de ese poco usual medio de comunicación, bastante pesado a decir verdad. Pero a mí poco me importaba, había un chico que creí que me gustaba, Kiba Inuzuka un fuerte espía, de cabellos alborotados chocolate, ojos café hipnotizantes y unas adorables marcas rojizas en sus mejillas. Era agradable convivir con él, salíamos siempre, reíamos y era asombrosamente un caballero, su estatura me encantaba pues me sacaba un pie de alto, si yo quisiese solo me estiraría y pondría mis brazos alrededor de sus hombros. Era un chico guapo, que siempre se juntaba con Shino Aburame. Nuestro compañero de salón y amigo, amante de los insectos, era un biólogo pero aparte de eso, un excelente espía.
En el sueño pude ver a mi amiga de la infancia Ino Yamanaka, con su esbelta figura contorneandose en medio de una especie de cancha de baloncesto, la abracé con todas mis ganas junto a otra de nuestras amigas igual de la infancia Sakura Haruno, las quería mucho y verlas en ese sueño, fue hermoso. Pero de pronto en medio de esa enorme cancha un chico con elegante figura apareció ante mi vista, avanzando con aire seductor en su andar, su fisonomía tan masculina mezclándose ante mis perlados iris. Era mucho más alto que yo, dos cabezas de alto para ser específica, con enormes pectorales y brazos fuertes, era un chico bronceado de cabello rubio brillante. Pero eso no fue lo que a mí me llamó la atención, fueron sus magníficos iris, llevándome al cielo.
No podía despegar la vista de sus preciosos ojos, azules como el cielo, pero tan cálidos como el fuego en una noche helada. No había nada a nuestro al rededor, más que él y yo, sus ojos se veían bondadosos y tiernos, probablemente sea hasta lo mejor en él. Que me tenían tan hipnotizada, mucho más que los ojos de Kiba, incluso estos no tenían comparación.
—Hola. —Le dije tartamudeando entre risas nerviosas, sin dejar de ver sus preciosos iris turquesas.
Una risa en él sonó y el canto de las aves perduró, el sonido era tan gutural y fresco, tan maravilloso. Como miles de mariposas volando por mi estomago, hasta perderse en mi pecho, el viento voló por nuestros cabellos; mezclando nuestros perfumes y el aroma a menta me llegó hasta lo hondo. La sonrisa más bonita que había visto en mi vida, con unos dientes tan blancos y alineados. —Hola. —Él contesto sin borrar su espectacular sonrisa y pude ver crecer mi sonrojo en las marcas de sus ojos.
Quise preguntar como se llamaba y así lo hice, en cambió la respuesta me quebró lo sesos. —Soy el viento y el sol juntos, corriendo por la tierra en una dirección distinta, acumulándose contra otro adversario mucho más fuerte que yo mismo. Como también puedo ser un delicioso ingrediente del Ramen, tan especial que a muchos puede gustar, como a otros les puede desagradar.
Mi mente giró y giró, pero la respuesta nunca llegó y con una mirada confundida llegué a contestarle. —No entiendo. —Confesé con un rostro triste.
—Lo entenderás algún día y cuándo ese día suceda llegaré a tu vida, tan dispuesto que sabrás inmediatamente que he sido yo. —Él me sonrió por última vez y poco a poco, la intensidad de sus ojos se fueron apagando, hasta que una raya azul se unió con un torrente oscuro y la oscuridad del momento se transformo en mi habitación, tan solitaria como siempre.
Mis cobijas acobijandome del frío y la belleza del día alumbrando la estadía. Tal vez todo lo anterior haya sido un sueño más, bastante raro de la realidad, pero tan real al mismo tiempo. Que aquellos ojos tan espléndidos que vi con tanta intensidad, me llegaron hasta el corazón.
Tal vez era un sueño, con un chico guapo que he soñado ya, o tal vez sea un sueño entremezclado, por que sabía que en mi vida había visto aquel muchacho y la química que hubo en aquel extraño sueño, no fue solamente para uno. Pues se sintió tan real, tan perfecto, que no pudo haber sido un simple sueño.
Y si la vida me tenía predestinado a aquel formidable chico, lo aceptaría sin pestañear. No por su físico, si no porque sentía que era el indicado, aquel por el cual he esperado y he anhelado.
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FIN
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Hey! ¿Cómo están? ¡Feliz año nuevo! ¿Cómo se la pasaron?, espero hayan tenido un excelente inicio de año y unas fiestas de lo más genial. Que todas sus metas se cumplan y la salud en su casa sea estupenda <3
Espero les haya gustado este pequeño One-Shot, tenía preparado otro que quería subir ayer por la noche, pero con eso de la cena y todo lo demás, no lo alcancé a terminar. Este vino de una extraña inspiración que tuve, hoy por la mañana recordé un sueño algo parecido y quise redactarlo, también cambie bastantes cosas. Pero espero haya sido de su agrado <3
Nuevamente feliz año nuevo <3
SIN REDACTAR.
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One Naruhina ❤
FanficPequeñas historias sobre nuestra pareja favorita ❤ Posiblemente dentro de lo normal o no. El creador de estos personajes es Masashi Kishimoto, solo los utilizo sin fines de lucro y satisfacción propia ❤