Cereza
Amaba la cereza, tan dulce y a la ves ácida, sólo un toquecito ácido que acompañaba perfectamente el dulzor. Su color era atractivo, de un hermoso rubí intenso que te apetecía a gritos, cómo sus labios.
Sí, sus hermosos labios color rojizo brillante, con sabor a cereza, su fruta favorita al momento.
¿Y es qué cómo podía recistirse a su adorable novia y a sus cautivadores besos?
¡Si toda ella, era una dulzura andante!
Con su suave piel blanca, cómo la leche. Con sus preciosos ojos, más hermosos que la mismísima luna, su cabello largo azabache, con olor a canela. ¡Y sus adorables sonrojos que mostraba cada qué la besaba!
¡Sus besos con sabor a cereza!
¡Cómo la amaba!
Ella era lo más increíble que le había pasado en la vida, aunque referirse a ella de esa forma, era quedarse corto con lo que sentía por ella. Bien podría decirse que sí, la amaba, con todo su corazón y cada que la veía en el instituto quería comérsela a besos, abrazarla hasta que ambos cuerpos se funcionarán en uno solo y ser siempre de ella.
¿Tener hijos y casarse sería muy pronto?
¡No! ¡No podía hacerle eso a su amada! Ella tenía planes que no enfocaban tener un hijo en un futuro próximo, más bien ella quería ser abogada, la abogada más leal y justa que hayan conocido jamás. ¡Y lo lograría!
Él lo sabía perfectamente y cuándo eso pasará, él estaría presente para alabar sus logros y llenarla de tantos mimos y felicitaciones, que se cansará de escucharlas.
Pero por ahora se centraría en el presente, en lo que son ahora y en lo que puede pasar mañana.
Y más con tremendo look, que se carga el día de hoy.
—¡Oh, vamos bomboncito! Muéstrame tu trajecito. —Le susurré en el oído, de manera seductora.
Como sabía que le gustaba.
—¡Na-Naruto-Kun basta! —Exclamó ella intentando alejarse de mí.
Grave error.
Perdía el tiempo, no me alejaría ni porqué me pagaran un millón de dólares.
—¡Vamoooos! ¡Quieroo verteee! —Le hice un puchero, alejándome tan solo para que observara mi rostro en la oscuridad.
Sería el primero en verla, costará lo que costará.
—¿Prometes no burlarte? —Ella me imploró, con sus ojitos brillando de miedo y angustia.
¡Oh, mi pequeña cosita..!
—¡Hinaa te amoooo! —Confesé besándola tiernamente—¡Jamás me burlaría de ti!
Ella me miró dudosa, aceptando finalmente después de un rato. Mis métodos de convencer funcionaban siempre, tan sólo una miradita tierna y ¡Asunto finalizado!
Ella se alejó de mí, posando cerca de la luz de la pequeña habitación del conserje, su vestidito pequeño llamó mi atención, calcetas largas, mandil blanco unido junto a una falda llena con miles y miles de capas de tela brillante y una pequeña diadema con lentejuelas y telas en su perfecta cabellera azabache.
¡Era una maid! ¡Y una muy sexy! ¡Sus caderas se amoldaban perfectamente! ¡Sus pechos flotaban entre el vestido armoniosamente! ¡Sus piernas eran largas y perfectas! ¡Ella era hermosa! Por fuera, pero mucho más magnífica por dentro.
Ella era perfecta siendo tranquila, tímida, amable, risueña, a veces difícil, testaruda, orgullosa, pacífica y muy, pero muy ¡BONDADOSA! Sus virtudes salían más a la superficie y destacaban más que los defectos. Ella era perfección aunque básicamente nunca lo creía, era hermosa sencilla, amable, graciosa, ¡Ella era todo! ¡Era una perla dentro de una enorme concha! ¡Era la luz que una luciérnaga ocupa para lucir en la oscuridad! ¡La luna entera! ¡El mar en verano! ¡El chocolate caliente en invierno! ¡O aún mejor, ella era una cereza!
Jugosa, sabrosa, mmmm..
—¡Ya vez! ¡Por eso no quería enseñarte mi traje! ¿Me veo gorda verdad? —Me preguntó a punto de llorar, y yo quise reír.
Ella se veía, aún más hermosa que antes. Ella era la chica más hermosa de todo el instituto, que digo; ¡De todo el universo!
No había comparación.
—¿Quiéres que te muestre lo que pienso de tú traje? —Le pregunté con mi mejor sonrisa, aquella que la volvía loca.
Estoy deseando que diga que sí, ambos nos beneficiaremos extraordinariamente.
—¿Cómo? Pero sí ya está más que claro, no te ha gustado na...
La besé cómo quise hacerlo desde hace horas, como he deseado hacerlo en toda la semana, pero no lo hacía por no encontrar un tiempo libre. Robándole el aliento y transportándola al cielo, en un abrir y cerrar de boca. Literalmente, uno, dos, tres besos más y me alejé, besando su mentón con suavidad y amor.
Ella me miró con una sonrisa y supe que sus lindos ojos serían mi mejor regalo de toda la vida.
—¿Eso ha respondió tu pregunta? —Le pregunté recargando mi frente en la suya.
Ella asintió y me besó otra vez, entre besos le conteste lo que me ha estado matando toda la noche;
—Sabes a cerezas, y yo amo las cerezas cariño. —Otro beso y estaba seguro que ella estaba hecha un desastre.
El sonrojo estaba justamente habitando en ella.
Fin.
¿Les gustó? Comenten qué les pareció, los amooo! ❤️
Dedicada a; TamalDeDulc3 espero que te haya gustado ❤️ Luego haré otro cómo creo que pensaste querer, éste salió directito de inspiración :3 ¡buenas noches!
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One Naruhina ❤
FanficPequeñas historias sobre nuestra pareja favorita ❤ Posiblemente dentro de lo normal o no. El creador de estos personajes es Masashi Kishimoto, solo los utilizo sin fines de lucro y satisfacción propia ❤