Todo comenzó en una pequeña ciudad llamada; Luxemburgo. Gobernada por matriarcas y personas de poder. Una pequeña niña nacía bajo el poder de la corona, envidiada por muchos y amada por otros. Creció dentro del amor de una familia poderosa, exiliada del mundo cruel y perverso. Bajo la protección de los Reyes: Hiashi Hyuga y Hanna Charlotte de Luxemburgo. Los reyes amaban a su hija con locura, para ellos la pequeña era más que un tesoro. Una valiosa joya nacida bajo la arrogancia y envidia del ser humano, era la niña de sus ojos. El fruto de su inmenso amor, cualquier persona que la llegase a conocer caía embrujado de su exótica belleza y bondad. Era una niña encantadora, amable con los necesitados y atenta con los marginados. Poseía un encanto innato que los hacía estremecer de pies a cabeza. Sus cualidades no acababan tan solo ahí, era una joven valiente y inteligente para su corta edad, entendía los temas a la perfección y sabía qué hacer en cualquier situación, tenía una gran habilidad para las lenguas extranjeras, hablaba con fluidez su idioma natal; Luxemburgués. Y charlaban de vez en cuando en el idioma materno de su madre; El Francés, solía leer, capas y capas de volúmenes literarios de obras antiguas. Comprendía el Latín y asistía a las reuniones de la corte para escuchar los parlamentos de sus aliados. A su vez podía recitar poesías en un perfecto inglés británico, todo ésto gracias a su astucia y infinita curiosidad. Su hija era un diamante, una joya valiosa que quería resguardar de la perversidad, de la codicia de todo aquél que quería apoderarse de su trono.Pero sabía que no todo el tiempo sería eterno, ni él ni su amada esposa. Estimaba que su vida estaba atentada y en cualquier momento sería excluido de su vida, temía que algo malo le pasará a su preciosa hija. Quería lo mejor para ella, quería que viviese su vida libremente y disfrutará el placer de recorrer hermosos senderos, que viviera para su reino y pudiera gobernar como toda una soberana.
Los años pasaban y su hija poco a poco crecía, encerrada bajo las puertas de un castillo. No podía quejarse tenía todo lo que ella necesitaba, el amor de una familia y el poder de una realeza. Él se había encargado de limitar sus movimientos y excluir a todo aquél que intentara herirla. Gozaba de todos los conjuntos de vestidos que una chica podría desear, de cerdas finas y telajes exóticos. Sombreros, guantes y zapatos como para llenar un salón de baile. Le dió todo lo que ella podría querer, aprendió de diferentes institutrices todo el tiempo que quiso. Colgaba de su cuello una gran variedad de preciosas joyas y aretes a combinación. Su hija debía ser feliz, lo era.
Pero no pensaba lo mismo aquella chica, la princesa: Hinata Hyuga de Luxemburgo. Sentía que en su vida faltaba algo,un fuego que la llenará de regocijo.Podría tener todo lo que deseara, pero faltaba algo en su vida. Lo sentía,se sentía asfixiada y aislada del mundo exterior, quería descubrir qué había afuera del castillo y de los fríos muros. Quería alguien con quien hablar y admirar la belleza que podría ofrecer el panorama de su ciudad,asistir a bailes y charlar con su pueblo. Extrañaba poder salir del castillo y observar cómo era la vida de un simple campesino. Los admiraba, eran personas trabajadoras y hogareñas, a pesar de no poseer lo qué ella gozaba eran felices,se les veía contentos con la vida que llevaban. Eran personas amables sin ningún gramo de malicia. No llegaba a comprender con totalidad porqué su padre los excluía de los demás, sabía que su madre había muerto hace años en un accidente automovilístico y desde entonces no había sido el mismo. ¿Pero, qué tenía que ver eso con ellos?, ¿Por qué los encerraba?
Estaba cansada de quedarse escondida por órdenes de su padre, lo amaba. Pero ya era bastante mayor para decidir qué hacer con su vida, casi cumpliría la mayoría de edad en unos meses. Pero para ella ya tenía la edad de voz y voto de la cual enfrentar a su padre. Estaba hastiada de pasar días repletos de soledad y por ello saldría del castillo con o sin la aprobación de su padre. Solo saldría a dar un pequeño paseo por las colinas del castillo y antes de que se metiera el sol regresaría a su hogar. Nadie se daría cuenta, no era para nada malo salir a tomar un poco de aire fresco, se dijo.
ESTÁS LEYENDO
One Naruhina ❤
FanfictionPequeñas historias sobre nuestra pareja favorita ❤ Posiblemente dentro de lo normal o no. El creador de estos personajes es Masashi Kishimoto, solo los utilizo sin fines de lucro y satisfacción propia ❤