Coquetería

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—¡Naruto-Kun! —Hinata lo empujó con una sonrisa coqueta.

Él aluido la miró espectante con una sonrisa en la cara y todos los dientes bien puestos en una mueca seductora.

—¡Vamos cariño, no hay nadie!—Intentó convencer a su esposa, tomándola de las manos.

Hinata lo miró colorada y se giró a ver más allá de su espalda, si había alguién más en la habitación. Se supone que debía estar cocinando, no siguiéndole la corriente a su atolondrado esposo.

—¡Sólo uno! —Pobre y inocente Hinata. No conocía los alcances de su esposo.

Él la acercó y la besó al instante, Hinata rodeó sus hombros nerviosamente, mientras él la tomaba de la espalda, acercándola más y más.

Las cosas se calentaban y no era precisamente porqué estuviera prendida la estufa o el horno, era más bien algo más picante, seductor y atractivo. Tal vez sería el roce de las pieles de cada uno, las manitas en las zonas adecuadas, la presencia de ellos mismos. Todo se calentaba y ardía, que poco a poco sin darse cuenta ya era más que un solo beso, era más que una tocadita, mucho más a decir verdad.

Incluso sus cuerpos ya ocupaban algo solido a sus espaldas, podría servir el frigerador, la isla, la mesa o tal vez también la pared. ¿Por qué, no?

Las manos de ambos bajarón y subieron progresivamente en el cuerpo del otro, en las zonas favoritas del otro. —Trasero—.

—¡Oh, vamos viejo! ¡En la cocina no, que asco! —Alegó Boruto tapándose los ojos con vergüenza de haber presenciado aquel bochornoso encuentro entre sus padres.

—¡Vamos Boruto, se ve que tus padres se aman! —Agregó Mitsuski con una sonrisa ladeada.

Hinata se separó de su esposo tan rápido como escuchó la voz de su hijo mayor, tan colorada y avergonzada al mismo tiempo. Habían sido descubiertos.

—¡Boruto Uzumaki, toca la puerta antes de entrar! —Regañó Naruto a su hijo, avergonzado y frustrado hasta la médula.

—¡Eres un viejo pervertido, estámos en medio de la cocina! —Gritó— Debes dejar tus morbosidades para otro momento.

Mitsuski sonrió divertido de los pleitos familiares, mientras la madre de la casa se escondía en la capa de su esposo.

Todo parecía normal hasta qué ;

—¿Qué es morbosidad? —Preguntó la menor de los Uzumaki con duda.

—Castigado Boruto Uzumaki, dos semanas sin videojuegos.

—¡¿Yo qué hice?!

Fin.


¡Hola! ¿Cómo están? Tal vez se pregunten; ¿Por qué dos capítulos seguidos?

¡Bueno! Es qué la inspiración llega solita y para no dejarla morir, redacto y redacto hasta que ya no hay más. En "Mi vil actor" tarde una semana en escribir todo lo que sentía, corregir, redactar puntos que no me gusto y así. Estoy feliz, con ésta historia, llevamos 31 One-Shot que he publicado y quedan 13 borradores que quiero publicar y tal vez esos sean los últimos :(

Espero que les vaya gustando éste libro, pues quiero seguir con los otros que tengo: "El cocinero del que me enamoré" "Cantó de sirena" Y había otro que tengo ahí sin actualizar que me he olvidado pero que de igual forma es muy importante. ¡Nos vemos próximamente! ❤️

Recuerden no salir de casa, lavarse las manos y si salen seguir las medidas dd seguridad y higiene.

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