Cartas Aéreas

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Para: Naruto Uzumaki. El chico de las cartas aéreas.

20 de Julio 1970, Canadá.

Aunque el tiempo nos divida, la distancia y demás situaciones. En mi corazón seguirás estando, conoceré muchas nuevas personas, otros chicos, nuevas anécdotas que tendré por contar. Situaciones en las qué me avergonzaré, combatiré mis temores, creceré y sin embargo; Seguiré pensando que haberte conocido ha sido lo mejor que he tenido.

No puedo darte un tiempo ilimitado, porqué sé que tú tampoco puedes dármelo. Pero en todo el tiempo en el qué he estado contigo, quiero expresarte que he mantenido una firme y muy bonita sonrisa. Qué he creído firmemente en mí y lo qué puedo lograr hacer, y también quiero que tú lo creas. Porqué eres capaz, de levantar terrones de arena, arreglar aparatos difíciles, sacar sumas y números grandes en segundos, de escribir las cosas más hermosas que he leído en mi vida. De llenar de vida y emoción a cualquier persona que se rodee de ti, no te haz dado cuenta, no haz querido notarlo o afirmarlo. Pero aquí estoy yo para afirmarte lo negable para ti, para apoyarte y hacerte pensar en qué todas las pequeñas acciones qué tú crees insignificantes son mucho más qué esas tristes palabras. Eres mucho más que eso; las cosas que haz logrado hacer y que vas a hacer son maravillosas.

Creó en ti, en tus sueños, en lo magnífico que eres y lo bondadoso que haz llegado a ser. Qué eres alguién inspirador, luchador y muy tenaz. Lograrás atrapar más de lo que puedes masticar, y cuándo eso pasé. Estaré más que orgullosa de haber conocido al hombre más perfecto qué el mundo puede tener. Sí, tienes tus defectos. Cómo yo también tengo los míos, ¿Y qué? Eso te hace un ser humano, un ser vivo, que lucha por corregir esos errores. Eso es aún más valorable, que todas tus virtudes, qué sin importar qué: Lo intentas.

Y sí te soy sincera, nunca olvidaré tus preciosos ojos. Ni la calidez qué sentí cuándo escuché tu voz por primera vez, el tamboreo de mi corazón cada qué pensaba en ti. No olvidaré tu sonrisa brillante, tu piel, ni mucho menos tu adorable risa. La más hermosa que he escuchado en mí vida, con la qué aprendí a reír de verdad. No olvidaré la sensación de mis dedos tocando los tuyos, ni tampoco el calor que sentí cuándo escuché tu primer "Me gustas".

Sentí las nubes, en segundos. Sentí que tocaba algodones de azúcar, me sentía en libertad, cómo crecía, cómo subía. Y subía, subía, no paraba. Soñaba en la eternidad, pero era imposible.

Y sin embargo te agradezco tanto, las lecciones que me haz brindado, la emoción de tenerte junto a mí y la sensación de haberte conocido.

Espero que algún día, cuándo llegues a ver ésto. Puedas y seas muy feliz.

En el fondo te amé, de manera rápida y muy extraña. Pero así es el amor y tú me hiciste sentirlo.

Hinata Hyuga.
La chica tonta que se enamoró de un par de cartas.

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