-¡¡Ian!! – escuchó decir su nombre al mismo tiempo que sentía unos brazos alrededor de su cuello. Ian sonrió incomodo y aceptó el abrazó con torpeza.
-Hola Sara–dijo Ian
Era una chica muy hermosa, o al menos eso pensó Annoris. No supo con exactitud como sentirse pero si sabía lo que quería hacer y quería agarrar a esa rubia del cabello y alejarlo de su chico para después darle un largo discurso sobre respetar lo ajeno.
Sara duró en el abrazo un poco más de lo normal e Ian la alejó con sutileza. De nuevo se puso junto a Annoris, intentó tomar su mano pero Annoris la movió y cuando la volteo a ver intentó no reír.
No sabía lo que la embarazada pensaba, pero por su mirada, Ian pudo afirmar que era algo que sin duda a él le parecería gracioso.
Porque Annoris jamás se enojaba como era debido y cuando lo hacía él no podía tomarla realmente en serio, porque era tan condenadamente encantadora con cada actitud que tomaba.
-Ella es Annoris, mi novia– la presentó orgulloso tomándola de la cintura y ejerciendo un poco más de fuerza de lo normal para atraerla a su cuerpo.
Sara abrió los ojos sorprendida y sonrió con tanta amabilidad que le fue difícil a Annoris sentirse enfadada por aquel abrazo tan largo.
-Oh Dios mío. Ian ¡Es encantadora! – chilló emocionada, se acercó a Annoris y la abrazó como si fueran grandes amigas aunque sin durar el mismo tiempo que el abrazo con Ian. - ¿Cuántos meses tienes? – preguntó separándose de ella y poniendo una mano en el estómago de la embarazada.
-Cinco meses – logró decir antes de ir tras Ian que se alejaba para saludar a los demás chicos en el jardín, Annoris lo siguió para no quedarse sola con aquella chica tan hermosa y delgada.
Sara era el prototipo de cualquier hombre y la causa de baja autoestima de muchas chicas, especialmente de una mujer embarazada con cambios de hormonas y 11 kilos encima, sobre todo los kilos encimas.
-Hey chicos – saludó Ian y varias personas sentadas quienes se encontraban riendo y hablando animadamente los voltearon a ver con el mismo humor.
-Annoris, ellos son Rodrigo, Sam, Leo, Clau y Ryan – les presentó y Annoris temió no poder recordar todos los nombres.
Todos la voltearon a ver con interés, y más que ella, observaron su estómago intentado ser discretos pero fallando miserablemente.
-Annoris – saludó Rodrigo, el mejor amigo de Ian y el único al que ella que conocía. La ojigris sonrió agradecida por su reconocimiento y se acercó a él para saludarlo como era debido.
Pese a la tensión inicial, después de un tiempo, se encontraba sentada alrededor de todos riendo y pasándola bien.
Y por la forma en que Ian hablaba y reía, supo que estaba pasando realmente un buen tiempo y ella estaba feliz por él. Logró quitar su incomodidad y su falta de inseguridad al estar con personas mucho mayores que ella
-Y bien Annoris ¿Qué viste en Ian? – preguntó Clau, una chica que todo en ella gritaba independencia hacia cualquier cosa logrando intimidar tanto hombres como mujeres.
-¿Cómo lo conociste? – pregunto la otra chica, Sam, observándola con atención con sus pequeños ojos al igual que Sara. Annoris se sonrojó y sonrió para sus adentros.
Después de todo, Ian había sido un encanto cuando lo conoció. Le echo una rápida mirada al ojos-azules quien se encontraba con los chicos hablando sin prestarles ninguna atención a ellas.
-Bueno... - empezó a decir.
***
Gritos y música era lo único que se podía escuchar, sus pensamientos desde hacía tiempo que habían sido silenciados. Todos a su alrededor estaban borrachos y ella sólo se encontraba ebria de enojo. Desde hacía ya media hora que se encontraba sola.
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Embarazo adolescente
Romance-Tienes unos ojos hermosos - dijo Ian poniendo una mano en la barbilla de Annoris alzando su rostro para tener fácil acceso a sus labios y cuando se acercó para besarla Annoris olvidó por un momento quien era. Pero entonces, las imágenes de aquella...