-Señorita Macouzet - Escuchó decir a un hombre delante suyo, Annoris alzó la cabeza de su pupitre para encontrarse a un hombre de aspecto agradable y con mirada confusa. - ¿Se encuentra bien? - preguntó el hombre delante de todos sus compañeros de clases. Annoris negó con la cabeza mientras cerraba los ojos al sentir como su estomago se revolvía y aunque sabía que las intenciones de su profesor eran buenas, deseó que se alejará. ¡¡Pero qué olor tan repugnante tenía!! Intentó distraerse pensando en otra cosa que no fueran sus ganas de vomitar, pero absolutamente todo le recordaba su embarazo.
- Tengo que... - Antes de que terminará, Annoris se levantó con la mano en la boca tratando de detener un vomito que nunca llegó. Sin ver si quiera la reacción de sus compañeros, salió corriendo hacía el baño.
***
-¿Segura que no quieres ir al doctor? - Preguntó su madre con dejo de impaciencia. Annoris negó con la cabeza energéticamente.
Su madre siempre fue el tipo de persona que se preocupaba por cosas de nada, alguien que hacía de un pequeño problema el más grande y aún así quería con locura al mundo. Veía las virtudes de todos, evitaba ver a toda costa la maldad que existía en el mundo. Para Ivon las frivolidad no existía, solo había paz, felicidad y malos entendidos.
Es por eso que Annoris temía que su madre sufriera, especialmente por un hombre.
-¡¡Mamá!! - Dijo Annoris con reproche - Estoy bien. Te lo prometo - le aseguró.
Su madre la miró tratando de entender a su hija, de ver dentro de sus ojos y conocer la verdad de todo. Y de repente algo sucedió, vio como su madre abría los ojos con sorpresa y como su pequeña boca formaba una perfecta "o", mientras su rostro se volvía pálido y soltando un suspiró, su madre pregunto:
-¿Eres búlimica?¿Anorexica? Tienes un problema alimenticio ¿Verdad? ¡Claro! Eso explica tú actitud últimamente. No es la primera vez que vomitas en esta semana... decidí no insistir porque creí que si te sentidas realmente mal me lo dirías...- Ivon se levantó de la cama empezando a pasear por el pequeño cuarto de su hija - ¡¡Por Dios!! ¿Cómo no me pude dar cuenta antes? ¿Soy mala madre? ¡Levántate que vamos a ir al doctor!...
Annoris miró a su madre nerviosa. "¿Problemas alimenticios?, ¿Dónde mierdas sacaste esa estupidez Ivon?" Pensó Annoris.
Su madre siguió moviendose de un lado a otro, recogiendo ropa suya a diestra y siniestra metiéndola a una maleta "Vamo al hospital, vamos al hospital" "¿Por qué no me pude dar cuenta? Pero vaya madre que soy..." Annoris podía escuchar ese tipo frases que decía su mamá.
-¡¡MAMÁ!! - Alzó la voz con desesperación causando el efecto deseado. Su madre se detuvo con su respiración agitada - No, no tengo problemas alimenticios. Tranquilízate - le aconsejo. Su madre la miró con atención en espera de una explicación con aquellos ojos grandes que siempre derrochaban ternura al mismo que se sentaba a un lado de ella en la cama- No exageres. No tengo nada de eso, sólo no me he sentido bien. Ya sabes lo nerviosa que me pongo en examenes, probablemente sea eso - Ivón la observó hasta que decidió que su hija no estaba mintiendo
-Tienes razón. Es sólo que, has estado comportándote extraña, llegas a la escuela y lo primero que haces es encerrarte en tu cuarto. Todo está bien ¿Cierto? Me dirías si te estuviera pasando algo ¿Verdad que lo harías? - dijo su madre rendida, empezando a meter la ropa de la maleta a su lugar. Annoris trató de parecer tranquila, intentando que su madre no notara lo nerviosa que estaba realmente.
-Mamá no te preocupes, estoy bien. - Annoris no la miró, no pudo hacerlo y ambas se quedaron en silencio, escuchando sus propios pensamientos
- Perdón por creer que tenías una de esas enfermedades - se disculpó acercándose a su hija para abrazarla y darle un sonoro beso en la frente - Vi un programa... Y bueno, debería dejar de hacerlo. - Afirmó reclamándose a sí misma. - Ire a trabajar, ya es tarde, pero cualquier cosa háblame- murmuró levantándose deprisa.
Cuando miró a su madre salir, suspiró cansada.
Se tapó el rostro con la sabana empezando a llorar con desesperación.
Se tenía que mostrar fuerte con su mamá para que esta no se derrumbara, el problema es que ahora era ella la que se derrumbaba.
Tenía un problema grande, un problema que rebasaba su precoz maduración mental. Quería con todas sus fuerzas tener una solución para todo.
Si, era un hecho, estaba embarazada pero ¿Ahora qué hacía?
¿Abortar? No, eso era algo desalmado.
¿Adopción? La verdad es que no podía pensar si quiera en eso, aún cuando fuera la mejor opción.
¿Quedárselo? Y no poder darle nada por ser solo una adolescente. ¡¡Vaya problema!! Toda su situación apestaba.
Sabia que su rompería el corazón de su madre si abortaba. Pero... ¡¡LO ROMPERÍA DE CUALQUIER MANERA!!
Abortando, dando en adopción, quedándoselo complicaría toda su vida y por si fuera poco también la de su madre y también, por supuesto la del bebé, el causante de todo ese lío.
Le parecía irónico, tenía que ver por el futuro de un ser que había arruinado el futuro de ella.
Annoris evitó sentir cualquier tipo de emoción hacía aquello que cargaba en su vientre. No quería amarlo, tampoco odiarlo.
Cansada de pensar y de llorar, se destapó la cara y tomó su teléfono.
Ninguna llamada, ningún mensaje. ¿En serio le importaba un carajo su hijo?
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Embarazo adolescente
Romance-Tienes unos ojos hermosos - dijo Ian poniendo una mano en la barbilla de Annoris alzando su rostro para tener fácil acceso a sus labios y cuando se acercó para besarla Annoris olvidó por un momento quien era. Pero entonces, las imágenes de aquella...