Vio el mensaje de Ian sin saber que pensar: Todo estará bien. ¿En serio lo estaría?
Annoris sintió el hueco en su estomago. Estaba sola, no había nadie en el mundo que entendiera realmente lo que estaba sintiendo.
Iba a ser madre pero serlo no significaba quererlo, todas las mañanas despertaba aterrada, tenía un futuro incierto, uno que se difuminaba a cada paso que daba.
¿Por qué se había apresurado? ¿Por qué había tenido sexo con Ian?
¿Era egoísta desear tener la vida de antes? ¿Una vida aburrida y perfectamente normal?
Tener hijos nunca había estado en sus planes. Jamás se lo había planteado pero ahora que estaba sucediendo, se daba cuenta de cuánto no lo deseaba.
Tenía miedo y tal vez eso era lo único que sabía con certeza.
Sólo en eso podía pensar, en su miedo para tomar decisiones que no debería de verse forzada a tomar: Tenía miedo de quedarse con los niños, de no quedarse con los niños; de dejar la escuela, de no dejarla; de sentirse una miedosa.
Sin embargo, por más vueltas que le diera, nada cambiaría. Ya no podía quedarse sin hacer nada, necesitaba crecer, madurar.
Salió de su habitación con el corazón golpeando de forma dolorosa su pecho. No quería ver a su madre pero sabía que era necesario hacerlo. Tenían que hablar, y aplazar aquel hecho era tan estúpido como quedar embarazada. Bajó las escaleras poniendo – casi como un reflejo – una mano en su pequeño abultado estomago, consiente que una vez tocara el último escalón, su madre estaría ahí.
Ivon se encontraba escribiendo sentada en el sillón en donde la había dejado, pero a diferencia de cómo la había imaginado su madre se encontraba con la vista fija en una libreta que se encontraba entre sus manos, escribiendo con urgencia.
-¿Qué haces? – preguntó Annoris tomando asiento en el sillón de enfrente preocupada de que aquella mujer de rostro agradable hubiera entrado en una crisis nerviosa, sin embargo Ivon le dedicó una mirada profunda y no pudo evitar sentir alivio cuando notó que no había odio en ella.
-Escribiendo todo lo que necesitas – contestó alzando los hombros como si todo fuera algo normal, cómo una lista del súper. – Ian me dijo que ya fuiste a un doctor, pero me gustaría ir con otro, me gustaría acompañarte esta vez. A demás, es importante que vayamos a comprar ropa, porque pronto la que tienes no te va a quedar. Acabo de hablar con la secretaria de tu escuela, el lunes tengo una cita con el director...
-Mamá – la interrumpió Annoris consiente de que su madre intentaba evitar el tema de una manera indirecta. Ivon la miró y Annoris notó como ambas se encontraban perdidas de diferente manera.
Ivon sintió como todo tipo de fortaleza se esfumaba al ver como su hija la miraba con paciencia.
Ya no podía aplazar más el momento de la "charla", tenía que tomar el papel de madre de una vez por todas.
Sin embargo no puedo evitar sentir miedo. Le aterraba pensar que la vida de su hija pudiera ser igual que la suya. No se quejaba de tener a Annoris pero era inevitable pensar en cómo pudieron haber sido las cosas si hubiera esperado terminar la universidad para tenerla.
Había esperado que su hija saliera adelante como ella no pudo hacerlo, que fuera a una buena universidad y se graduara como la gran doctora que siempre había querido ser. Sin embargo las cosas ahora serían diferente.
Recordó con nostalgia como todas las noches, cuando Annoris era aún una niña, y la mandaba a dormir, su hija cobijaba primero a su peluche favorito "Bonie" y le daba un un beso porque eran su bebé y tenía que cuidarlo.
Pero su hija ya no cobijaba más peluches y tampoco era más una niña; era una adolescente que pronto tendría que cobijar a niños de verdad.
Sabía que tenía que hablar con ella, decirle que la apoyaba pero no estaba preparada para hacerlo, no sabía cómo afrontarlo.
-Te quiero – comenzó por decir al mismo tiempo que se paraba de su lugar para sentarse a un lado de su hija. – Cariño, no sé qué decir. Creí que la plática "usa condón" no aplicaba en ti, pero creo que me equivoque. ¿Qué se supone que debo decir ahora? ¿Qué estoy decepcionada? – Preguntó y Annoris asintió seria, realmente deseando que pasará eso. – El problema, Dorotea, es que a cualquiera le pudo pasar, desafortunadamente te tocó ser ese "cualquiera". Las cosas no van a ser sencillas, pero eso no significa que sea imposible. Hay muchas cosas que debemos analizar. Pero antes de que empecemos con una conversación larga y profunda me gustaría saber cómo te sientes. – terminó por decir, abrazando a su hija por los hombros.
Annoris respiró profundo. De todas las reacciones imaginables que su madre pudo haber tomado, esa era la única que jamás espero. Su madre estaba tranquila y hablaba con una fortaleza que muy pocas veces había empleado. Y por primera vez en mucho tiempo se sintió segura.
Toda su vida había sido fuerte por su madre, sin percatarse que ella no la necesitaba, al menos no como Annoris siempre había creído. Su madre era fuerte y eso la confortó, porque ahora estaba segura de que la apoyaría no importando que.
-Me siento bien – afirmó sin mentir. – Sobre todo asustada, pero ahora estoy bien. – admitió alejándose de los brazos de su madre y mirándola con una pequeña sonrisa en su rostro.
Todavía le faltaba mucho por pasar, pero en ese momento se sentía segura y no quería que eso cambiara, así que volvió a abrazar a su madre deseando que todos los problemas desaparecieran como lo hicieron en ese momento.
-Sé que estas asustada. Yo también lo estoy es por eso que necesitamos pasar por la conversación larga y profunda...- dijo su madre suspirando preguntandose por donde empezar...
---
VOY A ADMITIR ALGO, HACER ESTE CÁPITULO ME COSTÓ HORRORES. QUERÍA MOSTRAR MAS O MENOS LO QUE LA MAMÁ DE ANNORIS SENTÍA Y SIENTO QUE APENAS LO LOGRE. ME QUEDE BLOQUEADA DURANTE UN MUY BUEN RATO (CÓMO LO PUDIERON NOTAR) PERO YA TENGO EN MENTE LO QUE VA A PASAR DE ESTO, Y ESTA VEZ LA HISTORIA SERÁ UN POCO MÁS FLUIDA (: ¡¡GRACIAS POR TODO!!
ESTÁS LEYENDO
Embarazo adolescente
Romansa-Tienes unos ojos hermosos - dijo Ian poniendo una mano en la barbilla de Annoris alzando su rostro para tener fácil acceso a sus labios y cuando se acercó para besarla Annoris olvidó por un momento quien era. Pero entonces, las imágenes de aquella...