-No va a venir- afirmó Annoris a su amiga mientras se sentaba en una banca evitando llegar a la salida de su escuela, no quería llegar y no verlo.
-Vamos Doro - empezó a decir su amiga usando el apodo que sólo ella usaba - Sabes que te quiero, pero es un tipo de veintitres años, dudo que quiera perder su libertad. Piénsalo, por lo que me dijiste es un chico que le gusta vivir la vida. - le dijo Lili sentándose a un lado de ella, Annoris sonrió con pesadumbre al mismo tiempo que las lágrimas caían una por una. No solía llorar y no le gustaba hacerlo, pero las hormonas hacían que le pasaran cosas extrañas; le dolían los pechos, sus ganas de ir al baño aumentaban y comía cosas que en su vida habría comido y eso la ponía de malhumor. Aquellos niños estaban cambiando su vida aún sin haber nacido. - Oh, no llores amiga. ¡¡Un tipo así no te merece!! Aunque por supuesto lo necesitas o al menos tus frijolitos lo necesitas. - Lili la abrazó por los hombros mientras Annoris se estremecía.
-Eres pésima animando a las personas - le soltó Annoris alejándose de ella y riendo un poco. Se limpió las lágrimas sabiendo que su amiga no seguiría el tema.
-Me amas - afirmó Lili parándose de la silla al mismo tiempo que ayudaba a Annoris a hacerlo. Annoris cerró los ojos varias veces esperando que aquellos pensamientos se alejaran de ella. - He pensado que quiero tomar clases de violín- le dijo Lili empezando a caminar hasta la salida, cambiando el tema de repente y a divagar como solía hacer todos los días. Annoris sonrió sin prestarle mucha atención miraba de un lado a otro divertida de ver la forma en que Lili caminaba. Su amiga tenía la costumbre de andar en puntas, con los brazos moviéndose casi al ritmo de una melodía, cómo si estuviera en su clase de ballet, era como si flotara en lugar de caminar.
Sin duda era una chica guapa capaz de atraer más de una mirada, tenía el cabello corto perfecto para su rostro, era rojizo y brillante en el sol, unos ojos grandes de color cafe y un cuerpo que si bien había sido gracias al ballet, estaba bien proporcionado. En cambio ella no era alta como su amiga, su cabello era largo pero no tan bonito como el de Lili, era de color negro sin mucho chiste. Sus ojos eran grises y si algo le gustaba de ellos eran sus largas pestañas sin embargo, su cuerpo no era tan atlético ni esbelto, más bien era un poco más rellenita, su madre solía decir que tenía curvas, pero todas las madres suelen decirles cosas lindas a sus hijas. Y a pesar de todo no envidiaba ni un poco a su amiga. Sí, tal vez era más bella pero Annoris prefería ser como era, tenía la ventaja de jamás verse en la penosa necesidad de lidiar con hombres, el problema es que jamás se daba cuenta del verdadero efecto de causaba en ellos.
-Espera - dijo Annoris deteniendo las agiles manos de Ian que se movían en su vientre, viajando hasta su pecho.
-¿Qué espero? - preguntó agitado por la excitación. Annoris negó con la cabeza varias veces intentando bajar la playera que estaba más arriba de su pecho. - No debería darte vergüenza - le aconsejo adivinando los pensamientos de la chica. Ian suspiró pensativo dudando por un momento de su objetivo sin embargo eso duró poco y en un movimiento experto comenzó a repartir besos en el cuello de Annoris haciendo que olvidara en un instante porque lo había detenido. - Tu cuello es exquisito - murmuró sin apartar su rostro. - Tienes la cintura que cualquier chica envidiaría - Ian pasaba su mano desde su cuello hasta su vientre y llegando un poco más abajo, disfrutaba escuchar la respiración agitada de su amante, le aceleraba el corazón pensar que sería el primero. Había tenido muchas otras pero ninguna tan inocente como Annoris - Tu trasero es tan...sensual - gruño Ian conteniendo las ganas de arrancarle la ropa - Tus pechos son perfectos, tienen el tamaño justo para enloquecer a cualquier hombre. Para enloquecerme a mí- dijo encantado. Esa chica, su cuerpo... Pasó una mano por su largo y lizo cabello, tan largo como erótico, toda ella lo volvía loco. Poco a poco tratando de no asustarla comenzó a quitarle la ropa - ¡¡Eres perfecta!! ¡Toda tú me encanta! - le susurró al oído.
ESTÁS LEYENDO
Embarazo adolescente
Romance-Tienes unos ojos hermosos - dijo Ian poniendo una mano en la barbilla de Annoris alzando su rostro para tener fácil acceso a sus labios y cuando se acercó para besarla Annoris olvidó por un momento quien era. Pero entonces, las imágenes de aquella...