Curioso, ¿Verdad?: Este cuaderno, ésta nota, ésta prosa. Solo son líneas que se perderán en el olvido. Saltando entre el tiempo, mas siendo ignoradas por todo aquel que las vea pasar. A pesar de todo eso, él sigue escribiendo, contando su vida, compartiendo sus experiencias y metas. Pero, algo más curioso es saber que todo en su totalidad puede acabar de manera tan súbita, así como empezó. Todo puede terminar aquí, puede que ésta sea la última página escrita, incluso puede que ya hasta haya terminado antes de empezar.
Te pregunto algo: ¿Sabes quien escribe lo que acabas de leer? ¡Exacto! No lo sabes, no comprendes la complejidad que existe en esa pregunta, ni siquiera te importa, ¿O me equivoco? Bueno, de igual manera te lo explicaré: Tú sabes cuando escribe Alone, cuando escribe el cuervo, sin embargo, no has sabido diferenciar mi escritura de la de los demás. He estado presente más tiempo del que te imaginas dentro de la historia, he sustituido a los susodichos en más de una ocasión, siempre manejando la situación a mi antojo, ayudando a que el plan siga su curso, negando mi ideal, mas respetándolo al mismo tiempo. Ese es mi ser, mi paradoja.
Ahora, ¿Qué pensarías si te dijera que Alone murió hace tiempo? Dirías que es una mentira, pues él ha estado contando su historia. Sin embargo, ¿Cómo sabes que es él quien la escribe? Sabes que alguien escribe, mas no sabes quién es, no sabes si te está mintiendo, desconoces por completo su pasado, presente y futuro. ¿Te hice pensar, verdad? Ahora dudas de la existencia de él, dudas de mis palabras, tienes muchas dudas y no las aclararas hasta que tengas evidencias que apoyen mi afirmación, quedando en la paradoja del gato de Schrödinger: Miles de posibilidades, pero solo una es verdadera y solo la sabrás si... Bueno, te dejo de tarea descubrir cómo obtener las respuestas a tus dudas. El niño ya se está despertando y puede que se moleste si me ve escribiendo en su diario.
Atte. Alejandro.
Día 10, 9:01 am.
Sentía una ventisca que me estremecía con su pasar. Apenas y podía mover mis entumecidos dedos, y ni hablar de mi cuerpo. Con dificultad logré abrir los ojos, cuando otra ráfaga de aire me hizo tiritar y acurrucarme inconscientemente, abrazándome del asiento del auto descapotado en donde me encontra... ¡¿Qué carajos?! El auto está en perfecto estado. No es como lo recordaba, yo choqué contra éste. No sabía qué pensar, pues mi cuerpo, al igual que el auto, estaba en perfecto estado, no tenía ni un solo rasguño, ¿Acaso utilicé la Locura sin saberlo? Aun así, me sentía fatigado, casi al punto de que me costaba levantarme del asiento. Analicé mis alrededores: El auto estaba estacionado al lado de un viejo motel de dudosa reputación. Frente y alrededor de éste solo había edificios, periódicos llevados por el viento, lámparas que habían sido derribadas, locales saqueados y con grafitis en las paredes con la palabra "Discord". Un símbolo de un cuervo extendiendo sus alas estaba pintado en lo alto de varios edificios, cuya estructura se veía un poco deteriorada. Carteles pegados en postes de luz ondeaban con el viento como si de banderas se tratasen, silencio absoluto e inquietante me atormentaban con cada segundo que pasara. En más de una ocasión me pareció ver en lo alto de un edificio a un humanoide que se asomaba sutilmente, como si pudiese verme desde tal distancia.
"¿Estoy vivo?, ¿Cuervo, qué pasó?" Preguntaba nervioso.
Algo en el ambiente no era de mi agrado, un aire de desconfianza me obligaba a mirar a todos los lados, prestando mucha atención a las esquinas de cada edificio. Busqué un arma dentro del vehículo, mas no pude encontrar ni las llaves.
"Un momento." Pensé al percatarme que mi ropa había cambiado. Ahora llevaba unos pantalones vaqueros de color negro, con una chamarra del mismo color y botas militares oscuras.
-¡Al fin despiertas!- Mi atención fue puesta hacia el motel, sobre el cual se mantenía de pie un hombre que rondaba los 25 años, de piel morena en un tono claro, altura aproximada de 2 metros, cabello lacio, negro y largo, cayéndole en una cola de caballo sobre la parte superior de la espalda, con dos mechones de cabello que le caían de frente. Presumía su complexión atlética manteniendo su torso desnudo, como si las crueles temperaturas no lo afectaran en lo más mínimo. En su mano izquierda resaltaba un tatuaje de una rosa, casi calcado del mío. También tenía otras cicatrices a las cuales no les puse atención. En su mirada tranquila destacaban el color rojo intenso de su iris, asemejados a los míos en aquella noche. Como única vestimenta, llevaba unos pantalones vaqueros color negro y botas del tipo militar del mismo color. Algo que noté era que sostenía un cuaderno con firmeza. Era mi diario.
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ALONE
Mystery / ThrillerÉl ha despertado de un profundo sueño. Tambaleante, recorre sus alrededores, tratando de responder las dudas que inundan su cerebro. Está en un lugar que le parece familiar, pero ha cambiado desde la última vez que estuvo ahí, hay algo que no cuadra...