Capítulo 18: El Verdadero Cazador Parte 5

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En la biblioteca de la escuela, Elisa estaba leyendo un antiguo libro que se había encontrado. Su título algo peculiar le había llamado la atención, mas su contenido no la distraía de aquel pensamiento que abrumaba su mente:

"-Ale, te amo.

-Lo sé." Pensaba una y otra vez en aquel momento en el que se entregó en cuerpo y alma a su amado, el cual no correspondió como ella hubiese querido, o eso pensaba.

En un arranque de ira, arrojó lo más fuerte que pudo el libro que tenía en sus manos, pero la trayectoria de éste fue interrumpida por Karasu, quien lo había tomado en el aire.

-"La Vida Es Un Sueño", un libro muy interesante, con una reflexión por demás atrayente para el lector, no creo que deba de ser tratado así- Karasu se acerca caminando hacia Elisa.

-¿Vienes a sermonearme sobre lo que le hice al estúpido de Tadeo?- Preguntó Elisa fastidiada, dándole la espalda al recién llegado.

-No, como dije antes, su castigo ha sido impuesto y sus palabras tuvieron una reacción justa. Solo quise venir por un libro un poco antiguo.

-Suerte con tu búsqueda- Elisa esperó unos segundos, para después dar un largo suspiro-¿Lo hizo?

-Si.

-Es un estúpido.

-Puede ser, pero sus estupideces nos han mantenido en el lugar donde estamos.

-¿A punto de sufrir un ataque de Eidan?- Elisa se volteo hacia Karasu.

-Y dándonos la opción de ser libres. Tu rostro de hielo no puede ocultar lo que está muy dentro de ti. Las emociones han corrompido tu ser, te has enamorado de él.

-¿Y qué si es así? De todas maneras, a él solo le importa crear caos y romper las reglas, como si de un niño se tratase.

-Si solo le importara eso, tú seguirías con Eidan.

-Lo sé. Cometí un error fatal al enamorarme de Alejandro, pero pensé que en él encontraría aquello que tanto anhelaba, pensé que muy en el fondo aún había un poco de su humanidad. Sin embargo, aquel día solo fui su juguete para pasar el tiempo. Debiste ver su arrogancia al haber terminado, no me dirigió ni una sola palabra, solo se fue como si no hubiese pasado nada. Él es...

-Es Alejandro, un Hellhound, si buscas entregarle tu corazón a alguien, acepta que él no es un príncipe azul.

-Lo acepto, pero él también debe de aceptar que no soy alguien que va de paso, soy alguien que también siente, que extraña el calor humano y que solo quiere un poco de cariño real, no creo que sea mucho pedir.

-El dueño de tu corazón no es el de tus pensamientos, debiste dejárselo claro antes de entregarte a él.

-Mi corazón solo me pertenece a mí, de que me haya enamorado no significa que le dé todo lo que tengo.

-Hablando de ello, creo que el pequeño Hellhound entregará más que eso- Karasu se voltea hacia una ventana detrás de él, observando hacia la dirección en dónde se encontraban ambos perros infernales.

(Fuera del museo)

Un recordatorio muy importante: ¡Matar a Alejandro! Ese maldito acabó de llamar a más Incumon, puedo verlos llegar, mientras que el que quemé se mantenía frente a ellos, mirándome. Mi ventaja es éste humo ardiente, pero también es una desventaja, pues comienza a causarme quemaduras de primer grado.

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