Alejandro sale de la biblioteca de la misma forma en la que entró. Llega al patio y observa con curiosidad los alrededores, esperaba ver algún muñeco de nieve, pero en lugar de eso se encontró con una bola de nieve que era lanzada a su dirección e impactaba en su rostro.
-¿Qué demonios?
-¡Denle duro!- Ordenó Eliza a los Höllenjunge que la acompañaban.
Acatando la orden, Alejandro fue bombardeado por varias bolas de nieve, quedando cubierto por completo de ésta.
-¡No puedo creer que solo te hayas quedado de pie!- Eliza se reía eufórica.
-A ver, ¿Quién fue el de la idea?- Eliza escuchó la voz de Alejandro a sus espaldas. Se dio la vuelta, solo para encontrarse a los Höllenjunge señalándola con el dedo índice, mientras que Alejandro estaba de pie con los brazos cruzados.
-Emmm...- Eliza formó una falsa sonrisa y en el fondo quería acabar con los Höllenjunge.
-Corre.
Dicho esto, Eliza se echó a correr, mientras que Alejandro iba detrás. Ambos cortaban el viento, cual bala. Su velocidad les permitía avanzar largos tramos de ciudad y romper algunos edificios por no querer rodearlos. Alejandro acortaba caminos y a veces aumentaba de velocidad para alcanzar a Eliza, quien no paraba de reírse de lo divertido que lo estaba pasando con aquel Vampiro. En un cruce, Eliza iba a parar en seco y así perder a su perseguidor, pero no fue como ella esperaba, pues, de un momento a otro, Alejandro ya estaba frente a ella. La atrapó entre sus brazos y se aferró a ella.
-¡Tramposo, no tenías que adelantarte!
-Mira quien lo dice: Utilizar a esos niños no te daba la ventaja.
-Al menos pude atinarte el primer disparo.
-Suerte de principiante.
-¿Ya puedes soltarme?
-No.
-Por lo menos déjame abrazarte.
-No eres digna.
Eliza se desvanece entre mariposas azules y se transporta detrás de Alejandro.
-Ya decía yo que alguien le había tenido que enseñar eso a Karla.
-Fue una de las primeras en aprenderlo de mí, aunque ahora ha de haberlo perfeccionado- Decía Eliza cruzada de brazos y con una sonrisa soberbia.
-Bueno señorita, ¿Hay algo que quieras enseñarme?- Alejandro se acercó a ella enarcando una ceja y sonriendo con más soberbia.
-No eres digno.
-Igual me debes la venganza- Alejandro la toma por la espalda y la jala hacia él.
Ambos cuerpos pegados, compartiendo calor en ese día frio día de Invierno.
-La tendrás.
-Ésta noche, sin pretextos, ni entradas de Karasu.
-Recuerda es cena de Noche Buena.
-Tú serás mi cena- Alejandro la toma del mentón con delicadeza.
Un estruendo se escuchó a lo lejos, interrumpiendo el momento entre ambos. Un edificio se derrumbaba y de éste emergía Karasu con hilos saliéndole de sus dedos, los cuales sostenían con fuerza a Tadeo.
-¡Que delicado, yo solo quería tu puta máscara!- Se quejaba un herido Tadeo.
-No es no- Reafirmaba Karasu.
Alejandro y Eliza los veían divirtiéndose, pero al mismo tiempo ambos odiaban esa interrupción.
-Bueno, iré a hacerle una visita a un viejo amigo- Alejandro chasqueo los dedos y un traje de Santa Claus apareció vistiéndolo.
-¿Irás con Alone?
-Sí, quiero hacerle de fantasma navideño.
-Vale. Suerte... Yo iré a separar a esos 2.
-Déjalos divertirse otro rato, puede que Tadeo le pueda quitar la máscara a Karasu. Bien, hasta pronto- Alejandro se da la media vuelta-. Por cierto, no se me olvidará lo de ésta noche- Alejandro es envuelto en plumas negras que son llevadas por el viento, dejando atrás a Eliza.
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ALONE
Tajemnica / ThrillerÉl ha despertado de un profundo sueño. Tambaleante, recorre sus alrededores, tratando de responder las dudas que inundan su cerebro. Está en un lugar que le parece familiar, pero ha cambiado desde la última vez que estuvo ahí, hay algo que no cuadra...