CAPITULO 2

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Capítulo 2

- Trae mi auto por favor - le dije al guardia. 

Hace un calor infernal, me voy a derretir donde esto aumente un  grado más.

- Si señora - se va al parqueadero y yo busco mis lentes de sol.

Al colocármelo veo al chico de hace unos días. Mi corazón se detiene, no puede ser posible. ¿Que mierda hace aquí?

Está sentado en un banco al otro lado de la calle. 

Tiene vaqueros desgastados, camiseta negra y una gorra hacia atrás.

Su mirada está en sus tenis azules.

¿Qué estará esperando?

O...

¿A quién estará esperando?

Me aferro a mi bolsa y camino hacia él.

- Señora las llaves de su auto - me doy la vuelta rápidamente y veo al guardia.

- ¿Ehh? - frunzo el ceño.

Y me doy de cuenta.

¿Por qué carajos iba para donde él? ¿Qué diablos pasa conmigo? Pues es mi empresa y soy dueña, como tal tengo que defenderla, no vaya a ser que también se meta a hacer no se que locuras en ella, no puedo permitir que una persona como él entre a mi entidad.

- Las llaves de su auto - repite y me entrega las llaves.

- Sí, ahh gra... gracias - tartamudeo ¿Pero que carajos...?

- De nada - lo quedo mirando.

¿Qué mierda estaba pensando al ir donde está él? ¿Estará todavía ahí? ¿Se daría de cuenta que lo estaba viendo?

Me doy de cuenta que el guardia tiene un hoyuelo en la barbilla.

Hoyuelos... él tiene hoyuelos y unas perfectas cejas y unos ojos hermosos, profundos y esos labios, su piercing ¡¡DIOS!!

- Señora, ¿Necesita algo más? - pregunta.

- No - niego varias veces con la cabeza. No se ni como se llama, en mi defensa soy muy olvidadiza con los nombres.

Camino hacia mi auto y subo en el.

Dentro suspiro y veo en dirección a donde estaba el chico. ¡Está todavía ahí!

Pero su mirada está posada en la puerta principal de mi empresa.

¿Será que... Es imposible.

¿Será que me está esperando a mi? No puede ser.

Me reí ante mi pensamiento y negué. Este chico ni siquiera sabe quien soy yo, ni siquiera sabe mi nombre mucho menos va a saber donde es mi trabajo... o si.

Él se levanta y acomoda su gorra. Mira en dirección a mi auto y sonríe.

¡Ohh Dios! ¡No es justo!

Cálmate ¡Es sólo un niño! Ok, hay que aclarar primero que todo que es un niño que me está poniendo nerviosa. Bien, esto me preocupa y mucho. Debo solucionar este problema lo antes posible.

Camina hacia mi auto y se mete sus manos en los bolsillos.

¡Está caminando hacia mi auto! Esto no me lo esperaba. 

¿Qué hago?

Rápidamente busco mi bolsa y la abro.

Meto mi mano, saco el labial rojo pálido y el espejo. Me hecho un poco, me doy una mirada al espejo y arreglo mi cabello. ¡Ohh Dios! ¿Qué estoy haciendo?

Menor que Yo (En Edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora