CAPITULO 5

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Capítulo 5

Ivi entra a mi oficina tras tocar 2 veces. Lleva el uniforme oficial de mi empresa: falda de tubo negra, una camisa blanca hasta los codos y tacones negros. Hoy su cabello está recogido con una liga que le queda perfecta.

- Alguien la busca señora Lavvuh - quito los ojos de mis papeles y la miro.

- ¿Quién? - le pregunto rezando para que sea él. El miércoles en la noche no dormí bien por estar pensado en los azotes que me dío ¡Lo quería repetir!

Ayer cada vez que alguien tocaba la puerta de mi oficina mi corazon se aceleraba pensado que él iba a entrar y darme azotes hasta que no aguantara más; pero claro, ninguno que entraba era él.

Se encoge de hombros - un chico, creo que lo he visto con la financiera - mi corazon dispara y empeza a latir fuerte. Me remuevo en la silla y aclaro mi garganta - ¿Lo hago pasar o le digo que se...?

- Hazlo pasar - la interrumpo. Ella asiente y se retira.

Inhalo y exalo varias veces, tratando de controlar mi respiración. A medida que la manija de la puerta gira lentamente mi corazon se aceleraba. Trago saliva y lo espero.

Entra y mi definición de la palabra hermoso queda atascada en mi mente.

Lleva unos vaqueros desgastados, un suéter verde oscuro y zapatos del mismo color. Su cabello está desordenado como si se hubiera pasado la mano varias veces. Sus ojos tienen una pizca de diversión con un brillo azul que jamás le había visto. Su piercing resalta en el labio inferior, las cejas perfectamente delineadas me vuelven loca y en su boca lleva una sonrisa arrogante hacia un lado.

- ¿Me vas a saludar o vas a quedarte toda la puta mañana mirándome? - mete sus manos a los bolsillos y se detiene a una distancia prudente de mi.

Salgo de mi shock y lo miro a los ojos. Sonrío.

- Hola - coloco mis brazos cruzados en la mesa.

- ¿Sólo hola? - bufa - ven y me das un beso de una puñetera vez.

Río y me levanto. Ayer cuando me desperté ¡Me dolían un infierno!

Llego a él lentamente y miro sus fornidos brazos. ¡Ohh Dios mio!

Me agarra la cintura y tira de mi hacia él. ¡Maldición! ¡¡Me encanta como lo hizo!!

Acerca su boca a la mía, que se me hace agua fácilmente con sólo mirar sus labios, su piercing ¡Ya bésame!

- Estaba esperando ansioso volver a tocar tu cuerpo - susurra. Su voz ronca y sensual hace estragos en mi cuerpo. 

- Yo también - le rodee el cuello con mis manos acercándolo aún más.

Me besa con pasión y lentamente, siento que me derrito con ese beso. Acaricia mi cintura de arriba abajo y luego con círculos lentos.

Yo enrollo mis dedos en sus cabellos desordenandolos aún más, me inclino más hacia arriba para confirmar si es verdad que me está besando así de rico o es un sueño húmedo que la última noche tuve.

Baja sus manos y aprieta mi culo hacia él, señalando lo duro que está. Puedo sentir su miembro palpitando por salir.

¡Esto no es un sueño!

¡Es la bendita realidad!

Gimo ante el contacto y muevo lentamente mis caderas para que él sienta como estoy. Farfulla algo entre el beso y luego lo da por finalizado.

Lleva sus labios a mi cuello, yo echo mi cabeza hacia atrás dándole espacio para que haga conmigo lo que le dé la gana. Siento un frío recorrerme todo mi cuello, clavícula y hombros. ¡El piercing! Dios, él sí sabe cómo complacer a una mujer. ¡A su mujer joder!

Menor que Yo (En Edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora