CAPÍTULO 19

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Capítulo 19

Abro los ojos ¡Mierda!

¿Que hora es?

Me levanto mareada y tambaleando, miro hacia la mesa de noche: ¡10: 37 a.m!

Maldición, maldición, maldición, maldición.

No, no, no, no, no... se supone que tenía que estar a las 9 en Menastess ayudando a mi hermana para la boda. ¡Esto es mi muerte!

Me levanto corriendo de la cama, ¡mierda! No debí levantarme tan rápido.

Me mareo, mi cabeza da vuelta. Me quedo quieta unos momentos al lado de la cama, para ver si así se me pasa un poco. Medio minuto después el puto mareo no se me quita, salgo disparada a tientas hacia el baño y me meto a la ducha de un solo.

Grito cuando el agua sale fría. Mierda, ¿Es enserio?

¿Donde demonios está Jacob?

Titiritando me baño, creo que el agua cae con trocitos de hielo, ¡En serio!

Joder que si está haciendo frío. Salgo de la ducha y me encuentro con el vestido de la dama de honor junto con una nota y una rosa. Gracias a todos los cielos.

Te verás preciosa.
(Como siempre)

No te preocupes por tu hermana.
La he llamado y ella ha entendido.

No te apures, te van a llevar en jet.
Estate lista a las 4: 00 p.m

Estarás en Menastess a la hora que tienes que estar.
Te quiero.

Jacob.

Okey...

La letra es muy redonda y muy linda. Me encanta. Lo mejor que ha hecho Jacob es traerme el bendito vestido, le debo una. 

Gimo, ¿Jacob habló con mi hermana? Dios santo. Ahora tengo que darle un montón de respuestas.

¿Me van a llevar en Jet? ¿Que Jet? Tengo que hacer preguntas, muchas preguntas.

¿Donde se supone que debe estar Jacob en estos momentos? Mierda.

Agarro la rosa y me la pasó por mis hombros. Me estremezco y la quito enseguida, mucho por hoy.

El vestido es morado, en algunas partes con lentejuelas moradas, la espalda es destapada y se amarra de la parte de atrás del cuello. Es lindo.

Me coloco una tanga de encaje negra; sin brasier, luego me coloco un short de pijama, una camisa holgada y me quedo a pies descalzo, me seco el cabello con la secadora y luego me hago un moño alborotado.

Salgo fuera, estoy muriendo de hambre.

Bajo por las escaleras y llego a la cocina. Sandra está lavando los trastes mientras se mueve al son de la música de Ricarena.

- Que bien se mueve Sandra - le digo riendo.

Ella brinca y se lleva la mano al pecho.

- ¡Por dios señora! Que susto me ha dado - dice, me mira sonriendo - Buenos días ¿Como amaneció hoy? ¿Quiere que le sirva el desayuno?

Menor que Yo (En Edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora