CAPITULO 23

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Llego a la dirección que Ximena me dio.

No sé que estoy haciéndo.

Tal vez esté aquí, o tal vez no. No sé que me espera al tocar el timbre. La casa es más o menos de igual tamaño que la de Ximena. Ésta es de color azul cielo con negro.

Espero unos segundos mientras alguien grita que ya viene, me pongo nerviosa al instante ¿Que es lo que voy a decir?

El cerrojo de la puerta se mueve y yo me paralizo, esto de verdad está sucediendo.

Una chica con cabello negro azabache y tez clara me sonríe orgullosamente desde el otro lado de la puerta. Está medio vestida y el vestuario que tiene es medio raro. Está acalorada y con la cara roja como un tomate.

- ¿Si?

Mierda. ¿Ahora qué pregunto?

- ¿Aquí vive Liam?

- Si. ¿Que deseas? - pregunta rápido y echándose brisa con la delgada mano.

Joder.

- ¿Me haces el favor y lo llamas? - pregunto nerviosa.

Si, si. Ya sé que dije que en mi vida le volvía a ver la cara, que no quería verlo ni en pintura. Pero... estoy desesperada por ver a Jacob y supongo que él es el único que me puede ayudar a buscarlo. No sé que es lo que realmente estoy haciendo, seguro que Jacob tampoco querrá ver a Liam, o tal vez si.

- ¿Como para que? - la chica alza la ceja.

¿Es que acaso es su novia o algo así? No lo creo, con lo que me hizo en la ducha. Tal vez ya habrá conseguido, eso pasó hace más de un mes, tal vez Jacob también habrá conseguido novia.

No.

- Es algo confidencial - murmuro rápido.

La chica gira los ojos y hace una mueca de fastidio.

Mi yo del pasado le diría que se fuera a la mierda y entraba sin su autorización.

Mi yo del presente se queda aquí parada en la puerta como una estúpida, esperando.

Mi yo del futuro no me puedo imaginar que haría. No lo quiero imaginar, y tampoco lo quiero saber.

- Pasa... si quieres.

Me preparo para entrar. Suspiro tres veces antes de pasar por la puerta color negro.

La chica cierra la puerta detrás de mi. Mastica el chicle y se adentra a un pasillo oscuro y vibrante del lado izquierdo de la pequeña sala donde me encuentro parada.

Titubeo unos momentos antes de decidirme seguirla. Mi corazón retumba fuerte, cruzo los brazos para no sentir tanto el nerviosismo.

Entro al pasillo oscuro. Literalmente está vibrando, la música suena demasiada alta, más alta de lo jamás había escuchado. Percibo que es de Alan Walker la canción que se escucha.

Cuando voy por la mitad del pasillo siento que se me va a caer encima, encojo mi cuerpo queriendo protegerlo.

Llego al final del pasillo: Shock total.

En la habitación hay más mujeres que hombres. En la habitación solo hay sofás, no percibo o mis ojos no ven otro tipo de silla.

Los gestos de las mujeres son de dolor y placer. Los gestos de los hombres solo es de placer y orgullo.

Vasos de vidrio y botellas de Whisky hay por todas partes.

Paseo mi vista por las escenas sexuales que hay frente mío y me quedo inmóvil al verlo.

Menor que Yo (En Edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora