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Taeyong

Sus palabras, a pesar de ser infundadas, duelen. Harto.

Mi yo de antes le hubiera respondido, siguiéndole la diatriba. Pero ahora solo me límite a ver como sus ojos inyectados de veneno, formaban un odio hacia mi, como lo había imaginado.

Su mirada viaja a mi brazo y una breve vacilación se presenta, tan breve que casi no la distingo.

Me dedicó un último vistazo lleno de decepción y se dirigió a la salida, dejándome con un hueco en el pecho. Las lágrimas quieren salir pero no las dejo, sería difícil después de controlar.

Al quedar solo, muevo mis piernas débilmente a una silla y me siento.

¿Ese es el que te gusta? —pregunta Yuta con desprecio, apuntando a su espalda con su pulgar.

No respondí, la palabra "gustar" suena chica comparado con lo que siento.

¿Te puedo decir algo con todo, todo respeto?

Asentí una vez, desganado.

Tenía una cara de... —no termino la frase, a lo que luego se rió y meneó la cabeza, negando.— No sé como te puede gustar...

En... —iba diciendo pero mi voz se apago en la mitad de la frase, hice un intento de sonreír triste, como si me entendiera más de lo que debería.

Creo que se lo que sientes.

Tomó una silla y se sentó al frente mío, por primera vez, había dejado ese estado de alerta y desafiante que siempre lleva consigo, cambiándolo por uno melancólico y... humano.

Hace unos años, —adoptó una mirada soñadora mientras hablaba con una voz suave, de narrador, no la de siempre, la de "Si me contradices, te golpeo"— cuando iba en primer año de universidad, me enamoré de una mujer. En ese tiempo era un sentimental que hubiera dado todo por ella, si me decía que me cortara un brazo lo hubiera hecho.

Se puso a reír, recordando supongo. Volvió a juguetear con eso que tenía antes y ahora más cerca pude ver que era.

Una corta cuerda de cuero.

Era tan estúpido que me hubiera golpeado de haberlo sabido, pero bueno. —se encogió de hombros.— Ella era consciente del poder que ejercía en mi pero no se aprovechaba, si no que trataba de quitar eso, pero yo pensaba que era lo correcto y bueno, estaba enamorado. —seguía jugando con la cuerda en sus manos.— Hasta que un día había quedado de juntarse en el mall con su tío, para no sé qué pero eso no importa, pero ella no fue a ese encuentro porque me cayó un cartel en la cabeza; decidió quedarse conmigo en la enfermería y le mandó un mensaje a su tío pero no lo pudo leer ya que se le quedo el celular en casa, así que se quedo esperando por tres horas.

》Justo ese día habían incidentes por algo de lo que no me acuerdo y ya sabes, la delincuencia a la luz del día. Pasó lo improbable y se murió su tío asfixiado, era alérgico a las bombas molotov. —dio un corto suspiro para luego seguir.— Él la había adoptado a corta edad y eran muy cercanos, lo que le afectó mucho. Decía que era mi culpa, ya que por mi no pudo ir a su encuentro. Yo le decía que era muy estúpido de su parte salir un día en el que sabe que estaba quedando la caga, pero eso hizo que su odio creciera y... y se suicidó.

c a s i│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora