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A la mañana siguiente...

Ten

Al despertar esta mañana creí haber regresado de una película de drama, donde todo es diverso e imposible de adivinar si va a terminar feliz o sólo es una tragedia.

Pero sólo estaba en la habitación de Winwin y era un sueño.

El día de ayer debía haber sido un sueño, fue tan irreal; me doblé el tobillo, la infidelidad de Hendery salió a la luz y ahora todos saben que soy un cornudo, sin olvidar la repentina llegada de Taeyong.

Todo en un día.

Pensando en eso... olvidé pedirle el número a Taeyong, se supone que íbamos a salir.

¿Cómo tan estúpido...?

De todas maneras eso es fácil de conseguir, quizás Winwin le pidió el número a Yuta y de ahí puedo moverme. Si es que le dio tiempo entre tanto beso.

Igual yo no soy nadie para andar hablando cuando andaba en lo mismo.

Salí de la cama con pereza y me metí rápidamente al baño, hacía un frío para morirse. Me dí una ducha corta y me puse un conjunto simple.

Tomé mi celular y marqué un número que me sabía de memoria. Al segundo tono, me contestó.

¿Aló? —susurró con voz somnolienta.

No me digas que estás durmiendo. —dije mientras caminaba hacia la cocina y sacaba unas galletas de la despensa.

Son recién las nueve de la mañana, —espetó en voz baja.— ¿Qué crees que hacia?

Saqué la leche del refrigerador y me serví en un vaso.

Sospecho que alguna actividad cochinona con Yuta, ayer se les veía tan acaramelados...

Chittaphon, deja de hacer especulaciones y espérame para tomar desayuno.

No, ya terminé incluso. —estaba a punto de cortar la llamada hasta que recordé para qué lo había llamado.— ¡Hey!

Escuché un quejido del otro lado y suspiré aliviado.

No me griteees. —chilló y se detuvo bruscamente, cuando volvió a hablar sonaba exasperado.— Mierda... ¿Qué quieres?

¿Tienes el número de Yuta? —pregunté mientras masticaba una galleta de coco.

Después de un pequeño grito de desesperación, me cortó.

Putazo.

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Sicheng

Qué es desubicado ¿Por qué tendría que tener yo el número de ese tipo?

Dejándome abandonado en una habitación totalmente vacía a excepción de una cama, sin siquiera una notita ni nada. Como si fuera su prostituta o algo.

Aunque tampoco es como que hayamos hecho algo por el estilo... ¡Aún así! No tiene derecho a dejarme sólo en una casa ajena.

Ya veo que en cualquier momento llega su novia y me ve aquí. Pero cabe la posibilidad de que éste sea un hotel de muy mala calidad y me haya ahorrado el mal momento. Sigue sin ser una buena idea...

De todas maneras, no me puedo quedar aquí todo el día esperando a que esa suripanta pelirroja llegue, mejor me voy lo antes posible.

Me levanto con extremo cuidado de no hacer mucho ruido, por la alfombra sospecho que es una casa de segundo piso. La estructura de la casa se me hace algo familiar, lo más probable es que haya estado aquí antes pero no lo recuerdo.

c a s i│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora