🌹║36

460 80 13
                                    

Tres meses después...

Sicheng

No estaba tan seguro de que tan real pueda ser mi vida en estos momentos, ni qué lo había provocado. Pero lo que sí sabía es que no quería que está tranquilidad se acabara.

Habían sido unos tres meses de ensueño en los que no me había preocupado por no saber que sentir o que decir, todo era tan sencillo como recordar que a él no le importaba si yo era un tipo torpe y con pésimo gusto, yo le gustaba así y eso me bastaba.

No obstante, había algo que me inquietaba, en un menor grado pero ahí estaba insistiendo. La repentina partida de mi mejor amigo me desconcertaba. Me lo habría dicho, por un mensaje al menos. Por mucho que llame a Taeyong una vez por semana.

Me sentía muy pasado a llevar, maldito ingrato.

Un beso en la frente de parte de Yuta me sacó de mis pensamientos y se sentó a mi lado, con un tazón de cereal en mano.

¿Qué te preocupa?

¿Qué te hace pensar que estoy preocupado? —respondí con otra pregunta, más a la defensiva de lo que me hubiera gustado.

Relamiendo la leche de sus labios me apuntó con su cuchara.

Esas arrugas en tu entrecejo, me gusta pensar que es una expresión y no una señal de que te estás volviendo viejo.

Solté una sonrisa y eso provocó que sus comisuras se alzaran en una sonrisa dulce.

Dime. —insistió, regresando a la seriedad.

¿Cómo es que puedes descifrar mis expresiones con solo tres meses de convivencia?

Resopló en una risa burlona.

¿Te parece poco? —se arrastró por la cama hasta quedar casi pegado a mí. Ya no sentía el mismo pudor de antes, pero aún así no pude evitar que mi corazón se acelerara.— Mi instinto es casi mágico, siempre puedo adivinar los sentimientos de los demás, hasta podía saber cuando me deseabas. Algo muy satisfactorio.

Su mirada era brillante y muy penetrante, aunque no hubiera dicho lo anterior el sonrojo habría llegado igual. Su respiración chocaba contra mi quijada y sentía el movimiento de sus labios en mi piel.

Además, —agregó en voz profunda.— te he estado observando desde hace mucho tiempo. No eras el único con pensamientos eróticos.

Volteé el rostro y planté un cálido beso en sus gruesos labios. Llevó su mano desocupada a mi nuca e intensificó el beso. Separé los labios por iniciativa y el penetró mi boca con su lengua, iniciando un juego con la mía.

A la falta de aire, me alejó pero no del todo y me miró expectante.

¿Me dirás qué te preocupa ahora?

Recuperando el aliento y la compostura, asentí con la cabeza.

Siento que... ahora que Ten volvió a ser amigo de Johnny, me va a reemplazar.

Trató de disimular una sonrisa y me sentí ofendido.

¡Ni siquiera tuvo la amabilidad de llamarme en estos tres meses!

Se alejó de mí y se largó a reír, echando la cabeza hacia atrás. De haber sido otra persona; su tazón de cereales se habría derramado por la cama. Pero, claro, estamos hablando del increíble Yuta.

c a s i│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora