(Acuario)
Es mi imaginación o ¿últimamente parece que pasamos más tiempo juntos? - dijo Tauro mientras me dirigía la mirada.
Gracias a mis grandes amigas si...
Ya quisieras estúpido -respondí con la mirada en el camino.
¿Cómo está tú abuelo? -preguntó ignorando mi comentario.
Bien, dice que irá muy pronto a visitarnos -dije mientras miraba que un gran número de personas venían en nuestra dirección - ¿Qué hace tanta gente por estos caminos?
Seguramente haya algún evento en algún lugar -contestó mientras tomaba mi mano, a lo que respondí alejándola de el.
¿Qué te pasa? -pregunté alterada.
No creo que perdernos sea buena idea -dijo para luego ofrecer esta vez su mano -vamos.
Mire su expresión con mucho cuidado y no parecía que hubiera otro motivo por el cual querría hacerlo, dirigí mi vista una vez más a la multitud y terminé accediendo. Pero sin entrelazar dedos, no llegaría a ese nivel.
Caminar tomados de la mano hizo más sencillo el pasar entre tantas personas, pero no me agradaba mucho la idea de que me vieran como si fuera la novia de Tauro.
Al pasar a toda la multitud aparte rápidamente mi mano de la suya y como lo había dicho, su expresión no mostró asombro ni desagrado, simplemente suspiró con tranquilidad mientras dirigía su mirada hacia mi.
No fue tan difícil -dijo mientras se asomaba una pequeña sonrisa en su rostro.
Si -conteste mientras le miraba hacerse una cola con una pulcera que traía en su muñeca.
El cambio entre el Tauro con el cabello suelto y el de cabello recogido no pudo ser más notorio en ese momento. Al hacerse la cola muchas chicas que iban en dirección contraria se le quedaban observando con mucho interés, cómo si se tratara de abejas en busca de una flor.
Las hormonas de las chicas de hoy parecen estar desequilibradas...
¿Has pensado en cortarte el cabello? -pregunté a lo que el se sorprendió un poco.
Algunas veces, pero lo prefiero largo -admitió mientras miraba al cielo.
Llamas mucho la atención cuando está recogido -dije y me miró confundido.
¿En serio? -preguntó con una ceja arqueada.
Lo puedo demostrar -me pare enfrente de él y lo detuve - ves a la rubia que está a mi espalda -dije y él miro con mucho cuidado.
Si es la que está sentada junto a una pelinegro si -contestó para luego verme.
Te apuesto lo que quieras a qué cuando pasemos se te quedará observando -dije y por un segundo recordé la vez que lo ví por primera vez con el cabello recogido.
Maldito subconsciente, no es el momento.
Entonces intentemos lo -dijo y empezamos a caminar.
Tal como predije, aquella chica y su amiga se quedaron boquiabiertas cuando pasamos frente a sus ojos, Tauro actuó muy natural pero logro ver las expresiones de aquellas chichas.
Cuando nos alejamos lo suficiente dirigí mi mirada de ganadora a él, mientras que por su parte, él simplemente soltó una sonrisa que hizo que sus ojos se achinaran con mucha ternura.
¿Qué? -pregunté mientras notaba que mis mejillas empezaron a sonrojarse.
Nunca pensé que fuera llamativo -dijo con una sonrisa.
Cuando tienes el cabello suelto también llamas la atención -admití.
¿De veras? -preguntó curioso otra vez.
Pareces un loco que acaba de perder su casa apostando contra un ornitorrinco -me burlé de él y al parecer mis palabras le cursaron gracia ya que su sonrisa solo se amplio.
Tú tampoco te quedas atrás -dijo y yo me confundí.
¿En qué? -pregunté sería.
Mientras caminamos muchos chicos se te quedaron viendo -dijo y luego dirigió la mirada a un grupo de chicos, que cuando voltee tenían su mirada en mi.
Solo les gusta el exterior -dije con desagrado.
Aunque así sea, tampoco pasas desapercibida -contestó.
Durante todo el camino nos la pasamos charlando de varias cosas triviales, simplemente porque los comentarios que uno hacían reír al otro... Para ser más exactos, fue divertido.
Al llegar a nuestras casas nos detuvimos un momento enfrente de la mía para seguir conversando un poco más.
Un banco no puede ser tan malo -dijo Tauro con una sonrisa.
Cuando vas detrás de una viejita que va hacer un depósito de ciento setenta y tres, todo a punta de centavos que parece que los saca por arte de magia, lo único divertido que hay es la cara del cajero -dije y él soltó una carcajada bastante armoniosa.
No puede ser, que mala suerte -dijo mientras secaba sus lágrimas.
Creo que es hora de que vayamos cada quien a sus casas -dije mientras que una parte de mi se arrepentía.
Supongo que sí, fue muy divertido que nos fuéramos juntos -dijo con una sonrisa sincera.
¿Por qué casi no sonríes? -pregunté curiosa.
No muchas veces hay razones -dijo mientras me dedicaba una.
Cuando estaba a punto de decir algo que seguramente me iba a arrepentir, mi mamá salió a la entrada captando enseguida nuestra atención.
Oh, Acualera creí que estabas sola -observo a al chico que estaba a mi lado y se sorprendió -Tauro, casi no te reconozco así ¿Son novios? -preguntó mi madre con una sonrisa.
¡Mamá! Claro que no -dije sonrojada.
¿Y por qué estaban solos y riéndose? -preguntó, a mí madre nunca se le escapa un detalle.
Todos los del salón de clase vimos una película, cuando terminó era imposible que no tomaramos el mismo camino -dijo Tauro quien parecía estar algo sonrojado.
Mi madre lo miro con una sonrisa en su rostros y luego me miró a mí.
Bueno, de cualquier forma, si quieres invita a tu novio a cenar, cocine bastante -dijo mientras volvía a la entrada -no demoren en decidir -termino de decir para luego irse a dentro.
Creo que mejor entro antes de que mi padre salga -dije mientras soltaba un suspiro.
Acuario -me llamo Tauro.
¿Que sucede? -pregunté mientras lo volteaba a ver.
¿Podemos ser amigos? -preguntó y tales palabras me sorprendieron.
Eh -no supe que responder, me quedé un momento sin palabras.
Hace un tiempo lo hubiera mandado al diablo pero justo ahora no me sentía capaz de algo así.
Tal vez noto lo alterada que estaba porque enseguida rompió el silencio con un largo suspiro.
Supongo que era obvio, nos vemos luego, feliz noche Acuarela -dijo cabizbajo mientras se dirigía a su entrada.
No salió nada de mi boca, mis intentos de decir algo fracasaron cuando note que ya estaba en la entrada de mi casa. Al cerrar la puerta detrás de mí solo tenía una cosa en mente y duro durante toda la cena.
¿Quiero ser su amiga?
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Un Zodiaco Enredado
Romance12 chicos entran a un colegio nuevo en el cual pasaran ciertas cosas que harán que lloren, rían, sufran y amén... solo esperemos que se ayuden entre si para superar todo, aunque quieran o no, ya sus caminos se entrelazaron