El niño sin pasado

75 7 0
                                    


El no poder sacarme a Aran de la cabeza, había sido todo culpa de Emma, además de regalarle un nuevo vestido, le consiguió también algunas pijamas, pero no cualquier tipo de pijamas, una de ellas era un camisón un poco corto, otra era un conjunto de short y playera y sólo para disimular, le consiguió una pijama normal un poco más cálida, después de todo el invierno estaba cerca.

Sin embargo, ya que dormíamos juntos me era muy dificil no pensar en lo bien que le quedaba todo tipo de ropa, tanto de chica como de chico, tenía un aspecto muy andrógino, lo que ayudaba a mi mente a mantenerse confusa con respecto a ese chico.

- Creí que no te agradaba mucho el chico - le dije a Emma, después de que me hubiese convertido en su diversión mis días se habían vuelto bastante complicados.

- ¿Quién dijo que no? Me agrada mucho, es bastante útil y amable, además es adorable ¿por qué no me agradaría? - Ella era la cara del cinismo.

- ¿Entonces te has encariñado ya con él - ella volvió al semblante serio depronto.

- No es sólo por eso - dijo y bajó la voz - estuve investigando un poco, el chico habló sobre el nombre de su tío antes y encontré que la propiedad del bosque enorme que se encuentra a media ciudad, está a nombre de un tal Giuseppe Colombo, un ricachón jóven que tiene un par de negocios aquí y allá,  dedicados en su mayoría a la hotelería - me sorprendí un poco, pues nunca esperé que ella fuera a tomar el caso de Aran a fondo.

Yo mismo había ido un par de veces más a preguntar si alguien lo había estado buscando, pero no pude averiguar nada más, también había hecho investigaciones por internet y no encontré nada sobre Aran, ni su tío, ni su madre.

- Parece que el bosque tiene al centro una mansión, la cual mantiene una estricta vigilancia día y noche. Nadie sabe lo que sucede ahí dentro, pero hay gente que dice ver autos entrar y salir constantemente del lugar - La miré asustado.

- ¿De dónde sacaste tanta información? - ella suspiró.

- Una parte la conseguí por contactos en mi trabajo, otro tanto lo tuve que investigar por mi cuenta, creo que por lo pronto no es bueno dejar a Aran en manos de las autoridades hasta que podamos averiguar esto un poco más a fondo, es seguro que esa gente lo estará buscando, aseguremos su bienestar antes de que lo encuentren.

- ¿A qué te refieres con "asegurar su bienestar"? - Emma me miró seriamente.

- Si encontramos pruebas y testimonios verídicos, seremos capaces de evitar que Aran y cualquier otro niño siga siendo lastimado por esas personas, puede ser arriesgado, pero contacté con un detective que ya ha estado un tiempo tras este tal Giuseppe - al parecer había estado buscando información durante mucho tiempo.

Ella no lo dijo, pero seguramente había pensado en este como un caso algo peligroso, seguramente quería evitar que me metiera en problemas por intentar proteger al chico y fue por ello que comenzó a investigar.

Luego de hablar durante un largo rato sobre el tema, Emma me mostró como cualquier dato sobre Aran era inexistente, lo más probable era que el niño no existiera legalmente o que el propio tío haya eliminado cualquier rastro sobre él.

Lo que ella pudo encontrar, fue que Giuseppe Colombo era hijo de Frédéric y Carmina Colombo, pero al parecer este matrimonio no tenía más hijos, Giuseppe era hijo único y no había registro alguno de algún "familiar externo" ni medios hermanos, ni primos-hermanos, nada, por más que buscó e investigó no pudo encontrar nada.

Además la pareja tenía ya seis años de haber fallecido en un desafortunado accidente de avión, por lo que era imposible indagar más sobre el tema, no eran personas que destacaran, no tenían propiedades y en general eran una familia muy simple y humilde, no fue hasta que su hijo comenzó con la parte de los negocios que crecieron de manera económica.

- Puede que este tal Giuseppe en verdad no sea el pariente de Aran y simplemente se lo haya comprado al gobierno o al orfanato que se hacía cargo de él - dijo, concluyendo con las investigaciones.

- Es probable, me pregunto si Aran fue el primero o si ya había niños antes de que él llegara, si tan sólo recordara algunos detalles, cualquier cosa que pudiera explicar de manera concreta ayudaría un poco - ella asintió, miró en dirección a Aran, quien se encontraba frente al espejo que teníamos en el salón acomodando un prendedor en su cabello.

- Podríamos preguntarle, pero es poco probable que él pueda decirlo con certeza, ha estado en ese sitio por tanto tiempo que podría tener sus recuerdos difusos, además cualquier cosa que diga puede ser invalidada si se piensa en Aran como un chico con retraso o algún déficit de aprendizaje - era cierto, no podíamos preguntarle demasiado, además lo que dijera un niño como él a un par de personas como nosotros no serviría de mucho para presentarlo como pruebas, necesitábamos tener información viable y tangible, que se pueda demostrar, sin eso no había más que hacer.

Me preocupaba que el pequeño chico que se encontraba tan feliz en estos momentos, terminara una vez más en manos de las personas que tanto lo lastimaron.

Dejé de preguntar sobre lo que había sucedido en casa de su tío, cuando noté que cada vez que lo hacía recordar, volvían sus pesadillas, además, había ocasiones en las que comenzaba a temblar y a llorar, por lo que tenía que detenerme. No podríamos forzarlo a recordar semejantes traumas y mucho menos si lo único que lográbamos era hacerle caer en crisis una vez más.

Me senté en el sillón por un momento, sopesando la situación, ya nos preocuparíamos por eso cuando llegara el momento, hasta entonces dejaría que Emma se encargara de la investigación.

- Dante, mi prendedor se cae ¿puedes ayudarme a ponerlo otra vez? - sonreí, se sentó frente a mi y le ayudé a colocar el prendedor en la parte de la nuca.

- Listo - él sonrió satisfecho - realmente te gustan estas cosas ¿no? ¿No te gusta la ropa de chico? - me miró extrañado.

- ¿Los vestidos y los moños no son para los chicos? - esa era una pregunta difícil, no era que deseara imponer en él la idea de que algo es de chicos y lo otro de chicas, pero si quería salir un día hacia la sociedad, tendría que tenerlo en cuenta.

- Creo que si se te ve bien no importa si es de chico o de chica, pero no es muy común que los niños usen vestidos y moños - agachó la mirada, sintiendo que había hecho algo malo, entonces jaló el prendedor de su cabello y lo quitó.

- No, no, no, ya lo había puesto bien, no tienes que quitarlo, se te veía muy lindo - me miró con gran seriedad.

- Pero no está bien que lo use ¿no? - su mirada estaba triste.

- Está bien, no te preocupes demasiado por eso, es sólo que tú has crecido de otra manera, no importa que uses, no tienes que renunciar a tus gustos por lo que sea que yo diga - me apresuré a decirle, lo que menos quería ahora mismo era bajar sus ánimos.

- ¿De verdad? - asentí para reafirmar lo que había dicho, entonces se dió la vuelta y me pidió que volviera a colocarlo.

Me costaba trabajo entenderlo, no hablaba mucho, pero al menos había dejado de tartamudear, con cada día que pasábamos juntos, se volvía más abierto y expresivo, parecía que poco a poco comenzaba a recuperarse de su doloroso pasado.

Quédate a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora