26. Peluche

3K 253 40
                                    

- ¡Si! ¡Tu puedes! ¡Vamos! ¡Esfuerzate!

Y aquí estaba yo, gritando como loca para que Tom logrará sacar un peluche de la máquina, Harrison estaba gritando igual que yo y Jay estaba como siempre; en la comida, James estaba comprando los boletos. Varias personas me veían mal, tal vez sea porque me estoy riendo como foca epileptica, no lo sé...

Comienzo a saltar y Tom presiona el boton, la garra baja y toma el peluche, grito como final de fútbol, para cuando esta a unos centimetros de llegar este se cae y todos gritamos nuevamente.

- ¡Cosa del demonio!- se queja Tom y yo exploto de la risa al igual que Harrison- ¿Tienes más monedas, Harrison?

- Podemos cambiar un billete- sugiere y saca uno de su pantalon.

- Jay, ¿podrías cambiarlo? Por favor, por favor, por favor- Tom ruega y Jay lo mira examinandolo.

- Bien, pero quiero unos nachos dobles- toma el billete y sale a la caja al lado de James, me rio nuevamente. Mi estomago va a explotar.

Llega otro chico de nuestra edad formandose detrás de mi como si yo fuera a pasar, no sé si hablarle, lo más probable es que me de vergüenza y me vaya. Es solo un extraño, ¿qué puede pasar?

- Si quieres pasa tu. No estoy formada.

- ¿Segura?- me pregunta y yo asiento, Tom le abre el paso al igual que yo.

Tom se pone al lado mio pasando una mano por su cabello. Si, es demasiado tumblr para estar al lado mio. Pero como sea, lo estaba.

- ¿Ya estas mejor?- me pregunta Tom mientras observo el juego del chico- Eso espero porque sino tendré que golpear muchas cabezas.

- Ya mejor, Tom- me rio ante su comentario y el me sonríe de la misma forma.

Toma el peluche que antes iba a ser nuestro, lo alza la garra y avanza, estoy sudando, para cuando cae suena la música y cae. ¡Lo logró!

Lo miro boquiabierta, o tiene mucha habilidad o debimos traer otra moneda extra para sacarlo. Me mira y se ríe ante mi expresión atónita, estoy segura que Tom esta igual o peor que yo.

- ¿Cómo hiciste eso?- pregunto incrédula- Nos tomo diez juegos tratar de sacar uno y nunca lo logramos.

- Once- Harrison me corrige- Y ni aún así lo logramos.

- Supongo que fue suerte- dice tomando el peluche y viendolo.

Es un adorable unicornio, un unicornio que yo quería pero de todas maneras no creo que lo íbamos a conseguir, no somos expertos.

- Si Jay no se hubiera tardado con la moneda- Tom dice con cierta gracia- Pero bueno, ya no importa.

- Tomen... Toma- corrige y me extiende el peluche amablemente, frunzo el ceño confundida, no es normal que te regalen un peluche de la máquina un extraño- La verdad solo quería gastar mi moneda... En realidad no lo quiero.

- No, lo ganaste, esta bien. Asumiremos la derrota- bromeó. El ríe pero sigue insistiendo.

Termino por ceder, algo me decía que no se iba a rendir, tal vez sea algo de lastima por nuestro fracaso o sea tan buen ser humano como para hacer esto, como sea, sigue siendo un lindo unicornio.

- Gracias.

- No es nada- sonríe- Tengo que irme, quiero comprar algo antes de mi función. Adiós, nos vemos luego.

Sale no sin antes despedirse con un gesto de mano para todos y camina hacia la sala, le regreso el gedto con una sonrisa, es lo menos que puedo hacer.

- ¡Tenemos el peluche!- grito con aire de exito.

- Bueno, en teoría no lo conseguimos nosotros- dice Tom inconforme con esto- Y además te lo dio a ti.

- No es cierto- me defiendo, Harrison mira la escena entretenido, su expresión lo dice todo y yo no entiendo el porque tan inconforme, tenemos el peluche, y aunque no lo conseguimos nosotros es mejor a no tener nada- Nos dijo "Tomen"

Tom no contesta nada, como sea, yo estoy feliz con el peluche, y sigo sin entender porque Harrison sigue sonriendo socarronamente. Guardo el peluche en mi mochila, ya luego lo pondré en mi cama, para cuando casi nos vamos llega Jay con muchas monedas en sus manos.

- Demasiado tarde- Harrison dice y Jay aun así le extiende las monedas y se las da, para después decir un "da igual, toma"

- Deberiamos irnos- sugiero- Además ya tenemos un peluche.

Tom se lo piensa, ¿qué hay que pensar? La función debe empezar pronto, solo debemos ir con James para ver los boletos. No sé que tenga de ciencia eso de ir al cine.

- ¿Saben qué?- dice Tom para después poner una moneda en la máquina y la musica suene ¿qué trata de hacer?- Lo voy a intentar otra vez más. Solo una.

- Pero ya lo sacamos.

- Si, pero te quiero conseguir otro- dice frunciendo el ceño viendo la máquina- Porque ese no te lo di yo.

Lo miro, eso es algo demasiado tierno, que no entiendo totalmente el porque pero me hace mirarlo ocultando mi sonrisa. Harrison se acerca al lado mio y ambos miramos como Tom lo trata de lograr. Falla. Para cuando el juego termina ya hay otra moneda en la máquina.

- ¿No crees que es mejor que vayamos a comprar uno?- le susurro a Harrison.

- Yo solo sé que te quiere conseguir uno- dice con cierta gracia- Tom es muy raro ¿no?

- Demasiado.

Y mete otra moneda más.

.

- ¡Lo logré!- grita orgulloso, esta demasiado alegre, tanto que me abraza y me comienza a girar en el aire- ¡Lo logré!

- ¡Lo lograste!- le sigo el juego.

Se aleja para agacharse a tomarlo, tomo un dinosaurio muy lindo, lleva más de diez monedas más, creo que ya era justo. Jay y James gritan como si hubieran ganado un Oscar.

- Toma. Ya puedo morir en paz- bromea y yo tomo el peluche después de decirle "gracias", le doy un abrazo- No vuelvo a jugar en una de estas ni aunque me paguen.

- Mira cuanto te ama, Hayle- dice James- Pago por un peluche de unos dos dolares más de veinte, o es un idiota o esta enamorado.

- Es un idiota enamorado- Jay lo corrige y Tom lo empuja, este se tambalea mientras ríe.

- ¿A qué hora empieza lo del cine?- Harrison dice levantandose del juego de carro.

- En...- Tom mira su reloj- Ya empezo, mierda.

Salimos corriendo a la fila de botanas, no puedo creer cuanto tiempo estuvo jugando el dichoso juego de la garrita, pero me consiguio un peluche.

Y aquí es cuando me pregunto, ¿seremos amigos por siempre o algun día seremos algo más? Tom, no sé porque eres tan complicado.


El Chico De La Ventana | Tom Holland | SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora