1. Fantasmas

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- ¡Hayle! ¡Hayle! ¡Te estoy hablando!- mueve una mano frente a mi cara haciendome despertar- ¡Tierra llamando a Benett!

- Si, si, perdón. Tengo sueño, ¿qué decías?

Ultimamente no he dormido por ruidos extraños en mi cuarto, no sé que sea, solo se que ese sonido no me permite dormir mis ocho horas diarias necesarias y eso provoca mi evidente cambio de humor.

- Te decía que quiero que vayas a una fiesta hoy en la noche, se que te encantará- Alison me empuja ligeramente el hombro- Detesto quedarme sola y a ti te encantan.

- Bien, pero necesitaré un cafe muy cargado como para poder ir contigo ¿si?

- Claro, como digas.- alza las manos- Y bien, ¿para cuando el novio?

- ¿Perdón?

- Vamos Hayle, no podemos estar solteras toda la vida. No quiero imaginarnos a los 40 con 10 gatos mirando la televisión en nuestra silla de madera.

- Esas son las viejitas para empezar, y soy alergica al pelo de los gatos así que es practicamente imposible- me río- No sé Ali, es algo que no controlo.

Tratar de ligar no es algo que se me de bien, siempre termino sin nada que decir y con las mejilla en un tono rojo intenso. Pero claro, como a Alison se le da de maravilla es facil que lo diga, se que puede conseguir un novio en dos segundos si se lo propone. A mi no se me da del todo bien, estoy segura de que si me esfuerzo demasiado y practico mis lineas me puede salir mejor. Mucho trabajo y soy muy floja.

- ¿Qué no controlas?

- No sé, ¿recuerdas cuando estuve al lado del chico de Universidad? ¡Mis pies me temblaron! Comencé a ponerme roja y sali corriendo- se ríe nuevamente- Espero que eso no vuelva a pasar.

- Y yo también, verlo desde lejos me mato de risa.

- Gracias por el apoyo.

Entra el profesor y todos toman sus lugares.

[···]

Durante la fiesta estuve perdiendo el tiempo, bailando con chicos y haciendo nuevos amigos, creo que es algo que se me da bien, después de aburrirme y que Alison se fuera a vomitar al baño dos veces me fui a la barra a perder más el tiempo y converse con chicos tan tomados que me confesaron todos sus problemas entre balbuceos y risas.

Decidí irme a mi casa y dejar a Alison en la suya, se que en una condición como esta puede llegar a China sin recordar como lo hizo, tenía tanto sueño que podría quedarme dormida en el auto en cuestión de segundos. Al llegar a mi casa lo primero aue hago es abrir lentamente la puerta, lo que menos quiero es a mi mamá en bata mirandome de mala manera y subir a mi habitación de dos en dos escalones.

Me pongo mi pijama más dormida que despierta y me recuesto de jalón, sintiendo que mi cuerpo pesa como dos dinosaurios y medio. En cuanto me voy a quedar dormida escucho un crujido fuerte en la ventana.

Me sobresalto de golpe, el sonido se repite esta vez más duro. Esto debe ser un ladrón o algo mucho peor.

Los fantasmas no existen Hayle los fantasmas no existen.

Respiro lentamente y me muevo lentamente hasta caer de la cama, el ruido es el mismo, es como si algo raspara la ventana con la intención de romperla y secuestrarme.

Iré a despertar a mi mamá.

Tomo el palo de escoba que tengo en la orilla de la puerta, lentamente, si es un vago o cualquier persona con mala intención le dejaré la cara plana con marca de escoba. Camino lentamente, con el miedo de mover las cortinas.

Me quedo en una esquina, el sonido de la ventana cambia, como si la estuvieran abriendo desde afuera lentamente. Estoy a nada de gritar, se termina de abrir y veo una silueta.

- ¿Quién esta allí?

Nadie me contesta, puedo ver como suena un golpe y cae de la ventana DENTRO de mi cuarto. Es hora de que use mi habilidad en el baseball. Tomo el palo en señal de defensa y me acerco cuidadosamente hasta quedar a su lado.

- ¿Quién...

Quita la cortina y puedo ver a un hombre, mi instinto comienza a gritar y me tapo los ojos ¡Es un ladrón! ¡Es un ladrón, por el amor de dios!

- ¡Dios! ¡Ayuda! ¡Mamá!- grito a todo pulmón sin ver.- ¡¿Qué haces aquí quien quiera que seas?!

Abro los ojos y tengo listo el palo para golpearlo, el simplemente me hace una señal de que me detenga. Cualquiera que sea su plan no le va a servir. Mi respiración es acelerada, esto no me permitira dormir.

- ¡¿Quién eres?! ¡No puedo verte! ¡Dime quién eres! ¡Tengo una escoba, la usare para la intención que tengas ¿me escuchas?!

- Oye... Tranquila, hablamos la otra vez y me...- se levanta y trata de acercar a mi.

Un pedófilo.

- ¡Alejate!- amenazó- ¡Sino quieres que te deje inconsciente quedate donde estas!

La silueta alza las manos en forma de rendición y se queda en donde esta. Esto es una mala broma si es que lo es.
Corro hacia la luz para prenderla, en cuanto lo hago veo a un chico con ojos marrones, calculo de mi edad y viste casualmente. No era un vago. Era algo mucho peor. Era un chico que probablemente venderá mis organos en el mercado de internet. Me quedo en mi lugar viendo como el me mira dudoso.

- No te muevas- advierto con mi voz más debil que nada- Quedate allí.

Asiente y se queda plantado en su lugar.

- ¡Hayle!- grita una voz desde afuera- ¡¿Estas bien?! ¡¿Qué te pasó?!

- ¡Estoy bien mamá!- el me mira con ruego- ¡Vi una araña, me asusté!

- ¡Bueno, duerme ahora!

- ¡Si! ¡Gracias!

Se escucha que vuelve a cerrar su habitación y el chico se queda quieto.

- Si tratas de hacerme algo gritare tan alto que se oira hasta Corea ¿okey?

Me mira como si fuera paranoica, quizás si lo soy, pero prefiero vivir a quedar muerta en mi alfombra.

- ¿Quién eres?

El Chico De La Ventana | Tom Holland | SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora