Había pasado una semana desde que todo el tema del trabajo había comenzado, mayormente que veía en los pasillos de la universidad a los chicos poniéndose de acuerdo para avanzar en el trabajo, Kim pasaba más tiempo en casa de Jae para avanzar en el trabajo, haciendo que las juntas entre amigos se hicieran menos.
Hoy era el día de partida de Bang a Australia de nuevo, se iba esa noche y los chicos planeaban hacer algo pequeño para despedir, pero lamentablemente, Jae y Kim querían seguir avanzando en el trabajo, eso quiere decir que todo el trabajo duro de comprar y organizar, va para SunHe. Genial.
Al salir de la universidad, con su mochila vacía para las compras, simplemente pensó en llamar a Bang, idea de descartó de inmediato. Bang tenía que irse hoy en la noche, debía ordenar muchas cosas, además que necesitaba dormir, aunque sea un poco.
Suspiró frustrada.
Acomodó su mochila en su hombro y camino con un puchero en sus labios a el supermercado, todo estaba en silencio por los pasillos.
Camino directamente a la sección de bebidas alcohólicas, necesitaba comprar alcohol refinado, como le gustaba llamarlo a Kim. Tomó champagne y una botella de vino chileno el favorito de Kim y SunHe, Bang no lo había probado, pero quería hacerlo. Algo de Sojú y, claro, vodka.
Después de poner los tragos en el carro de compras, continuó buscando algunos bocadillos para acompañar el trago. Su plan se detuvo cuando pensó en llevarle los dulces favoritos a su amigo.
Buscó por el largo pasillo los dulces de chocolate que su amigo amaba, pero todo se fue a la basura cuando vio que aquellos dulces estaban en la repisa más alta. Y ella con suerte y mide 1,60cm. No es como si fuera demasiado baja como para una estantería común, pero estamos hablando de gigantes en todas partes. Los estantes estaban claramente algo más altos.
Suspiró, vio que no había nadie y comenzó a saltar para lograr sacar solo una bolsa de aquellos dulces. Ni vio el precio, solo quería llevar aquello como regalo a quien últimamente le roba suspiros. No tantos como lo hacía MK, pero le hacía feliz.
No noto cuando sus pies se elevaron del piso, ni las manos que ahora rodeaban su cintura, levantándola hasta llegar a los dulces.
– ¡Te tengo! –exclamó cuando tuvo aquellos dulces en sus manos, abrazando la bolsa como si está se fuese a escapar.
–Sí, de nada –la voz a sus espaldas, y al mismo tiempo abajo, le hizo sobresaltarse y abrir los ojos que había mantenido cerrados hace unos segundos.
– ¿Qué haces? –preguntó cuándo notó el cómo había llegado a los dulces.
–Ayudarte, Chaneque –rió mientras que la muchacha fruncía el ceño, mirando al chico que aún la tenía en el aire.
–Ya puedes bajarme, jirafa –ordenó con sus brazos cruzados.
–Mh... –miró al cielo, haciendo que la chica perdiera la paciencia– Nah –la puso sobre sus hombros y caminó con ella por todo el pasillo, hasta llegar a donde había chocolates.
– ¡Mark Lee! –gritó al ver que su orden era ignorada– ¡Ya bájame, maldito hijo de tu ma–
–Shh –le detuvo tomándola de su pantorrilla, haciendo que la menor se sonrojara inconscientemente, y mantuviera silencio– Mucho mejor –suspiró con una sonrisa– ¿Te gusta el chocolate con almendras, maní o solo? –preguntó viendo la variedad de dulces frente a ellos.
–Mira maldito hijo de tu santa madre, bájame en este instante y... –retomó las palabras dichas por el mayor– ¿Me lo comprarás tú? –se apoyó en la cabeza de Mark, viendo su reflejo en el espejo a un costado, intercambiando miradas con Mark. Batió sus pestañas de manera inocente.
–Solo si prometes que avancemos pronto en el trabajo, necesitamos esa calificación si no queremos repetir –sonrió, enternecido por la acción de la muchacha.
–Tú la necesitarás, yo n... ¡LA PUTA MADRE, MARK! –comenzó a gritar cuando el cuerpo del que la cargaba se fue hacia delante, doblando casi por completo su cuerpo haciendo que la menor quedara a pocos centímetros del suelo de cabeza.
– ¿Lo prometes o no?
– ¡No es una promesa si me estás obligando! –gritó tratando de aferrarse más a Mark, quien estaba aguantando las ganas de estallar en carcajadas.
–Bueno.... –Inclinó más su cuerpo.
– ¡SI, SI ACEPTO! –gritó más asustada que antes, enrollando sus piernas al pecho del chico.
–Muy bien, ahora... ¿Cuál decías que era tu favorito? –preguntó inocente, riendo cuando la chica se dejó caer agitada sobre él. Algo de aquella chica le hacía sentir cosquillas... Tal y como ella lo hacía...
–Me gustan los simples y los con almendras, soy alérgica al maní por lo que no puedo comer nada de eso –señaló los chocolates con maní.
–Llevemos uno de maní entonces –tomó la tableta y la puso en el carro de la chica.
– ¡Te digo que no puedo comer maní, pedazo de idiota! –gritó, ganándose más atención de la que ya tenían por el espectáculo que se montaron hace un rato.
–Bueno, princesita –rodó los ojos y devolvió la tableta, tomando una de almendras, la cual también era su favorita.
–Mucho mejor –sonrió satisfecha.
– ¿Que más comprarás? –preguntó, metiendo sus manos en los bolsillos mientras cargaba a la chica, quien ahora estaba en su espalda y no en sus hombros.
–Mh –miró el carro que era empujado por Mark– Tengo los tragos... Los bocadillos... –murmuró mientras aferraba más sus piernas a la cintura del mayor– ¡Hielo! –gritó un poco más moderado, apuntó a la máquina que contenía el producto.
–Bien –caminó, tirando lentamente el carro y cargando al mismo tiempo a la joven. No pensaba tanto, pero tener la concentración en que el carro no provoque un accidente y en que la loca no se caiga, eso es problema.
Tomó una bolsa de hielo, la puso en el carro y repitió la pregunta.
–No, está listo todo para esta noche –aseguró, viendo el carro casi lleno.
–Bien, bájate para poder sacar mi cartera, a no ser que quieres que toque tu culo –pidió, ganándose un pequeño golpe de la chica en su hombro.
–Deja me bajo con cuidado, no quiero caer en el intento –soltó su agarre en la cintura del joven con sus piernas para bajar lentamente.
La mala suerte la acompañó y el vestido que usaba, se quedó arriba de la parte trasera, un joven que estaba cerca saco algunas fotos, fotos que no pasaron desapercibidas para Mark, quien no dudó en ponerse en modo 'perro rabioso' e ir contra el chico.
SunHe, por otro lado, no entendía la reacción del chico, ella llevaba un short abajo de aquella falda, no era estúpida. ¿Acaso se fumó algo? Ni idea, solo sabía que le había gustado estar en ese ambiente tan cálido con él.
[. . .]Ya está empezando a surgir el amor entre estos tortolitos
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Amantes Enmascarados | Mark Lee | Libro#1
Teen FictionComenzó con una noche de chicas, tragos que llevaron al lio que desencadenará la montaña rusa de sentimientos que jamás deseó. •Historia con contenido +18 •Menciones a algunas otras bandas de K-pop •Menciones a ships de otras bandas. •Capitulos rela...