29

1.1K 100 15
                                    

"... –Oh mierda... –es lo único que sale de sus labios, la sonrisa del anterior se mantiene.

De todas las personas posibles... de todos los malditos chicos que podrían haber sido... ¿¡Debería ser Mark Lee?! ..."

Miró de cara al hombre frente a ella, y lo alejó con una mano en su pecho cuando este intentó acercarse para besarla de nuevo. No podía ser cierto, no podía.

–Tenía tanta razón –dijo el chico frente a ella con una sonrisa.

¿Razón? ¿Él lo sabía?

–¿Lo sabías? –preguntó con su mirada neutra.

–Sí, y créeme que... –la chica le cortó en mitad de su diálogo.

–Lo sabias ¿Eh? –Bajó su cabeza con las lágrimas amenazando– Pensar que me acosté contigo... –levantó su vista para verle a la cara, quería llorar, pero no lo haría frente a él– Te odio, te lo dije miles de veces y hoy te lo vuelvo a repetir ¿Queda claro? ¡Te burlaste de mi todo este jodido tiempo!

–¿Q...Qué? –su voz se sintió cortada de un momento a otro.

–Te has estado burlado de mí durante meses... Por eso me evitabas en cada momento ¿No? –lo miró y la primera lágrima calló.

–No sé a qué te refieres, tú me gustas, niña –intentó acercarla a él, más ella se alejó negando– Me gusta tu carácter, rudo y poco femenino, no eres como las demás, eres diferente y eso me encanta –continúa tratando de acercarse, la menor sigue negando eufóricamente– ¡Entiende que me gustas!

–¡Pero tú a mí no, joder!

La habitación se sumió en un silencio sepulcral.

–Tu no me gustas... –repitió una vez más– Y espero te quede claro que, si venía a acá, era pensando en que el hombre con él que yo compartí mi intimidad, no eras tú. Qué solo venia por eso, sexo y nada más. Las reglas fueron claras –dijo con rabia– No involucres sentimientos, fue tu error enamorarte.

–Eres toda una perra... –fue lo que atinó a decir, consumido por la ira. Esperaba unas palabras contrarias a las que escuchaba.

–No cambias... Y así dices quererme... –frunce su ceño con dolor y toma su máscara, estampándola contra el pecho del mayor– No te quiero cerca, no quiero que me hables, que me toques o que siquiera me mires –lo último lo dijo con dolor, con todo su interior siendo quebrantado en miles de trozos pequeños.

–Perfecto, ahora ve y busca a otro con quien acostarte –sonrió con rabia y dolor al decirle eso, viendo a la chica a punto de tomar la manija de la puerta.

–Sí, creo que eso haré –sin que el otro le viera la cara, salí de ahí con lágrimas en los ojos.

Pero ¡Hey! No debía llorar, no siente nada por él. Lo dijo en su cara y no corromperá con su palabra.

Salió del lugar siendo un mar de lágrimas internas, con su cabeza en alto y con el dolor por dentro. No se dejaría ver rota, menos ahora que lo estaba de verdad. Ni cuando abandonó su familia, cuando murió su hermano o cuando la violaron, se sintió así. No era comparable con el dolor de la muerte de su hermano, aquel era mayor pero igual de filoso a estar mintiendo descaradamente a su mundo y a ella misma por orgullo.

Al llegar a su departamento de despojó de lo que menos quería en su cuerpo, aquel collar que Mark le había dado cuando cumplieron dos meses de "encuentros". La rompió y la lanzó por la ventana, quien la encuentre será muy afortunado, más si es una fan del mismo.

Seguido de eso se sacó sus zapatillas con rabia y las lanzó a su habitación, yendo a la cocina en busca de su gran pote de helado de chocolate. Necesitaba una dosis de amor propio, tomó su teléfono y marcó a su amiga para ver si estaba libre.

–Lo siento, estoy con Jae en estos minutos, estamos cenando con sus padres –fue lo que escuchó cuando le comentó a su amiga que quería tener una noche de películas con ella– ¿Es importante que nos veamos? Puedo decirle a Jae para ir a verte –dice preocupada, escuchó sollozos del otro lado de la línea.

–No, tranquila, es solo que quería pasar tiempo viendo películas contigo, estaba viendo Maléfica 2 y pensaba si querías venir a verla conmigo –dice tratando de sonar calmada– Pero no importa, será otro día, buenas noches y mándale saludos a los padres de Jae –cortó la llamada antes de siquiera recibir respuesta.

Corrió a su habitación y sacó una manta, no se sentía bien durmiendo en la oscuridad de su departamento. Dormiría ahí, con las estrellas acompañándola.

[. . .]

Mark volvió a su casa con sus sentimientos a flor de piel, la rabia lo consumía y apenas ingresó sacó una botella de vodka del almacén de sus padres. Hoy, como muchas noches, estaba solo. Su hermana debería estar con algún amigo y sus padres tenían una junta de trabajo en España.

Subió a su habitación con la botella en mano y con la otra se iba despojando de la corbata, hoy bebería sin compañía.

Se dejó caer en su cama y abrió la botella, bebiendo sin siquiera tener algo en su estómago para apaciguar el alcohol. Cómo era de esperarse, se emborrachó al segundo trago.

Su teléfono comenzó a sonar por quinta vez, el sonido le estaba desesperando.

¿Hermano? –Tae estaba llamando.

– ¿Qué pasa? ¿Por qué llamas a esta hora? –su voz salió ronca.

Hermano, estás ebrio... –dijo como si fuera un nuevo descubrimiento, Mark rodó los ojos.

–Es tarde, dime ya lo que quieres y no me digas lo que ya sé.

Dios... No te pediré explicaciones porque será en vano si estás ebrio –al oro lado de la línea alguien masajeaba su frente, no podía creer que su amigo aún bebiera para calmar sus penas ¡Tenia 20!

–Al grano.

Mañana saldremos con HyunSik, y los chicos a una barbacoa con Kim y sus amigos ¿Quieres venir...? –La voz al otro lado salió cansada– Le dije a Kim que le confirmaría mañana por la mañana, te llame temprano pero no contestaste.

¿Salir con Kim y sus amigos? Eso significaba salir con SunHe también. Lo pensó por un segundo, si no iba ser cobarde, y si iba, solo se haría daño. De por sí ella iría, la conocía y era fuerte, si estaba destruida aun así seguía en pie. Obvio iba a ir ella, es la mejor amiga de Kim.

–Sí, dile que llevaré una amiga –con eso dejó a su amigo con la palabra en la boca, cortó con el plan más patético que pudo haber tenido.

Amantes Enmascarados | Mark Lee | Libro#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora