Capítulo 1. Parte 1

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Narra Kayla.

La lluvia caía, en esa noche oscura y cerrada. El aire golpeaba algunas de las ventanas de la grande mansión.
No podía dormir, al día siguiente empezaba a crear mi grande y propia empresa. Un año de construcción, de la estancia que daría a dar lugar a las editorial Esmet.

Mi padre Richard Wilsom empresario y jefe de una de las empresas mas populares del país de New York, llevando así la mayor red de informática e internet, apoyó mi editorial dando un gran préstamo y contratando a los mejores críticos y escritores. Me ayudó con la condición de que le ayudara a controlar su imagen en la prensa.

No tenía un buen trato con mi padre desde que murió mi madre, soy la hija menor de 3 hijos siendo la única chica.

Mi hermano después de la muerte de nuestra madre, hace 5 años, nos abandonó. Mi hermano mediano trabaja en la empresa familiar y es él consentido de mi padre.
Acabé mis estudios de Filosofía y Letras. Después de dos años a las 2 de la madrugada estoy sentada en la cama viendo como mi sueño se esta haciendo realidad.

Toca el despertador, son las 8:00 de la mañana, bajo al gran comedor y ya esta servido el desayuno. Saludo a mi padre, me siento a su lado y en frente de mi hermano para desayunar, el silencio se hace, el primero en levantarse de la mesa es mi hermano.

—Bueno me voy corriendo a poner en orden los papeles, al rato nos vemos papa. -suelta la servilleta y abandona el comedor.

El siguiente en acabar es mi padre, y sin mucha prisa de levantarse para irse a trabajar me mira en silencio.

—Deberías darte más prisa, no es conveniente que la jefa llegue tarde el primer día-dice serio y clavando la mirada.

—Es verdad, me voy a duchar a cambiar y salgo para allá—digo sin mucho humor.

—Date prisa, en media hora sale el chofer de aquí para llevarte, yo me tengo que marchar ya, luego pasare a verte. Adiós hija—me da dos besos y se marcha.

Subo a mi cuarto me preparo y muy puntual llega el chófer y tiro rumbo a un buen día de aventura.
Cuando llego todo esta lleno de globos y todos los trabajadores en fila aplaudiendo.
Al fondo esta mi mejor amiga de facultad y traductora, además de hacer su trabajo se ofreció a ser mi secretaria.

—Hola Beatrice, tenemos que empezar a elegir portadas y primeras colaboraciones —me pongo en modo formal.

—Relájate un poco, es el primer día ,la inauguración -dice sonriendo.

—No es un fin de Máster ,es trabajo serio, ya tendremos mas tiempo para fiestas.

Cojo el ascensor y subo a la 5 y última planta allí esta a mano izquierda la recepción, a mano derecha una habitación o sala de reuniones, en frente mi despacho y a mano izquierda de este se encuentra la sala para el hueco de secretaria.
En la 4 planta se posicionan los escritores, en la 3 diseñadores dibujantes , en la 2 planta se encuentran algunos críticos y los encargados de las ediciones, revisión de libros antes de sacarlos a la venta y examinar lo que esta en tendencia, la primera planta se encuentran los encargados de las ventas y marketing. En la planta 0 se sitúa una sala donde a mano derecha se encuentra unos sofás, a mano izquierda una cafetería, en frente la recepción y tirando para los ascensores se encuentra una pequeña tienda donde se venderían los libros.

Me siento en mi mesa amplia, y empiezo a mirar la lista de proyectos entregados por los escritores, selecciono los primeros 3 que me llaman la atención. Mando a Beatrice a llamarlos y citarlos para una pequeña reunión y empezar con los trabajos lo mas rápido posible. Cuando están todos reunidos exponen sus ideas y de manera consensuada se elige unos plazos de entrega. Se hace elección de el género literario que les tocaría escribir y se da por finalizada la reunión.
Se hacen rápido las 12:00 y bajo a la cafetería a tomar un café allí intento tranquilizarme. ¿Y si todo esto me queda grande?. Me quedo pensativa un rato, pierdo la noción del tiempo, acabo dándome cuenta que a pasado una hora desde que baje. Era hora de volver al trabajo, quedaban 4 horas para ir a casa y acabar de disfrutar el día sin tensiones. Además de que estaría la mansión una hora para mi misma y disfrutaría de la poca de paz que tenía. Subo a mi despacho, nada mas entro me encuentro a mi padre esperándome.

—¿Dónde te has metido? -dice muy enfadado.

—Estaba en la cafetería, soy mayorcita para cuidar de mí —dije molesta.

Odiaba que mi padre se pusiera así, el debería de meterse en sus asuntos. Ya era mayorcita para hacer lo conveniente.

–Vamos a comer juntos, así que acaba de hacer lo que debas de hacer y en media hora nos iremos al restaurante. Hay que hablar de cosas importantes -sin mas palabras que decir salió del despacho.

Que será eso tan importante que me quiere decir, espero que no sea que tiene una nueva mujer en su vida. Odiaba esa idea, no quería mujeres en casa.
Esa media hora se me pasó eterna, revisando papeles y intentando no pensar en las palabras de mi padre.

Veo el reloj, quedan dos minutos para las dos de la tarde. Rápido cojo mis pertenencias y bajo hasta la planta cero. Ahí ya me esta esperando el chofer. Salgo fuera, montó en el coche y vamos a un restaurante caro. Allí ya se encuentra mi padre, con un chico de unos 23 años de edad que jamás había visto en mi vida. Me acerco a ellos dudosa de todo lo que va a suceder a continuación.

—Hola hija, esté es Ethan Brown hijo del empresario Damian Brown —dijo presentándome al muchacho que observaba delante, luego prosiguió hablando—. Ethan esta es mi hija Kayla. Ethan es uno de los nuevos jóvenes empresarios y vino esta mañana a la empresa a hacerme una entrevista. Me pareció buena idea que también te haga la entrevista a ti —dijo con su voz apagada y sin entusiasmo de siempre.

—¿Y de que se trata la entrevista? —digo muy cortante.

—Estamos haciendo un estudio de como funciona las empresas y la economía que proporcionan a nuestro país —su tono de voz fue firme y suave.

Era un chico con unos ojos azules y mirada intensa, su pelo de un color rubio oscuro, la piel de un tono moreno pero claro. Era sexualmente atractivo.

—Muy bien, puedes pasarte mañana a las 12:00 por mi despacho —dije mirando fijamente a sus ojos.

—Otra cosa más hija, él va a trabajar en la empresa ayudándote con mi imagen y el funcionamiento de esta —mirándonos a los dos dirigió sus palabras y seguidamente se callo para proceder después—. Ahora sin mas dilación vamos a comer.

Entramos al restaurante los tres, pedimos y muy rápido nos sirven. La comida se pasa hablando de temas de empresas, de política y de la vida en general. Al acabar de comer mi padre se despide y nos deja acabar de comer el postre.
Salimos del local y en la puerta acabamos de concretar la hora, nos damos el número de teléfono y antes de girarme para el coche me agarra del brazo, me empuja a milímetros de él, aparta con cuidado mi pelo de la oreja, y me susurra al oído.

—Eres preciosa — dijo con una voz profunda, sexual y suave.

Me quedo inmóvil sin saber como reaccionar. ¿Qué acaba de pasar?.

Atrévete a quererme. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora